El contexto de Descartes: Racionalismo y Empirismo en el siglo XVII

CONTEXTO DE DESCARTES (2)

Dos corrientes intentaron realizar esto: racionalismo y empirismo. El racionalismo se basa en el método matemático y el empirismo en la observación de la realidad. El racionalismo, iniciado por el propio Descartes, daba a la razón el papel principal, mientras que el empirismo, iniciado por Francis Bacon, se centraba en la experiencia como base del conocimiento. Sin embargo, el empirismo no rechaza a la razón, solo la supedita a la experiencia. Los rasgos principales de la filosofía racionalista eran varios: por un lado, la plena confianza en la razón humana, pues afirmaban que solo con ella se puede alcanzar la verdad; la afirmación de la existencia de ideas innatas, un rasgo platónico que afirmaba que el conocimiento se halla de alguna manera presente en el alma humana; la búsqueda de un método adecuado para acceder al conocimiento; la propuesta de una metafísica basada en la idea de sustancia; y el mecanicismo, que defiende que la realidad es un mecanismo gigante que se puede analizar y comprender.



Las obras más destacadas de Descartes

Las obras más destacadas de Descartes fueron “Meditaciones metafísicas”, “Reglas para la dirección del espíritu”, y “Discurso del método”, donde expone su teoría y método para alcanzar el conocimiento, y explica algunos conocimientos obtenidos mediante este. De esta última obra es el texto analizado. El objetivo que Descartes pretendía con su filosofía era construir la base que racionalistas y empiristas intentaban dar a la ciencia.



Influencias más significativas en Descartes

Las influencias más significativas que recibió Descartes fueron:

  • Su formación escolástica aristotélica: rigor conceptual, disciplina y precisión de pensamiento.
  • San Agustín: la duda escéptica, la conciencia, el interior para encontrar la verdad, la inmaterialidad del alma.
  • Influencia del pensamiento científico de la época: Kepler, Galileo, Newton.
  • El científico Isaac Beckman.
  • Descartes influirá en los filósofos racionalistas: Spinoza, Leibniz, Kant, Hegel.
  • La corriente empirista, que aunque opuesta, acepta la subjetividad en el conocimiento.
  • La concepción mecanicista de la naturaleza: la ciencia como instrumento de dominio de la naturaleza.



El fragmento de Descartes

El fragmento que nos ocupa fue escrito por René Descartes, filósofo y matemático nacido en Francia. El texto forma parte de su obra “Discurso del método”, en concreto, de la IV parte. La filosofía de Descartes se encuadra dentro de la corriente racionalista, que se podría definir a grandes rasgos como la postura en la que predomina la razón como único camino hacia el conocimiento. Hay que destacar que está considerado como el padre de la filosofía racionalista moderna, ya que, en parte, rompe con las pautas marcadas por los dogmas religiosos que eran el eje y guía del conocimiento humano y de la vida. El tema central de esta cuarta parte del discurso es la primera verdad o primer principio, que hace referencia al Cogito, es decir, el sujeto pensante, la propia actividad del pensar, que evidencia mi propia existencia. Vamos a ir desgranando las claves del texto. La idea principal del texto es la búsqueda de un fundamento sólido e indudable para el conocimiento. En el principio de la 3: se podría decir que el principal objetivo de Descartes era saber cómo podemos obtener conocimientos y alcanzar la verdad mediante el uso de la razón. De ahí parte la duda metódica que desglosaré a continuación. Descartes plantea la dificultad de distinguir entre sueño y vigilia, por lo tanto, no podemos tener seguridad sobre lo que es real y lo que no. Eso genera, como poco, cierto desconcierto. A dónde voy a llegar si no puedo realizar esa distinción, qué verdad fiable, valga la redundancia, podré alcanzar. Así que admite que tanto los sentidos como el entendimiento pueden ser erróneos, puedo ser engañado por ambos. Y bien, llegados a este punto, qué podemos hacer. Qué hace que toda realidad se me vuelva confusa. y ya empezar con intro de duda metódica.



