El Dualismo Antropológico en Platón: Cuerpo, Alma y Conocimiento

El Dualismo Antropológico en Platón

Platón tiene una concepción dualista del ser humano: es un compuesto de cuerpo y alma. Este punto de vista se conoce como dualismo antropológico, y es defendido también, aunque con numerosas diferencias, por el cristianismo, por ejemplo, o por filósofos como Descartes (s. XVII). Influenciado por el pitagorismo, Platón considera la unión de alma y cuerpo como puramente accidental, y en el diálogo Fedro la presenta como un castigo.

El Alma: Inmortal, Inmaterial y Divina

El alma es considerada inmortal e inmaterial, y tiene prioridad sobre el cuerpo. Ésta constituye nuestro «yo», nuestro ser verdadero. Platón entiende el alma como un principio vital, lo que induce vida y movimiento al cuerpo, y además, en el caso del alma humana, el principio del conocimiento. Por tanto, sin alma no podríamos vivir. El alma es una realidad intermedia entre el mundo sensible y el mundo inteligible, aunque su sitio más propio es el mundo de las Ideas, donde ha preexistido.

El Cuerpo: Prisión Material y Mortal

El cuerpo, sin embargo, es material y mortal. Platón considera el cuerpo como algo malo ya que nos provoca distracciones debido a los apetitos y deseos y, además, es considerado la prisión del alma. Por tanto, el cuerpo nunca llegará a encontrar virtud y conocimiento. Según Platón, el cuerpo es un obstáculo que aparta y distrae el alma del conocimiento verdadero.

Las Tres Partes del Alma

El alma se divide en tres partes:

  1. La parte racional: Es la sede de la inteligencia y la que tiene naturaleza divina. Esta parte sólo la tiene el ser humano y reside en la cabeza.
  2. La parte irascible: Es la fuente de las pasiones y de las emociones humanas que residen en el pecho.
  3. La parte apetitiva: Es la fuente de los apetitos y deseos materiales del ser humano. Ésta reside en el bajo vientre.

Al contrario de lo racional, la irascible y la apetitiva son irracionales y la tienen también los animales.

Conflicto y Tipos Psicológicos

Platón, mediante un ejemplo de división tripartita, explica que:

  • Por un lado, la lucha interior entre la razón, las pasiones y los deseos materiales, que hace del ser humano un ser en permanente conflicto interior. Mediante estas partes (razón, pasiones, deseos), Platón representa su alma como un campo de batalla ya que se enfrentan estas fuerzas.
  • Y, por otra parte, Platón nos explica que existen diferentes naturalezas o tipos psicológicos. Cada uno tiene las tres partes en el alma pero algunas personas se dejan dominar por la razón (la parte racional), otras por las pasiones (la parte irascible), y otras por los deseos y apetitos materiales (parte apetitiva).

La Justicia en el Alma

La principal virtud del alma es la justicia. Como hemos visto, en el alma humana chocan entre sí la razón, las pasiones y los deseos, pero existe un orden según el cual la parte racional debe dirigir y gobernar la parte irascible y la parte apetitiva. Cuando se cumple este orden decimos que existe justicia y, además, el alma habrá desarrollado la virtud. La virtud propia de la parte racional es la sabiduría o prudencia; la de la parte irascible es la valentía; y la de la parte apetitiva es la templanza o moderación.

Por tanto, cuando no se cumple el orden y el alma queda sometida a las pasiones o apetitos, existe una injusticia. La única forma de conseguir justicia y armonía entre las tres partes del alma es el conocimiento del Orden Supremo y de la Suprema Armonía del mundo de las Ideas.

La Teoría de la Reminiscencia

Además, es necesario hablar de la teoría de la reminiscencia o anámnesis. Ésta es una teoría que ayuda al alma humana a conocer las Ideas pertenecientes a un mundo distinto al nuestro. Según Platón, el alma ha preexistido en el mundo de las Ideas antes de encarnarse en un cuerpo, es decir, el alma contempla las ideas antes y al entrar en el mundo sensible y encarnarse en un cuerpo olvida todas las Ideas. Por tanto, según la teoría de la reminiscencia, aprender o conocer es recordar aquellas ideas que ya han estado en nuestra alma. Por tanto, Platón defiende un cierto innatismo del conocimiento, que quiere decir que en el alma de cada persona hay, desde el nacimiento, ciertos conocimientos y nociones innatas de las Ideas, que sólo pueden cobrar claridad mediante una adecuada educación. En conclusión, significa que el conocimiento lo tenemos desde el nacimiento. Platón prueba esta teoría en un diálogo llamado Menón, en el que un joven esclavo, que nunca ha recibido educación matemática, llega a formular verdades matemáticas por sí mismo.

Conclusión

En conclusión, Platón dice que el ser humano está compuesto de cuerpo y alma. A su juicio, el cuerpo nos provoca distracciones. El alma, en cambio, es el principio de conocimiento y la que infunde vida en el cuerpo. Además, nos habla de la teoría de la reminiscencia que afirma que el alma ha preexistido antes de nacer.

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