Filosofía Moderna: Renacimiento, Racionalismo, Empirismo e Ilustración Kantiana

Renacimiento y Revolución Científica: Transformación del Pensamiento

El Renacimiento supuso la aparición de una nueva concepción del mundo, marcando una transición significativa en la historia del pensamiento. Los principales cambios que caracterizan este periodo incluyen:

  • El desarrollo del capitalismo.
  • La expansión geográfica.
  • La ciencia se convierte en un saber autónomo.
  • El poder del Estado se libera de la influencia de la Iglesia.
  • Se imponen los Estados modernos.
  • Se extiende la secularización, lo que lleva a la emancipación de la filosofía respecto a la teología.

Los temas centrales de este periodo son el ser humano, con el surgimiento del humanismo que recupera la tradición clásica; la capacidad del ser humano de hacerse a sí mismo; y el reconocimiento del valor del individuo.

La Revolución Científica representó un cambio de paradigma fundamental, pasando del geocentrismo al heliocentrismo en la cosmología, y estableciendo la ciencia basada en el método experimental. El giro copernicano, que definía «revolución» como un movimiento esencialmente ordenador, implicó el contraste entre una cosmología geocentrista y una heliocentrista. El fundamento de la Revolución Copernicana radica en que el ser humano se percibe por primera vez a sí mismo como un ser finito. El método experimental fue formulado por Galileo Galilei, basándose en la idea de que la naturaleza está escrita en lenguaje matemático.

Racionalismo Cartesiano: La Búsqueda de la Verdad a Través de la Razón

El racionalismo, especialmente el cartesiano, se caracteriza por los siguientes elementos:

  • La importancia primordial de la razón como fuente de conocimiento.
  • El rechazo del «criterio de autoridad».
  • La existencia de ideas innatas que pueden conocerse sin recurrir a los sentidos.
  • La relevancia de las matemáticas como modelo de conocimiento cierto.

Descartes defendía la necesidad de un método riguroso en filosofía, una herramienta para aplicar correctamente la razón y alcanzar la verdad. Su base es la duda metódica, la cual debía ser metódica, universal y radical.

La primera certeza de Descartes, expresada en su célebre frase «Cogito, ergo sum» (Pienso, luego existo), establece la existencia indudable del sujeto pensante. Este es el primer principio de su filosofía, al que se accede por intuición, y cuya evidencia y claridad se convierten en el criterio de certeza.

Las tres sustancias cartesianas son: la sustancia pensante (el yo o alma), la sustancia infinita (Dios), y la sustancia extensa (el mundo).

Descartes defendía un dualismo antropológico, compuesto por dos sustancias distintas: el cuerpo, una sustancia extensa que no puede pensar y carece de libertad; y el alma, una sustancia pensante y libre.

Empirismo: Locke y Hume y el Origen del Conocimiento en la Experiencia

El empirismo es una corriente filosófica que se desarrolló principalmente entre los siglos XVII y XVIII. Se caracteriza por la búsqueda de hechos comprobables y la primacía de la experiencia. Se opone directamente al racionalismo, negando la existencia de ideas innatas y postulando que el origen de todo conocimiento reside en la experiencia.

Los temas centrales del empirismo incluyen:

  • El interés por la moral.
  • La crítica a la religión.
  • La búsqueda de un fundamento racional para la política.

Un tema central es la naturaleza del conocimiento, considerado su principal problema filosófico. En este sentido, se destacan dos afirmaciones clave:

  • El conocimiento procede exclusivamente de la experiencia de los sentidos, y más allá de esta experiencia no existe conocimiento, sino mera creencia (posición de David Hume).
  • La experiencia nos delimita los límites del conocimiento, especialmente en lo que respecta a la metafísica.

Para los empiristas, no existen ideas ni principios innatos en el entendimiento humano. En esencia, el empirismo se define como la teoría que sostiene que todo nuestro conocimiento deriva de la experiencia. El empirismo llevó a cabo una profunda crítica de las doctrinas filosóficas tradicionales. Esta crítica se radicalizó en la obra de David Hume, quien llegó a una posición escéptica al afirmar que solamente conocemos nuestras propias percepciones.

