Hume y Descartes: Empirismo y Racionalismo en la Filosofía Moderna

Hume: Ética y Sentimiento Moral

Para Hume, la moral se basa en la valoración de las acciones a través de juicios morales que determinan si son buenas o malas. Considera que el conocimiento moral no es, ni puede ser, el fundamento de estos juicios. Los juicios morales no buscan enunciar hechos, sino someterlos a valoración.

Hume critica lo que posteriormente se conocería como la falacia naturalista. Argumenta que no se puede justificar racionalmente el paso de juicios de hecho a juicios de valor. Los juicios morales, según Hume, surgen de un tipo particular de impresiones de reflexión: los sentimientos. Al emitir un juicio de valor sobre un hecho, simplemente expresamos los sentimientos que ese hecho nos produce. Esta postura, que define el comportamiento moral como fundamentado en los sentimientos, se conoce como emotivismo moral.

La virtud, como cualquier otra cualidad mental, produce en el observador un sentimiento agradable. Los sentimientos son guías para la razón, que puede proporcionarnos los medios para alcanzar nuestros fines. Sin embargo, la elección de los fines últimos no es una decisión de la razón, sino el resultado de nuestros sentimientos. En muchos casos, nos agrada lo que es socialmente útil y nos desagrada lo que es socialmente perjudicial. Hume destaca la importancia de la simpatía en este contexto.

Hume: Conocimiento y Crítica a la Metafísica

Hume sostiene que todo nuestro conocimiento se elabora a partir de percepciones y de la actividad del entendimiento. Clasifica las percepciones en dos tipos:

Impresiones

Son los datos inmediatos de la conciencia, como oír, ver o sentir. Las impresiones solo nos proporcionan datos a través de la experiencia o los sentimientos. Se dividen en:

  • De sensación: datos inmediatos de los sentidos, por los que creemos conocer las cualidades de lo que nos rodea.
  • De reflexión: nos permiten conocer nuestros estados de conciencia, como los estados de ánimo o las pasiones.

Ideas

Son copias de las impresiones que persisten cuando estas han desaparecido (por ejemplo, cerrar los ojos y recordar lo que se estaba viendo). Se clasifican en:

  • De la memoria: reproducciones de las impresiones (recordar cómo sucedió algo).
  • De la imaginación: formadas por asociación de otras ideas.

Las ideas tienden a asociarse en la mente según tres leyes:

  1. Ley de semejanza: asociamos ideas que tienen algún grado de similitud.
  2. Contigüidad espacio-temporal: una idea nos lleva a otra cuando existe una relación de proximidad entre ellas.
  3. Causalidad: ante fenómenos que se suceden temporalmente, nuestro entendimiento crea una expectativa de futuro.

Certeza y la Crítica a la Idea de Causalidad

Para Hume, la experiencia es el límite de nuestro conocimiento y no existen ideas innatas. Propone un criterio de certeza: para saber si una idea es verdadera, debemos comprobar si procede de una impresión. Hume critica la idea de causalidad, argumentando que no podemos tener certeza de que un evento cause otro, solo podemos observar la conjunción constante entre ellos. Nuestra expectativa de que el futuro se parezca al pasado se basa en la costumbre, no en una necesidad lógica.

La Existencia de Dios

Hume rechaza los argumentos tradicionales a favor de la existencia de Dios, como el argumento cosmológico (basado en la idea de causalidad) y el argumento ontológico (basado en la idea de un ser perfecto). Argumenta que la idea de Dios no puede provenir de ninguna impresión sensorial, por lo que carece de contenido empírico.

Descartes: Racionalismo y la Búsqueda de la Certeza

Razón Autónoma y Reconstrucción del Saber

Descartes creía en la capacidad de la razón para alcanzar el conocimiento verdadero sin depender de la tradición, la autoridad o la fe religiosa. Defendía una razón autónoma y buscaba un método para alcanzar un conocimiento sólido y seguro. Su objetivo era construir un sistema de conocimiento con la metafísica como raíz, la física como tronco y la moral, la medicina y la mecánica como ramas.

Estructura de la Razón: Intuición y Deducción

Descartes distingue dos facultades principales de la razón: la intuición y la deducción. La intuición es una»luz natura» que nos permite captar inmediatamente conceptos simples y evidentes. Es un conocimiento inmediato, claro y distinto que no deja lugar a dudas. La deducción, por otro lado, nos permite obtener nuevos conocimientos a partir de otros ya conocidos, siguiendo reglas lógicas.

El Método Cartesiano

Descartes propone un método para guiar la razón en la búsqueda de la verdad, basado en cuatro reglas:

  1. Evidencia: aceptar solo aquello que se presente a la mente de forma clara y distinta, sin lugar a dudas.
  2. Análisis: dividir las ideas complejas en partes más simples para poder comprenderlas mejor.
  3. Síntesis: reconstruir deductivamente lo complejo a partir de lo simple.
  4. Enumeración: revisar todos los pasos para asegurar que no se ha omitido nada.

Descartes: La Existencia de Dios y el Dualismo Antropológico

La Idea de Dios como Idea Innata

Descartes argumenta que la idea de Dios, como un ser infinito y perfecto, es una idea innata, es decir, no proviene de la experiencia sensorial ni de la imaginación, sino que está presente en la mente desde el nacimiento.

Demostración de la Existencia de Dios

Descartes ofrece dos argumentos principales para demostrar la existencia de Dios:

  • Argumento ontológico: la idea de Dios como un ser perfecto implica su existencia, ya que la existencia es una perfección.
  • Argumento de la causalidad: la idea de Dios, como un ser infinito, no puede tener su origen en un ser finito como el ser humano, por lo que debe tener su causa en un ser infinito: Dios.

El Hombre como Unión de Alma y Cuerpo

Descartes establece una distinción fundamental entre dos sustancias: la sustancia pensante (res cogitans), que es el alma, y la sustancia extensa (res extensa), que es el cuerpo. El alma se caracteriza por el pensamiento, mientras que el cuerpo se caracteriza por la extensión. Esta postura se conoce como dualismo antropológico.

Descartes afirma que el alma y el cuerpo, aunque distintos, están unidos en el ser humano. La interacción entre ambos se produce a través de la glándula pineal, ubicada en el cerebro.

En resumen, mientras que Hume defiende un empirismo radical que limita el conocimiento a la experiencia sensorial y cuestiona la metafísica tradicional, Descartes propone un racionalismo que busca la certeza a través de la razón y defiende la existencia de Dios y la distinción entre alma y cuerpo.

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