Las Doctrinas Fundamentales de Aristóteles: Realidad, Conocimiento, Dios y la Ética del Bien Supremo

1. El Problema de la Realidad y el Conocimiento en Aristóteles

Para Aristóteles, la realidad debe hallarse en el mundo de la experiencia sensible. Rechaza la Teoría de las Ideas de Platón: según Aristóteles, las Formas (Ideas) no existen separadamente en un Mundo Inteligible, sino realizadas en los seres sensibles.

Hilemorfismo: Materia, Forma, Potencia y Acto

Según Aristóteles, el concepto clave es la potencia. Todo lo que experimenta cambio (movimiento) pasa de ser potencialmente a ser en acto (actualidad).

Todo objeto sensible es un compuesto que consiste en una materia modificada en un momento dado por una forma. Esta doctrina se conoce con el nombre de hilemorfismo. Dado que en los seres físicos (seres sensibles) el cambio y el movimiento son incesantes, se trata de una potencialidad que tiende a conseguir la actualidad (finalidad).

La materia contiene la potencialidad que solo se realizará al adquirir la forma que la determine como algo de tal o cual especie. La forma o esencia de una cosa es su definición (concepto).

La Doctrina de las Cuatro Causas

Conocer un objeto es conocer la causa del mismo. Se habla de la causa en cuatro sentidos:

  1. Causa Formal: La sustancia o esencia (forma).
  2. Causa Material: La materia o sustrato.
  3. Causa Eficiente (o Agente): Aquello de donde procede el movimiento.
  4. Causa Final: El fin y el objetivo del movimiento.

Sustancia y Categorías

Aristóteles distingue en su doctrina de las categorías entre sustancia y accidente. Categoría significa predicado y representa aquello que puede decirse de las cosas individuales. La categoría fundamental es la sustancia; el resto son accidentes (cualidad, cantidad, lugar, tiempo, etc.).

  • Sustancia Primera: Es el ser individual (ser en acto) compuesto por materia y forma. (Ejemplos: “Sócrates”, “esta mesa”, “este gato”).
  • Sustancia Segunda: Es la forma, es decir, la especie en la que se incluye al individuo, y también los géneros de esas especies. Así, el individuo, “Sócrates” (sustancia primera), está en la especie “hombre” (sustancia segunda) y el género de la especie es “animal” (sustancia segunda).

El Proceso del Conocimiento y la Abstracción

Aristóteles es un exponente del empirismo, teoría que afirma que todos nuestros conocimientos se originan a partir de la experiencia. Se denomina abstracción al proceso mediante el cual pasamos del conocimiento sensible, que conoce lo individual y concreto, al conocimiento intelectual, llevado a cabo por el entendimiento o intelecto, que conoce las formas o esencias universales.

Los sentidos captan las cosas individuales (compuestas de materia y forma). La percepción sensible deja impresa en la memoria una imagen del objeto. El entendimiento activo o agente despoja a la imagen de sus elementos individuales y abstrae la forma o esencia universal. El entendimiento paciente conoce la forma abstraída por el entendimiento agente.

Clasificación de las Ciencias

Según Aristóteles, todo conocimiento (ciencia) es práctico, productivo o teorético:

  • Ciencias Prácticas (Praxis = acción): La Ética y la Política. No tratan de la observación o contemplación (theoría), sino de asegurar el buen comportamiento.
  • Conocimiento Productivo (Téchnē = arte, técnica): Es un saber que se busca por su utilidad, para satisfacer una necesidad.
  • Filosofía o Saber Teorético: Es un saber desinteresado que no se busca por su utilidad. Tiene por objeto el ser que no está sujeto a cambio (el ser necesario).

Hay tres filosofías o ciencias teoréticas: las Matemáticas, la Física y la Teología.

La Filosofía Primera (Metafísica) no investiga un género particular del ser, sino el ser en cuanto ser. Es la ciencia más universal, pues estudia aquello que tienen en común todos los objetos físicos: el ser.

Si solamente existieran seres físicos, la Física (Filosofía Segunda) debería ser la ciencia primaria, pero, si existe una sustancia inmóvil, su ciencia es la Filosofía Primera o Teología.

2. El Problema de Dios: El Motor Inmóvil

Según Aristóteles, el movimiento es el paso del ser en potencia al ser en acto. Para pasar de la potencia al acto es necesaria la acción de una causa. Nada puede moverse, cambiar u originarse por sí mismo, porque ello equivaldría a estar en potencia y en acto al mismo tiempo. Puesto que el movimiento existe, debe haber una causa última: un retroceso infinito de los estados intermedios, que causan el movimiento porque a su vez son movidos por otra cosa, no explica nada. En consecuencia, debe existir una sustancia cuya esencia es la actualidad (Acto Puro), sin mezcla de materia o potencialidad: Dios (Motor Inmóvil).

Dios mueve el mundo como causa final, como objeto del deseo (igual que el objeto de amor atrae al amante). El impulso interno en todos los seres naturales hacia el logro de su forma propia es visto por Aristóteles como un empeño por imitar (en la medida en que lo permitan las limitaciones de su materia) al ser que es actualidad pura sin materia: Dios.

El Dios aristotélico no crea el Universo, que es eterno; solo lo mueve. El universo no ha tenido un comienzo ni tendrá un final, es eterno como Dios.

La Actividad de Dios

La actividad de Dios consiste en el pensamiento, en la contemplación. La vida contemplativa, la vida más excelente según Aristóteles, a nosotros solo nos es posible vivirla durante cortos periodos de tiempo, debido a nuestro cuerpo, pero para Dios es su actividad propia. Dios piensa la cosa más excelente y, dado que la cosa más excelente es Dios, concluimos que Dios es actividad contemplativa de Sí mismo.

