Empirismo y Racionalismo: Hume y Descartes

David Hume y el Empirismo

Creencia

Para Hume, la creencia es un sentimiento que no depende de nuestra voluntad y nos lleva a percibir un objeto de una manera particular, anticipando el futuro o atribuyéndole propiedades no observables directamente. Esta definición resalta la subjetividad de la creencia como un conocimiento indemostrable. Aunque no tengamos certeza de que la realidad coincida con nuestras anticipaciones, la creencia nos guía en la vida, revelando la irracionalidad de nuestro comportamiento.

Experiencia

En el pensamiento de Hume, la experiencia es sinónimo de percepción y juega un papel fundamental en el conocimiento humano. El conocimiento comienza y termina en la experiencia, siendo válido solo cuando se refiere a una experiencia empírica. Este concepto es central en el empirismo de Hume.

Ideas

Las ideas son percepciones que surgen al reflexionar sobre una pasión o un objeto ausente. Son copias debilitadas de las impresiones, las «huellas» que estas dejan en nuestra mente. Hume considera válidas solo las ideas que tienen su origen en una impresión, sometiendo a crítica las ideas abstractas.

Sentimiento

Desde una perspectiva psicológica, Hume define el sentimiento como una impresión vívida e intensa que nos llega de forma inmediata. Además, el sentimiento tiene una dimensión moral: ante las acciones de otros, experimentamos aprobación (placer) o censura (dolor). Estos sentimientos básicos de agrado y desagrado son la base de nuestro comportamiento moral.

René Descartes y el Racionalismo

La «Res Cogitans»

Descartes parte de la duda metódica, dudando de todo hasta llegar a una verdad indudable: «Pienso, luego existo» (Cogito, ergo sum). Aunque pueda dudar de todo lo que pienso, el acto de dudar confirma mi existencia como ser pensante. Esta verdad no es una conclusión lógica, sino una intuición inmediata del espíritu.

El «cogito» tiene una doble función: señalar el tipo ejemplar de proposición verdadera y establecer la distinción entre alma y cuerpo. Descartes introduce el criterio de verdad de la evidencia racional: las cosas que concebimos clara y distintamente son verdaderas. Lo claro es aquello presente y manifiesto a un espíritu atento, mientras que lo distinto es preciso y diferente de todo lo demás.

Descartes define la «res cogitans» (cosa pensante) como aquello que duda, entiende, concibe, afirma, niega, quiere, imagina y siente. Una vez demostrada la existencia del yo pensante, se propone demostrar la existencia del mundo y de Dios, invirtiendo el orden tradicional de la filosofía.

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