Filosofía Metafísica: Origen, Conceptos y Pensadores Esenciales

Introducción a la Metafísica

Los seres humanos, además de los saberes científico-técnicos, necesitamos una orientación para nuestra vida, algo que le dé sentido a nuestras acciones.

Origen Etimológico de la Metafísica

El nombre “metafísica” procede de Andrónico de Rodas, filósofo del siglo I a. C., conocido por ser el sistematizador y ordenador de las obras de Aristóteles. Andrónico encontró una serie de escritos en los que Aristóteles trataba acerca de cierta “filosofía primera”, llamada a veces “teología”. Andrónico las ordenó siguiendo las letras del alfabeto griego. Este grupo de escritos fueron colocados detrás de los ocho libros de física, por eso se le llama metafísica, del griego ta metá ta physicá, esto es, “los que están detrás de la Física” o también “lo que hay más allá de las cosas físicas”.

Definiciones Clave de la Metafísica

A partir de Aristóteles, la metafísica debe entenderse como “filosofía primera”, lo cual tiene que ver con la traducción de la partícula metá que forma parte del término “metafísica”.

  • Si la traducimos como “más allá”, la metafísica se convierte en el estudio de una realidad superior y trascendente a la naturaleza (Physis), esto es, se correspondería con el tratado acerca de Dios (theos – teología).
  • Pero si traducimos metá como “detrás”, nos referimos a una realidad inmanente a las cosas naturales, es decir, al estudio del ser de las cosas (ontología).

Su pretensión última es alcanzar un saber que conduzca hacia la vida feliz. El saber metafísico pretende ir más allá de las explicaciones científicas. La característica básica de la metafísica es la ultimidad, es decir, su intento de llegar a las cuestiones últimas, a aquellas cuya respuesta ya no admite seguir preguntando más. A esto se refieren los filósofos cuando mantienen que la metafísica trata de los primeros principios y de las primeras causas. Tiene una perspectiva universal, ya que le interesa lo común a todas las cosas. La metafísica es un saber radicalmente abierto, que trata de los presupuestos de la realidad y del pensamiento. Con la metafísica se intenta conocer los principios desde los cuales ordenar y entender el sentido de nuestra experiencia.

Corrientes Filosóficas: Espiritualismo

Bajo el nombre de espiritualistas se agrupan las teorías de todos aquellos filósofos que sostienen que, por encima de la realidad material de la que tenemos experiencia, existe una realidad espiritual que le da sentido.

El Dualismo Platónico y el Mito de la Caverna

Platón distinguía dos mundos separados, así lo muestra su “Mito de la Caverna”: el Mundo Inteligible o de las Ideas, que se conoce mediante el ejercicio intelectual de la razón y que es, para Platón, el mundo perfecto y auténtico, inmaterial, eterno e incorruptible. El opuesto de este mundo es el Mundo Sensible, el mundo imperfecto en el que vivimos los mortales. Su vía de acceso no es la razón, sino el conocimiento que nos proporcionan los sentidos. Este mundo es tan solo una sombra del Mundo Ideal. El Mundo de las Ideas está formado por ideas perfectas como Justicia y Bien, que constituyen la auténtica realidad, el ser, las ideas que son imperceptibles por los sentidos. Veamos la simbología y riqueza del “Mito de la Caverna”:

  • Los prisioneros: somos los seres humanos en nuestro estado de ignorancia, encadenados a nuestras pasiones más irracionales e innobles (envidia, codicia, falsedad, etc.). Solo podemos observar imágenes falsas y distorsionadas de lo real (eikones), las figuras que se proyectan en la pared de la caverna.
  • Sombras: eikones, meras figuras proyectadas en la pared de objetos que parecen reales pero no lo son. Simboliza la eikasía o imaginación, el grado inferior de conocimiento.
  • Portadores de objetos: para Platón, esos portadores de objetos son los sofistas (falsos sabios que manipulan el discurso y engañan a los atenienses para conseguir la fama o el éxito social); en nuestra sociedad actual, podrían ser los periodistas o medios de comunicación. Simboliza el segundo grado de conocimiento que puede alcanzar un prisionero liberado de sus cadenas: la pistis o creencia, que permite ver los objetos reales.
  • Cadenas de los prisioneros: simbolizan la ignorancia de los mortales.
  • Fuego: es el sol del Mundo Sensible.
  • Prisioneros liberados: están dentro de la caverna, pero saliendo de ella, pueden alcanzar a ver la luz de esa realidad superior, el Mundo Inteligible o de las Ideas. Representa la Dianoia (el conocimiento matemático). Es un saber racional que pertenece a la episteme o ciencia.
  • Sol del Mundo Inteligible: simboliza la Idea de Bien, la idea más importante que debe conocer el gobernante de la ciudad (filósofo-rey). Por eso, el ser humano más sabio y virtuoso que capta la Idea de Bien es el que debe gobernar. Para Platón, los filósofos alcanzarían ese ideal, alcanzando la mayor sabiduría posible (noesis), que es el conocimiento dialéctico.

Platón defiende, a nivel metafísico, un dualismo ontológico, que significa que el mundo se divide en dos realidades claramente diferenciadas: una inferior llamada Mundo Sensible (nuestro mundo, donde hay cambio y movimiento continuo), que se representa por el interior de la caverna; y otra superior, llamada Mundo Inteligible, representada por el exterior de la caverna, que consiste en un mundo de las Ideas (Ideas de Justicia, Bien, Belleza, etc.).

