Platón vs. Aristóteles: Un análisis comparativo
Diferencias Metafísicas
Para Platón existían dos ámbitos de la realidad muy diferenciados: el mundo inteligible y el mundo sensible. Las ideas eran la auténtica realidad, lo inmutable e imperecedero. Por su parte, Aristóteles, asentando las bases de su pensamiento y su racionalidad en la observación de la naturaleza y los seres vivos, no contemplará la existencia de dos mundos, sino más bien de uno solo. La realidad es lo que se nos presenta en este mundo, y las ideas no son otra cosa que lo que dota de forma a las cosas.
Diferencias Epistemológicas
Para Platón el conocimiento propiamente dicho residía en el recuerdo; era una reminiscencia, puesto que el alma ya había conocido todas las ideas posibles y, al entrar en contacto con las cosas sensibles, las recordaba. Para Aristóteles, en cambio, todo es mucho más terrenal, puesto que postula la existencia de un alma mortal, y el aprendizaje solo se puede dar en vida. Por eso para él la principal fuente de conocimiento será la sensación, que dará lugar al conocimiento. Podríamos decir que para Aristóteles la experimentación es la base del aprendizaje, mientras que para Platón lo es el recuerdo.
Diferencias Políticas
Las diferencias en torno a cuál es el mejor sistema de gobierno y de organización de la polis son notables entre ambos. Platón se declara antidemocrático, influido, entre otras cosas, por la condena de un tribunal popular a su maestro Sócrates. Para Platón, el mejor gobierno era el de los mejor preparados, una aristocracia educada y formada; la democracia y la tiranía estarían entre las peores formas de gobierno. Por su parte, Aristóteles dirá que existen algunas formas de gobierno que, dependiendo de las características de la ciudad, pueden ser las mejores para unas circunstancias concretas. Así, aceptará que la monarquía puede ser igual de buena que la aristocracia a la hora de gobernar correctamente una polis, mientras que la tiranía o la oligarquía serán las menos deseadas. Por tanto, ambos coinciden al señalar que la tiranía y la democracia son las peores formas de gobierno, porque suponen una corrupción y degeneración que no benefician en nada a la ciudad.
Diferencias Éticas
Para Platón, la virtud dependía del tipo de alma que predominase en el sujeto, de manera que en un artesano la prudencia era lo virtuoso; en un guerrero, la valentía, y solo el filósofo-rey podía alcanzar la idea de bien (por eso era el que tenía que gobernar, porque conocía el bien). En Aristóteles, la virtud no viene determinada por la clase social, sino que puede ser alcanzada por cualquiera siempre que se esfuerce y convierta en hábito el uso del “justo medio” a la hora de obrar; por lo tanto, todos estamos capacitados para poder obrar bien moralmente hablando.
Contexto Histórico: Aristóteles y la Crisis de las Polis Griegas
Aristóteles (hijo de un médico de la corte de Macedonia) estudió en la Academia de Platón y se encargó de la educación de Alejandro Magno. En el siglo IV a. C. tiene lugar la crisis del sistema de las polis griegas y comienza la guerra del Peloponeso en el último tercio del siglo V.
Un factor importante fue la monarquía de Macedonia, que se expandió. Esta expansión empieza con el rey Filipo y sobre todo con Alejandro Magno. Las guerras del Peloponeso dejaron sumida a Atenas en una profunda recesión económica, causada no sólo por la destrucción de los cultivos y el empobrecimiento consiguiente derivado de una agricultura insuficiente, sino sobre todo por la destrucción de las redes comerciales y el aumento de la piratería, provocando el agotamiento de los excedentes y el descenso del consumo. Las diferencias sociales se acentúan. Los ciudadanos atenienses siguen considerando mal el trabajo físico y, aunque son propietarios de tierras y realizan actividades comerciales, dedican la mayor parte de su tiempo, además de a su participación en la vida política. Las mujeres están excluidas de estas actividades, así como del conjunto de la vida pública, quedando, sobre todo si eran de buena posición social, recluidas en sus casas, y viendo privadas de una educación similar a la de los hombres.
Pese a las derrotas militares y al deterioro de la actividad económica, Atenas seguirá teniendo una intensa actividad filosófica. Los sofistas irán dejando paso a nuevas formas de hacer filosofía, como la de Platón que, con la creación de la Academia el año 387 a. C., atraerá a Atenas a numerosos estudiosos, que se ocuparán de las distintas ramas del saber. Uno de ellos será Aristóteles, quien permanecerá en la Academia durante 20 años, para abandonarla tras la muerte de Platón, iniciando un largo periplo fuera de Atenas que le llevará a ocuparse de la educación del que será posteriormente conocido como Alejandro Magno. Posteriormente, tras regresar a Atenas, fundará allí su propia escuela filosófica, el Liceo, que competirá con la Academia y se convertirá en otro centro de actividad filosófica, dedicada tanto a la investigación como a la difusión del conocimiento. Por lo demás, las doctrinas de los filósofos cínicos, así como las de los sofistas y de los filósofos presocráticos son conocidas y consideradas por los filósofos de la época.