Immanuel Kant: Biografía y Contexto Filosófico

Immanuel Kant nació en Prusia en 1724, en el seno de una familia de clase media burguesa. Estudió Lógica y Metafísica, aunque su interés se extendió a todos los ámbitos del conocimiento. Recibió una educación pietista que le inculcó una visión pesimista de la naturaleza humana, la cual no le satisfizo plenamente.

Defendió las ideas liberales de la Ilustración y se mostró partidario de la Revolución Francesa y de la Independencia de los Estados Unidos, aunque siempre desde una perspectiva teórica y crítica, no desde la participación práctica.

La Ilustración: Características y Principios Fundamentales

La Ilustración fue un movimiento intelectual que aglutinó una gran diversidad de ideas. Sus raíces se encuentran en el empirismo, el humanismo renacentista y el racionalismo. Se manifestó en tres ámbitos principales: temporal, espacial y social.

Sus ideas fundamentales son:

  • La fe en la razón como instrumento para la liberación humana.
  • La necesidad de emplear la razón con autonomía.
  • La necesidad de valentía en el uso de la razón.

Finalmente, una idea crucial es el espíritu crítico. Esto implica que:

  • Todo debe someterse al juicio de la razón.
  • Se niega la superioridad de la teología y la fe sobre la ciencia.
  • La política se separa de la religión.
  • Se toma conciencia de la autonomía del ser humano.

La filosofía ilustrada se interesó más por el ingenio y la profundidad. Los pensadores ilustrados se convirtieron en el centro de la vida cultural de su tiempo, gozando de gran prestigio e influencia.

«Sapere Aude!»: El Llamado de Kant a la Autonomía del Pensamiento

«Sapere Aude!» es una expresión latina que se traduce como «¡Atrévete a saber!» o «¡Atrévete a pensar!». Según Kant, la autonomía —la capacidad de tomar decisiones personales— es lo que distingue al ser humano de las demás criaturas. Actuar de forma autónoma implica dejar de guiarse por opiniones ajenas que no se han interiorizado.

Kant concibe la Ilustración como la época en la que el ser humano debe superar su «minoría de edad» y empezar a pensar por sí mismo. En sus propias palabras: «La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la tutela de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!».

El Uso Público y Privado de la Razón en la Filosofía Kantiana

Según la filosofía kantiana, el uso público de la razón implica una libertad total y sin límites, mientras que el uso privado puede estar sujeto a ciertas limitaciones.

El uso público de la razón se refiere a la facultad de un individuo de emplear su razón ante el gran público, como un erudito o un pensador. Por otro lado, el uso privado de la razón es la aplicación de la razón en un determinado puesto o función civil, donde se actúa bajo una autoridad o rol específico.

Kant sostiene que, en el ámbito del uso privado de la razón, la libertad puede verse restringida por las obligaciones del rol.

La Crítica de la Razón Práctica: Fundamentos de la Moral Kantiana

Esta obra responde a la pregunta fundamental: «¿Qué debo hacer?». Para Kant, la razón posee una dimensión teórica y otra práctica. Kant se propone fundamentar una moral universal, distinguiendo entre:

  • Moral heterónoma: cuyo fundamento se encuentra fuera de la propia razón del individuo (ej. mandatos externos, inclinaciones).
  • Moral autónoma: cuyo fundamento reside en la propia razón, siendo independiente de la experiencia y de cualquier fin externo.

La acción moral, según Kant, debe ser por deber, no conforme al deber, y su valor reside en la «buena voluntad».

El imperativo categórico es la expresión central de la ética formal kantiana. Se distingue de los imperativos hipotéticos (condicionales) por ser absoluto y universalmente válido.

Los postulados de la razón práctica (como la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios) son supuestos a priori necesarios para la posibilidad de la acción moral.

