Fundamento Antropológico de la Sociedad
El ser humano (SH) es un ser social por naturaleza; está abierto a los otros, lo cual constituye la índole propia de la persona. Según Boecio, la persona es una “sustancia individual de naturaleza racional”.
El hombre está abierto a la realidad, por lo que no se puede explicar en sí mismo, sino en relación con los otros, a quienes necesita para construirse plenamente.
Necesitamos del lenguaje para poder comunicarnos con los demás; este es una exteriorización de la conciencia (un diálogo exterior). A diferencia del ser humano, el resto de los animales se comunican de otro modo. El lenguaje actúa como el elemento de cohesión entre las personas; de hecho, los vínculos sociales se fortalecen al compartir temas de conversación comunes.
La comunicación es capaz de expresar un argumento de alcance mayor (el concepto del bien). El lenguaje es, en esencia, la expresión de una imagen mental.
La tendencia natural del ser humano es convivir con los demás, lo cual constituye su principio de conservación.
- Libertad trascendental: El ser humano es libre y está abierto a toda la realidad. No se conoce a sí mismo de forma aislada, sino que se reconoce entre otros “yoes”.
En este contexto, ser justos se traduce también en un beneficio personal para la convivencia.
Las cuatro ideas de Aristóteles sobre la comunidad humana
- Aristobía (Mejor vida): La comunidad debe hacer lo posible para lograr una vida virtuosa, facilitando la virtud (donde la forma de obrar se convierte en la forma de ser). Aristóteles defiende que la mayor virtud es la amistad; los amigos se unen al mantener conversaciones interesadas en los mismos temas.
- Nomocracia: Se refiere al gobierno por la ley. Originalmente, la ley gobierna al más fuerte y luego a los demás. Se entiende que la ley es la expresión de la opinión mayoritaria. De aquí derivó el concepto de “derecho”, que surge para defender al más débil en un conflicto de intereses.
La ley no lo abarca todo, pero sí lo esencial para la convivencia civil y el orden jurídico. La ley obliga, en primer lugar, al gobernante y, posteriormente, al gobernado.
- Politeia: Es la fuerza de la palabra significativa y convincente que produce la ley; también puede entenderse como una buena educación cívica.
- Cosmópolis: Una ciudad bien ordenada y organizada. Es fundamental que existan espacios públicos destinados a la conversación.
Aristóteles defiende que uno de los principales deberes del gobernante es velar por que no se pierda el sentido de la palabra.
- Pacto Social: Esta teoría sugiere que la sociedad surge de un acuerdo. Plantea que el egoísmo brota de forma natural en el ser humano, llevándonos a comportarnos de una manera que no es nuestra esencia original.
El Animal Político y el Animal Parlante: Razón Dialógica
El hombre es un animal político (zoon politikon); no es autosuficiente y necesita de los demás para vivir en convivencia. Para ello, requiere entender y ser entendido a través del lenguaje.
Thomas Hobbes afirmaba que “el hombre es agresivo por naturaleza”, describiendo un estado de “guerra de todos contra todos”. Por el contrario, Rousseau considera que existe una vida anterior al pacto social, donde el “buen salvaje” es aquel que no tiene conflictos porque no tiene con quién enfrentarse.
Gracias a la palabra y a la comunicación no verbal, el individuo adquiere características humanas esenciales, como la comprensión gestual.
Si no existiera un lenguaje capaz de interpretar un gesto, este carecería de sentido. La comunicación humana tiene tanta variedad precisamente porque es susceptible de ser interpretada.
El lenguaje verbal es simbólico: los signos dirigen la atención hacia lo que simbolizan. Gracias a la palabra podemos pensar, pues pensamos con palabras.
El reto de la educación cívica actual es restaurar el diálogo, el cual es una praxis (acción práctica), similar al acto de atender. Existen múltiples tipos de diálogos.
Las etiquetas retóricas también poseen valor; es fundamental que la conversación política sea responsable y mantenga ciertas formas o apariencias.
Escuchar es rendir homenaje a la otra persona, ya que implica concentrar la atención en un mensaje, una capacidad que es cada vez más difícil de hallar.
Una escucha activa y sincera puede incluso hacernos cambiar de opinión. El diálogo es una praxis moralmente intensa, ya que es capaz de generar cohesión humana.
La esencia de la política es el diálogo libre de dominio: un compromiso serio con el tema tratado, más allá del resultado inmediato.
Aristóteles le advirtió al príncipe que uno de los principales deberes del gobernante es impedir que se pierda el sentido de la palabra. La necesitamos para comunicarnos y vivir en sociedad, a diferencia de los animales; nosotros comunicamos sentimientos, ideas y opiniones.
La amistad, por tanto, se consigue y se mantiene conversando.
Reiteración de las ideas de Aristóteles sobre la comunidad
- Aristobía: La búsqueda de la mejor vida. La comunidad debe facilitar la virtud, entendiendo que la forma de actuar moldea el ser. La amistad es la virtud suprema, nacida de intereses y conversaciones comunes.
- Nomocracia: El imperio de la ley. La ley debe regir sobre todos, empezando por el más fuerte, y evolucionar hacia el derecho para proteger al débil.
La ley es el pilar de la convivencia civil. Su cumplimiento es obligatorio tanto para el gobernante como para el gobernado.
- Politeia: La palabra como herramienta legislativa y educativa.
- Cosmópolis: La organización urbana que prioriza los espacios de encuentro y diálogo.
