Para hablar del problema del conocimiento en Descartes, es necesario explicar que fue (según Hegel) el primer autor modernista. En su continua búsqueda de la verdad, no se estancó en sus dos primeras ‘navegaciones’ (los estudios monacales y lo que aprendió recorriendo el mundo), sino que fue más allá y se quedó con la tercera: el viaje por su propia conciencia, la filosofía.
De esta manera, tras emplear muchos años de su vida dedicado al estudio, Descartes se dio cuenta de que gran parte de lo que le habían enseñado no servía para nada, que solo había aceptado conocimientos como verdaderos sin comprobarlos personalmente. Salió de la escuela con un profundo desengaño hacia casi todas las ciencias, excepto las matemáticas. A él le parecía que el sistema que utilizaban era el que le hacía falta a la filosofía para ganar la rigurosidad que le faltaba. Por ello, basándose en ellas, desarrolló el método cartesiano (caracterizado por el innatismo y la intuición).
El Método Cartesiano y la Duda
El objetivo principal de este método era distinguir la verdad (aquello que se presenta de forma clara y distinta), o en el peor de los casos, evitar tomar un conocimiento falso por verdadero.
Así, este proceso comienza con la duda, una duda que es:
- Universal: porque afecta absolutamente a todo.
- Metódica: ya que es un instrumento para alcanzar la verdad.
- Teorética: es decir, que no debe extenderse a las creencias o los comportamientos éticos.
Para lograr su objetivo, Descartes duda de cuatro cosas:
- De los sentidos: estos son engañosos y nunca debemos fiarnos de ellos.
- Del mundo exterior: ya que no podemos estar seguros de que la realidad no sea más que un sueño.
- De los propios razonamientos: porque nuestro entendimiento se puede equivocar, incluso en las matemáticas.
- De sí mismo: porque es posible que exista una especie de espíritu maligno que nos induce al error (la llamada duda hiperbólica).
Las Reglas del Método
De igual modo, para asegurar el perfecto funcionamiento del método, este pensador establece una serie de reglas que se tienen que seguir en orden para que, junto a los razonamientos intuitivos y concretos, lleguemos a la verdadera certeza:
- La evidencia: no se puede admitir nada que sea dudoso, solo aquello que se presente clara y distintamente a nuestra inteligencia.
- El análisis: nos dice que solo serán evidentes las ideas simples, por lo que las que estén compuestas se deben reducir a sus elementos más simples y después comprobar su evidencia por separado.
- La síntesis: la reunificación de las ideas simples para, en este estado, volver a comprobar si son claras y distintas.
- La enumeración: constituye la revisión de que las otras tres reglas han sido cumplidas. Esta es la fase que proporciona tanta perfección e infalibilidad al método cartesiano.
El Cogito: La Primera Certeza
Tras llevar a cabo este proceso y después de poner en duda toda opinión y afirmación, Descartes llegó a la conclusión de que la única certeza que soporta todos los ataques de la duda es el hecho de que, mientras ha estado dudando, ha pensado. Y no puede dudar de que es él mismo quien ha pensado estas ideas, puesto que es un ser pensante.
Por tanto, llega a la célebre conclusión: “Cogito ergo sum” (Pienso, luego existo). Aquí es donde el autor encuentra el principio indubitable sobre el que asentar su nueva filosofía.
Este principio se compone de dos elementos claros: por un lado, está el pensar, que para el filósofo es un conjunto de elementos (“soy una cosa que piensa, es decir, que duda, afirma, niega, conoce unas cosas, ignora otras muchas, ama, odia, quiere, no quiere y que también imagina y siente”), con lo que da a entender que somos seres libres y con voluntad. Y por otro lado, está también el existir.
Pero además, el cogito es una intuición mental, una idea clara y distinta que ya es evidente por sí misma.
Las Ideas y el Conocimiento Innato
De esta manera, otra de las afirmaciones que nos trae Descartes es la de que “ego cogito cogitata”, es decir, yo pienso ideas. A estas las divide en tres categorías:
- Las adventicias: que son las que parecen proceder del mundo exterior.
- Las facticias: que se construyen con imaginación y voluntad.
- Las innatas: que son las más importantes, y las que el entendimiento posee por sí mismo. Estas son tres: la idea de pensamiento (YO, res cogitans), existencia (MUNDO, res extensa) y perfección (DIOS).
Asimismo, como postula el método, el conocimiento verdadero se encuentra en nuestro interior; no es adquirido ni aportado por nadie, sino que es innato. Por ello, es la luz natural de la razón (el sentido común) la que ilumina nuestro entendimiento y que, junto a la intuición, sirve de guía hasta el saber de las ideas claras y distintas.
El Problema del Solipsismo y el Papel de Dios
Además, esta afirmación nos lleva al solipsismo: la idea de que la evidencia plena de mis pensamientos solo lo es a nivel de conciencia. No podemos estar seguros de si existen realidades más allá de ella sin la presencia de Dios.
Aquí aparece lo que algunos críticos consideran una debilidad en el sistema cartesiano: el argumento de que Dios es el único que nos puede asegurar que la realidad exterior existe parece dejar atrás la defensa de la autosuficiencia de las ideas claras y distintas.
Conclusión
Este gran pensador modernista, al final de su vida, en la tercera de sus Meditaciones Metafísicas, escribió y afirmó que, después de toda una vida dedicándose al estudio y a buscar la verdad, ser un ser pensante con todo lo que implica era lo único que podía establecer como evidencia indudable.
Con esto, y a pesar de que su teoría del conocimiento es considerada una de las más influyentes que se han desarrollado en la historia de la filosofía, algunos argumentan que, para poder mantenerla y manifestar su defensa de la libertad del hombre en un mundo dominado por el absolutismo, pagó el precio de ver sus posteriores teorías (particularmente las relativas a la existencia de Dios y el mundo exterior) calificadas por algunos como argumentos inciertos, imprecisos o menos rigurosos, bastante alejados de la rigurosidad matemática que caracteriza su método inicial.