La frase «Caesar non est supra grammaticos» (El César no está por encima de los gramáticos) ilustra que, si bien el emperador romano puede imponer decisiones políticas o económicas, carece de la autoridad o el conocimiento para dictar cómo debe usarse la lengua latina. De manera análoga, el individuo moral debe imponerse a sí mismo las normas morales, no recibirlas de una autoridad externa.

La Crítica de la Razón Pura: La Teoría del Conocimiento de Kant

Esta obra fundamental aborda la pregunta: «¿Qué puedo conocer?». Kant explora cómo es posible el conocimiento científico. Kant distingue entre:

  • El conocimiento empírico, que procede de la experiencia.
  • El conocimiento a priori (independiente de la experiencia), que proporciona la universalidad y necesidad del conocimiento científico.

El problema central del conocimiento, para Kant, es cómo garantizar su valor universal y necesario sin despojar a la experiencia de su papel fundamental. La solución kantiana radica en la unión de razón y experiencia.

Según su teoría de los juicios, existen tres tipos principales:

  • Juicios analíticos a priori: Son explicativos y no amplían el conocimiento (ej. «El triángulo tiene tres lados»).
  • Juicios sintéticos a posteriori: Amplían el conocimiento, pero dependen de la experiencia y carecen de universalidad y necesidad (ej. «Esta mesa es de madera»).
  • Juicios sintéticos a priori: Son la base del conocimiento científico, ya que amplían el conocimiento y son universales y necesarios (ej. «Todo lo que sucede tiene una causa»).

Kant distingue entre:

  • El Fenómeno: Las manifestaciones sensibles de los objetos tal como se nos aparecen al sujeto. La Física, como ciencia, se basa en el estudio de los fenómenos y sus leyes se fundamentan en las categorías (conceptos puros del entendimiento a priori).
  • El Noúmeno: Aquello que se encuentra más allá de nuestra experiencia posible, la «cosa en sí». El noúmeno es un concepto límite para el entendimiento humano. La Metafísica, al intentar conocer el noúmeno, es imposible como ciencia, ya que sus pretensiones exceden los límites de la experiencia y el entendimiento, siendo resultado de errores trascendentales.

La Síntesis Kantiana: Superación del Racionalismo y Empirismo

Antes de Kant, la filosofía occidental se dividía principalmente entre las corrientes racionalista y empirista. El pensamiento kantiano, a través de su criticismo, logra superar este antagonismo. Kant afirmó que, si bien es cierto que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, no todo el conocimiento procede de la experiencia.

Su filosofía asimila los aspectos más valiosos de ambas tradiciones. En favor del racionalismo, Kant sostiene la existencia de contenidos mentales con carácter universal y a priori (anteriores a la experiencia). A favor del empirismo, afirma que estos contenidos a priori deben aplicarse a la experiencia para generar conocimiento válido.

Las Preguntas Fundamentales de la Filosofía Kantiana

Según Kant, el conocimiento solo es posible si el sujeto posee unas condiciones a priori (anteriores y previas a la experiencia) que la hacen posible. Esto es lo que Kant denomina trascendental: aquello que se refiere al modo en que conocemos los objetos, no a los objetos en sí mismos. Es importante distinguirlo de lo trascendente, que es aquello que pretende ir más allá de los límites de la experiencia posible.

Kant sintetiza la filosofía en cuatro preguntas fundamentales:

  • «¿Qué puedo conocer?»: Se relaciona con la naturaleza, la capacidad y las limitaciones del conocimiento (abordado en la Crítica de la Razón Pura).
  • «¿Qué debo hacer?»: Corresponde a la actividad humana y al problema ético (abordado en la Crítica de la Razón Práctica).
  • «¿Qué puedo esperar?»: Está relacionada con la cuestión religiosa y la esperanza, de la que trata en La religión dentro de los límites de la razón pura.
  • «¿Qué es el ser humano?»: Esta pregunta engloba las tres anteriores y es el centro de su antropología filosófica.

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