Descartes: Dualismo Antropológico

Descartes sostiene que el mundo está integrado por varias realidades y distingue tres tipos de realidad: la sustancia infinita (Dios), la sustancia pensante (Yo) y la sustancia extensa (mundo). Distingue en el hombre dos realidades independientes: por un lado, la res cogitans (sustancia pensante), que es la razón, el alma o el espíritu del hombre; su esencia es el pensamiento y posee una potente herramienta que es la razón. La res extensa es el cuerpo, la sustancia material, el mundo. En su libro Reglas para la dirección del espíritu, Descartes señala que el cuerpo sería como una nave que pilota o conduce alguien, y el piloto sería el alma. Ambas sustancias, claramente diferenciadas e independientes, se conectan en una parte del cuerpo: la glándula pineal.

Hegel: El Idealismo Absoluto

El idealismo absoluto es la concepción filosófica desarrollada por Hegel, según la cual toda la realidad debe ser entendida como razón. No considera la razón como una facultad estática que capta conceptos, sino como idea o como espíritu. Piensa que la totalidad de lo real, lo absoluto, es de naturaleza espiritual y racional: “Todo lo real es racional y todo lo racional es real”. La realidad es dinámica, está permanentemente en proceso, superando oposiciones y contradicciones; concibe la realidad dialécticamente. El espíritu o la razón es lo que mueve al mundo.

Corrientes Filosóficas: Materialismo

Se consideran materialistas a todos aquellos pensadores que niegan la existencia de realidades de tipo espiritual y, por lo tanto, identifican todo lo que hay como realidad material o sensorial.

Demócrito y el Atomismo

Demócrito nació hacia el 460 a. C. en Abdera y fue contemporáneo de Sócrates y Platón. Postula la existencia de un doble arjé: lo lleno (átomos) y lo vacío. El átomo es sólido, pero con el vacío se producen los cambios. Concibe el conocimiento como una modificación de la disposición de nuestro cuerpo: “solo conocemos que los principios de todas las cosas son los átomos y el vacío”. El alma es material, aunque su materia tenga unas características especiales: la de la sutilidad, constituida por átomos lisos y redondos. Es la sede del conocimiento y el movimiento en el hombre.

Marx y el Materialismo Histórico

Marx, con su materialismo histórico, sostiene que la historia y todo proceso humano o natural tienen causas materiales. La infraestructura (sistema económico) determina la superestructura o ideología (religión, moral, el arte, etc.). La filosofía ha interpretado el mundo produciendo cosmovisiones, pero lo ha hecho siempre al servicio de los intereses de la clase social dominante. De tal forma que la metafísica se ha convertido en un instrumento de legitimación de un orden social y económico injusto. La metafísica sería otra expresión más de la conciencia invertida, según la cual son las ideas las que impulsan el acontecer histórico. La misión de la filosofía ya no es interpretar, sino transformar el mundo. El marxismo critica una manera de hacer metafísica: lo que se transforma en ideología contribuye a la explotación de los seres humanos. Lo que el marxismo pretende es elaborar concepciones metafísicas nuevas que conduzcan a la emancipación de la humanidad.

Críticas a la Metafísica

El Empirismo de Hume

Para Hume, el criterio de verdad consiste en buscar la impresión sensible de la que proceda cada una de las ideas principales de la metafísica, tales como Dios, alma, yo; atribuye su formación al hábito o la costumbre. Dado que no hay ninguna experiencia sensible que legitime los conceptos clave de la metafísica, hay que desterrarla del campo de los saberes. Objeción: el peligro que corre Hume es incurrir en el escepticismo; solo tiene certeza de lo que percibe, todo lo demás (matemáticas) es dudoso.

Nietzsche y la Crítica Genealógica a la Metafísica

Nietzsche, con su crítica genealógica, pretende derribar los ídolos sobre los que se asienta la metafísica occidental. Rechaza todo dualismo metafísico: esencia/apariencia. Desde Platón, el pensamiento metafísico ha ideado otro mundo, distinto de este, que es el único verdadero; ese otro mundo inventado produce miedo y niega la vida. Este ha sido el mayor error de la metafísica: oponer un mundo verdadero a un mundo aparente. El único mundo real es el que niega el platonismo: el Mundo Sensible, donde hay cambio y movimiento. Hablar de otro mundo, como hace la filosofía platónica o la religión, es inventar una fábula falsa para manipular y dominar al rebaño, a los creyentes que adolecen de una “moral de esclavos” (de servidumbre y sumisión). El cristianismo no es más que un platonismo para el pueblo. Platón supone infravalorar el único mundo que tenemos, el sensible, y asimismo oprimir la propia vida y todos los valores vitales (el deseo, etc.). La metafísica platónica y, posteriormente, el cristianismo inspirado en ella, oprimen los valores vitales más importantes al considerarlos irracionales e innobles. El superhombre (übermensch) será el que lleve a cabo la inversión de esos valores negativos y contrarios a la vida (moral de esclavos) a la que conduce la decadencia del platonismo (nihilismo negativo), y revierta o transforme dichos valores en algo positivo que afirma nuestro Mundo Sensible como el único verdadero, reivindicando todo lo vital. Nietzsche acusa a la metafísica occidental, iniciada por Platón, de incurrir en un nihilismo negativo contrario a la vida. Al poner la razón por encima de los sentidos, lo ideal por encima de lo real, Nietzsche proclama: “Dios ha muerto”, como expresa en su libro Crepúsculo de los Ídolos.

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