Conocimiento y Verdad
Ser/Devenir y Mundo Verdadero/Mundo Aparente
La realidad no es, **deviene**. Se renueva cada **aquí y ahora**, como también se renueva nuestra forma de percibir la realidad en cada nueva **percepción**. Los sentidos que la perciben tienen la misma variación, una infinitud de variaciones demasiado grande para intentar aprehenderla. La realidad es inaccesible al conocimiento humano; podemos experimentarla, pero no conocerla.
La realidad que nos muestra la cultura occidental, la del **devenir**, es pura **apariencia**; tras ella se encuentra la **verdadera realidad**, que alcanzamos gracias a la **razón**, bien sea mediante la dialéctica, la fe, el cogito… La **razón** nos abre al mundo de ‘objetos’ que permanecen sin variar y que permiten el **conocimiento verdadero**. La cultura occidental ha duplicado el mundo: por un lado está el **mundo del devenir**, pura **apariencia**; por el otro lado, el **mundo del ser**, el auténtico, el que vale la pena.
Esto se justifica mediante dos principios:
- Lo que permanece tiene un valor superior a lo que cambia.
- La **razón** es el camino para descubrir y conocer el **mundo verdadero**.
Nietzsche llama «**filósofos-momia**» a los que confían en los conceptos abstractos tanto como desconfían de los sentidos.
‘Mundo Verdadero’
Nietzsche defiende que solo hay **devenir**. Lo aparente se puede experimentar, pero lo ‘verdadero’ no es más que una construcción de la **razón**, y la **razón** no es más que una forma simplificada de lo inconsciente; por lo tanto, lo real es la **multiplicidad** y el **cambio**.
Entonces, Nietzsche sustituye los dos principios anteriores por estos:
- No hay ningún sentido escondido por debajo o por encima del **devenir**.
- No hay sentido alguno porque el **devenir** no da sentido.
El **mundo aparente** solo tiene sentido en relación con el verdadero. Si este desaparece, no podemos llamar al otro aparente, pues no es apariencia de nada.
Por lo tanto, desenmascarado el ‘**mundo verdadero**’, la única realidad que nos queda es el llamado ‘**mundo aparente**’, el **devenir**. El ser humano ha inventado el ‘**mundo verdadero**’ a su imagen y necesidad, para mantenerse en la vida; es **antropomórfico**, propio del mito.
Crítica al Mundo Metafísico
Entre los elementos lingüísticos que permiten construir mundos artificiales podemos señalar:
- El término ‘yo’. Su uso convence de que hay un sujeto, cuando el sujeto individual no es ninguna sustancia, sino una pluralidad de fuerzas y una diversidad de personajes que se suceden o coexisten.
- La gramática del verbo ser. En nuestro lenguaje son fundamentales las frases con el **verbo ser**, verbo que parece hablar de la esencia de las cosas, que fomenta la idea de la existencia de entidades con rasgos permanentes, de sustancias. La estructura gramatical se entromete en la **percepción** y permite creer en la esencia de las cosas.
- La estructura sujeto-predicado. La mayoría de las frases de nuestro lenguaje tienen la forma **sujeto-predicado**, necesaria para un juicio con sentido. Esta estructura permite pensar la realidad en estructuras de causa-efecto, pues facilita la diferenciación entre un sujeto agente y su producto.
- Polisemia y sinonimia. Con el lenguaje hablamos de distintas cosas mediante las mismas palabras, tratamos lo parecido como si fuese igual, aunque nada hay igual. Ni con los verbos expresamos el **devenir** o cambio. El reducir la realidad a unos pocos conceptos iguales para todos nos simplifica la vida, pero nada tiene que ver con la realidad.
Conocimiento y Verdad contra la Interpretación
Las ilusiones metafísicas no aumentan nuestro conocimiento del mundo, pero nos ayudan a adaptarnos a él y nos consuelan en nuestros fracasos de adaptación; no tienen valor cognoscitivo, pero tienen valor adaptativo.
No hay hechos, solo **interpretaciones**; no tenemos medida de **percepción** correcta, toda **percepción** es una **interpretación** de quien percibe. Una **interpretación** cuenta con tres influencias subjetivas:
- Aparato sensorial. Las **percepciones** mismas ya son juicios de valor.
- Vivencias. Lo que ya hemos experimentado, lo experimentado por nuestros antepasados y que queda en el acervo cultural en que nos desarrollamos; todo un cúmulo de elementos previos que condicionan la **percepción**.
- Impulsos. Pulsiones, afectos, instintos, tal como vimos en el punto anterior.
El Perspectivismo
Conocer no es un acto en el que aparece la esencia de la cosa, su verdad, sino una **valoración** hecha desde una determinada **perspectiva** que indica lo que es útil o perjudicial para ese centro de fuerza vital que es cada individuo. Son nuestras **necesidades** las que interpretan el mundo.
Lo importante no es buscar un criterio único desde el que unificar el sentido de la existencia, sino aprender a moverse sin un criterio absoluto de verdad. Experimentar la vida, vivirla en esta ambivalencia de sentido. El ‘**mundo verdadero**’ se inventa para hacer buena una sola **perspectiva**, pero esto implica encubrir una mentira, actuar de mala fe.
No hay una única y verdadera **perspectiva** global; el todo es la totalidad de las **perspectivas**.
Moral, Religión y Democracia
La ética de un Inmoralista
Nietzsche se considera el primer **inmoralista**; defiende que no hay fenómenos morales, no hay nada más que una **interpretación moral** de los fenómenos. Todas las morales propuestas por los filósofos son artificios inventados por la conciencia.