Dios se piensa a sí mismo por ser lo perfecto, pero no piensa aquello que es imperfecto por contener materia; es decir, no piensa en los seres del mundo ni en los hombres. Dios es objeto de amor, pero no ama. Para los griegos es absurdo pensar que Dios ame algo distinto de sí mismo, ya que se ama a aquello de lo que se carece y que se necesita, y es absurdo que Dios, que es la perfección, carezca o necesite algo.

3. El Problema del Hombre y la Psicología Aristotélica: El Alma

Aristóteles no acepta el dualismo platónico. Concibe al ser humano como una sustancia natural, por tanto, compuesta de materia y forma, y, potencia y acto. Se identifica la potencia y la materia con el cuerpo, y el acto o forma con el alma.

El cuerpo es un conjunto de órganos que posee la potencialidad de vivir, y el alma actualiza esa potencialidad; por ello, el alma es principio de vida para el cuerpo.

Para Aristóteles, la unión de alma y cuerpo es una unión esencial o sustancial. Distingue tres funciones en el alma:

  • Alma Vegetativa: Propia de las plantas. Permite las actividades vitales (reproducción, crecimiento y nutrición).
  • Alma Sensitiva: Propia de los animales. Permite el conocimiento inferior o sensible (la percepción), el apetito inferior (los deseos y apetitos que tienen que ver con el cuerpo) y el movimiento local.
  • Alma Intelectiva: Propia de los seres humanos. Posee las actividades vitales propias de la voluntad o apetito superior y del intelecto o entendimiento.

Aristóteles considera al alma como una función del cuerpo, por lo que parece descartar la inmortalidad del alma. Sin embargo, cree que en el alma humana encontramos una parte que es radicalmente distinta a las otras partes. Esta parte divina del alma nos permite pensar, captar lo universal y alcanzar la ciencia.

4. Ética y Política: La Búsqueda de la Virtud y la Felicidad

4.1. La Política

Aristóteles afirma que el hombre es un ser social (político) por naturaleza. Quien es demasiado autosuficiente para tener necesidad de la sociedad, o es una bestia o un dios (es decir, está por debajo o por encima de lo humano).

Según Aristóteles, la ciudad o Estado (polis) es anterior al individuo, ya que el individuo solo puede llevar una vida plena y desarrollar sus potencialidades si forma parte de una polis bien gobernada. De ahí la subordinación de la Ética a la Política.

Clasificación de las Formas de Gobierno

Aristóteles clasifica las formas de gobierno utilizando dos criterios: el número de los que gobiernan y el bien que persigan al gobernar. El buen gobierno busca el bien común y el mal gobierno busca el bien particular del que gobierna. Aplicando estos criterios se obtienen tres formas legítimas de gobierno y tres formas degeneradas:

  • Monarquía: Es el estado gobernado por un individuo que persigue el bien común. La forma degenerada sería la Tiranía.
  • Aristocracia: Es el estado gobernado por unos pocos que persiguen el bien común. En cambio, la Oligarquía es el estado gobernado por unos pocos que no persiguen el bien común.
  • Politeia: Es el gobierno de todos los individuos persiguiendo el bien común. Su forma degenerada sería la Democracia.

4.2. El Problema de la Virtud (Ética)

Aristóteles distingue entre virtudes morales (éticas) y virtudes intelectuales (dianoéticas).

Virtudes Intelectuales (Dianoéticas)

Las virtudes intelectuales o dianoéticas aseguran el buen funcionamiento de la parte racional del alma. Incluyen la sabiduría (sophía) y la prudencia o sabiduría práctica.

  • Prudencia (Phrónesis): Es la capacidad de aplicar la razón a los asuntos prácticos. Por lo tanto, es una virtud intelectual relacionada con el saber práctico (Ética y Política).
  • Sabiduría (Sophía): Designa el conocimiento teorético. Aristóteles identifica la sabiduría con la ciencia más universal: la Filosofía Primera o Teología (Metafísica).

Virtudes Morales (Éticas)

Las virtudes éticas o morales aseguran el buen funcionamiento de la parte sensitiva del alma, permitiéndonos controlar racionalmente nuestros deseos, emociones y sentimientos.

Aristóteles define la virtud moral (virtud ética) como un hábito (ethos) que consiste en la elección del término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquello por lo que decidiría el hombre prudente. Es un término medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, aunque no toda acción ni toda pasión admiten un término medio, ya que hay cosas malas en sí mismas, no por sus excesos y defectos.

La Teleología y la Felicidad

La filosofía de Aristóteles se caracteriza por la noción de finalidad (teleología). También la ética aristotélica es teleológica: todas las acciones humanas están orientadas a un fin. Ese fin es, en última instancia, la búsqueda de la felicidad, cualquier otro fin que persigamos no es más que un medio para lograr ese Bien Supremo.

La felicidad consiste en realizar del modo más perfecto posible nuestra esencia o forma. El intelecto o inteligencia tiene como finalidad la felicidad perfecta. Esa actividad propia del intelecto es el pensamiento filosófico (vida teorética o contemplativa).

Aristóteles menciona tres estilos de vida en orden ascendente de mérito:

  1. La vida del disfrute, que tiende al placer.
  2. La vida política, que tiende al honor y la búsqueda de reconocimiento.
  3. La vida filosófica (vida teorética), la más elevada de todas.

Todo el mundo tiene que tener cubiertas las necesidades vitales para poder aspirar a la vida más elevada.

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