Racionalismo vs. Empirismo: Descartes y Hume

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO: EPISTEMOLOGÍA

Racionalismo Cartesiano

René Descartes, figura central del Racionalismo en el siglo XVII, defendía la Razón como fuente de conocimiento verdadero. Su método se basaba en la intuición y la deducción, guiadas por cuatro reglas: evidencia, análisis, síntesis y enumeración. A través de la duda metódica, Descartes cuestionó la fiabilidad de los sentidos y la realidad, llegando a la conclusión irrefutable: «pienso, luego existo» (cogito ergo sum). Esta afirmación establece la existencia del yo pensante como la primera verdad indudable.

Empirismo Humeano

David Hume, representante del Empirismo, refutó la existencia de ideas innatas, argumentando que el conocimiento proviene de la experiencia. Distinguió entre impresiones (percepciones sensoriales) e ideas (copias de las impresiones), y cuestionó el principio de causalidad, afirmando que la conexión entre causa y efecto se infiere por hábito. Hume concluyó con el escepticismo, negando la certeza sobre la realidad exterior, el yo y Dios.

EL PROBLEMA DE DIOS Y LA REALIDAD: METAFÍSICA Y TEOLOGÍA

Descartes, partiendo del «cogito», dividió las ideas en adventicias, facticias e innatas. La idea de Infinito (Dios) es innata, y su existencia se demuestra por el principio de causalidad y el Argumento Ontológico. Dios garantiza la correspondencia entre las ideas y la realidad. Descartes definió tres sustancias: el «cogito» (sustancia pensante), Dios (sustancia infinita) y la realidad exterior (sustancia extensa).

EL PROBLEMA DEL SER HUMANO Y DE LA MORAL: ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA

Descartes propuso un dualismo entre alma (cogito) y cuerpo (sustancia extensa), conectados por la glándula pineal. El ser humano es la sustancia pensante, inmortal y libre, que debe gobernar el cuerpo, una máquina que actúa según el Mecanicismo. La libertad se logra con el dominio de las pasiones, y la felicidad con la perfección del alma. Descartes defendió una moral provisional basada en la moderación, mientras se construye una ética cierta a través de la Razón.

EL PROBLEMA DE LA MORAL: ÉTICA

Hume criticó las éticas anteriores, argumentando que los juicios morales no son producto de la razón, sino del sentimiento moral, una emoción universal basada en la utilidad y la simpatía. La utilidad nos permite evaluar el placer que una acción puede generar, mientras que la simpatía nos inclina a participar de los sentimientos de otros. La moral, por tanto, no es convencional, sino que se funda en un sentimiento universal.

EL PROBLEMA DE LA SOCIEDAD: POLÍTICA

Hume defendió el carácter utilitario de la teoría política, criticando las utopías y las teorías basadas en principios eternos o contractualistas. La base de la sociedad es el deseo de unión y protección de la descendencia, y la legitimidad del gobierno radica en procurar beneficios para los individuos. Cuando estos beneficios desaparecen, el gobierno se vuelve ilegítimo.

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