La segunda parte del “Discurso del Método”

Este fragmento pertenece a la segunda parte del “Discurso del Método”, obra del filósofo moderno René Descartes, uno de los máximos representantes del Racionalismo. En esta corriente consideran la razón humana como única fuente válida de conocimiento, independiente de la experiencia, y así lo plasma en esta obra autobiográfica con la que quiso explicar el desarrollo de su método, a través de la narración del camino que había seguido para dirigir de una forma adecuada su conocimiento. La segunda parte del Discurso tiene un tema central que es la búsqueda del método, es decir, el establecimiento de una serie de reglas simples y sencillas de aplicar, que, si seguimos paso a paso, y partimos de proposiciones evidentes (claras y distintas) permite alcanzar la verdad. El método además, tiene como objeto superar el relativismo y el escepticismo. En la segunda idea, señala el sistema de cadenas lógico discursivas de fundamentación matemática con inspiración en la geometría, a través del que Descartes ejercita su Razón, llevándole a deducir la interconexión entre todas las cosas que son objeto del conocimiento humano. Explica que hay que observar todas las conexiones en su complejidad, vigilando que las deducciones sean correctas (someterlas al método), y ‘guardando el orden necesario’, porque si está mal organizado conduce a error. Con la tercera y última idea que refleja este fragmento, expresa su confianza absoluta en la capacidad deductiva de la razón que le hace pensar firmemente que no habría verdad inasequible para el conocimiento humano.



Contexto de Descartes: siglo XVI y XVII

Descartes nace en La Haye, en una familia que pertenece a la pequeña nobleza. A los ocho años es enviado a La Flèche, colegio donde recibe una educación clásica y científica, orientada en los principios de la filosofía escolástica. Pero la vida de Descartes transcurre paralela al Renacimiento, pues este en Europa se desarrolla a lo largo del siglo XVII.

Contexto cultural: En relación a la cultura del siglo XVII, es de un esplendor sin parangón, debido a que permite a este tiempo desligarse de las ataduras provenientes de la Edad Media. El Renacimiento del siglo XVI es la puerta de entrada para que en los 100 años que corrieron de 1600 a 1700 la sociedad pudiese zafarse del viejo molde que implantaba métodos rígidos de comportamiento y actuación especialmente impuestos por la Iglesia. Al romper estos viejos moldes se permitió salirse de la rigidez de las estructuras lineales e imprimir nuevas formas de movimiento especialmente en el campo de las artes como podrían ser la pintura, escultura y arquitectura. Este adelanto de imprimir movimiento, rescatar las formas celestiales por medio de la ornamentación, y el paso de lo estático a lo dinámico se contempla como el estilo Barroco, que es un estilo moderno que deja atrás al manierismo del siglo precedente.

Contexto filosófico: En la Edad Moderna, el tema central de la filosofía será el hombre. Dios, tema principal de la Edad Media, pasa a un segundo plano. Con respecto al hombre, se tratará con especial interés los temas relacionados con el conocimiento, pues este ya no depende exclusivamente del objeto a conocer, sino que se empieza a considerar el sujeto que conoce como clave de dicho conocimiento. La misión de la filosofía, en esta época, era la de crear una base en la que las nuevas teorías científicas se relacionen y sean coherentes, crear una nueva visión del mundo.



Conclusiones

En una época de desconcierto, se hizo necesario establecer unas bases que nos permitieran hablar de realidad y de certeza. Las teorías de Descartes se constituyen así como una de las bases del Racionalismo. Dentro de esta corriente, los filósofos que se adscriben consideran la razón humana como única fuente válida de conocimiento, independiente de la experiencia. Sostuvieron que la razón tiene ideas innatas, esto es, que las tiene el sujeto desde su nacimiento, y consideraron que los universales no podían venir de los sentidos, y que de los universales es de los que nos podíamos fiar. Desde esta postura defendieron que la realidad estaba ordenada según la lógica mecanicista, y que podía ser conocida usando la ciencia deductiva. Por lo tanto, gracias a sus postulados fue posible una ciencia universal única que permitió al ser humano el conocimiento de la naturaleza. Las matemáticas fueron el modelo a seguir por las ciencias modernas y se consolidaron como el modelo para esta ciencia universal.

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