René Descartes: El Padre de la Filosofía Moderna y su Método
René Descartes ha pasado a la historia como el «padre» de la filosofía moderna, al situar al «sujeto» o «yo» en el centro de la reflexión filosófica. Si en la filosofía antigua y medieval la preocupación fundamental era conocer la realidad, en la filosofía moderna lo será el sujeto que conoce la realidad (el problema del conocimiento). Descartes pertenece a la corriente racionalista de la filosofía, entre cuyas filas cabe destacar a Spinoza y Leibniz.
Características del Racionalismo Cartesiano
Las principales características de esta corriente son las siguientes:
- El mundo posee una estructura racional (matemática), creada por Dios mediante un lenguaje racional.
- Confianza absoluta en la razón humana, considerándola poseedora de todas las verdades (verdades innatas).
- El origen, la fuente y los límites del conocimiento residen en la razón humana, no en la experiencia. Esta última puede engañarse cuando se fía de la «experiencia ingenua», pero no se equivoca cuando sigue los principios de la razón.
- A partir de una primera verdad, objeto de intuición, se deducen todos los conocimientos.
El Problema de la Fundamentación del Conocimiento
El problema que pronto preocupó a Descartes fue el de la fundamentación del conocimiento. Era consciente de los errores que habían sido presentados y defendidos como verdades incuestionables. La ciencia poseía un método que le permitía seguridad en el conocimiento, pero a la filosofía le faltaba uno adecuado. Descartes intentó hacer de la filosofía una ciencia estricta, utilizando un método riguroso y preciso. Este método le permitiría distinguir lo verdadero de lo falso y hallar la verdad. Así, Descartes podría renovar la filosofía para superar la escolástica, centrada en la metafísica, y a los escépticos del nominalismo que dudaban de la posibilidad de alcanzar la verdad.
La ciencia se caracterizaba, frente a la filosofía, por ofrecer nuevos conocimientos y por disponer de un método preciso y riguroso. Este fue el motivo que impulsó a Descartes a hacer de la filosofía una «ciencia estricta», tomando como modelo las matemáticas. Solo sería posible si se la dotaba de un método tan preciso y riguroso como el que poseía la ciencia. Por este motivo, el «problema del método» se convirtió en una cuestión prioritaria en la filosofía moderna, no solo para el racionalismo sino también para el empirismo.
Esta nueva filosofía se basa en la epistemología, lo que se conoce como el giro epistemológico.
Las Formas de Conocimiento en Descartes
Descartes distingue en la razón humana dos formas de conocimiento:
- La intuición: Permite el conocimiento de las ideas simples de un modo claro y distinto (evidente), por lo que la demostración es innecesaria. Esta se basa en la confianza de Descartes en la razón humana, la cual es la base del método. Es mediante estas como conocemos las evidencias.
- La deducción: Consiste en relacionar o conectar dos o más intuiciones entre sí. Permite llegar a verdades complejas a partir de ideas simples («cadena de intuiciones»).
En filosofía, es necesario partir de una «evidencia» con el fin de «levantar» sobre ella todo el «edificio del saber».
El Método Cartesiano: Reglas Fundamentales
En el Discurso del Método de 1637, Descartes establece las reglas fundamentales de su método:
- Regla de la Evidencia (Intuición): Parte siempre de las evidencias y duda de todo lo demás. Hay que partir de las «ideas claras y distintas». Para lograr esa primera evidencia, recurrirá a la duda metódica.
- Regla del Análisis: Reduce las proposiciones complejas a proposiciones simples que se hagan evidentes por intuición.
- Regla de la Síntesis: Trata de ordenar, sin saltarse ningún paso lógico, lo descubierto, partiendo de los principios más claros y evidentes para llegar a las conclusiones más remotas.
- Regla de la Comprobación o Enumeración: Revisa el proceso con el fin de asegurar que no se ha olvidado nada.
La primera regla es fundamental, ya que critica la filosofía y ciencia oficial, así como el principio de autoridad (Aristóteles y Santo Tomás).
La Duda Metódica Cartesiana
La duda metódica consiste en dudar por sistema de todo aquello que no sea «evidente». Las características de la duda cartesiana son: metódica, universal, provisional y teórica.
Niveles de la Duda Cartesiana
Hay cuatro pasos o niveles de duda:
- Duda de los Sentidos: Los sentidos nos ponen en contacto con el mundo material y nos proporcionan un conocimiento de las cosas que solemos aceptar como verdadero. Pero también sabemos que, a veces, los sentidos nos engañan.
- Errores del Razonamiento: Se puede dudar del razonamiento debido a que su poder discursivo se ha vuelto confuso e incierto.
- No Distinción entre Sueño y Vigilia: Todos hemos tenido sueños tan vívidos que nos parecían reales. Solo al despertar descubrimos que eran un sueño. No solo debemos dudar de que las cosas sean como las vemos, sino de la misma existencia de las propias cosas.
- El Genio Maligno: Por último, el genio maligno, por el que podríamos haber sido creados y el cual haya hecho nuestra inteligencia de tal manera que se equivoque cuando piensa que ha alcanzado la verdad.
El «Cogito, Ergo Sum»: La Primera Verdad
«Cogito ergo sum» (Pienso, luego existo) es la primera verdad. Si pensamos, es que existimos. Podemos estar engañados en todo lo demás, pero esto es indudable. Es una intuición, cumple el criterio de certeza, es una evidencia, es una idea clara y distinta.