Explorando el Pensamiento de Nietzsche: Contexto, Crítica y la Visión del Superhombre

Nietzsche: Contexto Histórico, Filosófico y Cultural

El siglo XIX, a cuya segunda mitad pertenece Nietzsche, fue un siglo de grandes transformaciones:

  • Se produce la Revolución Industrial (paso de la producción artesanal a la fabril).
  • Se consolida el capitalismo.
  • Adquieren protagonismo social burgueses y proletarios.
  • Se producen grandes avances científicos y tecnológicos (se inventa el teléfono, el automóvil, se iluminan las casas, se descubren nuevos materiales como el acero, etc.).
  • Se consolidan las grandes nacionalidades europeas (por ejemplo, tuvo lugar la unificación de Alemania con la creación del «Estado alemán»).
  • Tiene lugar la expansión colonial de Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos y Japón (mientras desaparecen los imperios español y chino).
  • En el arte es la época del Romanticismo, del Realismo, del Impresionismo y de las Vanguardias.

Para entender bien a Nietzsche, hay que insistir en que durante el siglo XIX se empiezan a percibir los límites del proyecto de la Ilustración. Los sueños de una sociedad fraternal, guiada por los ideales de libertad e igualdad, y en constante progreso hacia un futuro mejor, se están desvaneciendo. Los conflictos no cesan, aunque cambia su forma: ahora predomina la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado industrial, y las disputas nacionales o imperialistas. Alemania se gesta en estos años como nación. A causa del fracaso del proyecto ilustrado, nace el Romanticismo, corriente que va a afectar a Nietzsche.

En el ámbito del pensamiento, la mentalidad dominante es el Positivismo (que reivindicaba una filosofía centrada en los hechos concretos y reales). Aparece también el Evolucionismo defendido por Charles Darwin, quien afirmaba que la evolución de los seres vivos se produce como lucha por la existencia y gracias a la selección natural. Y Marx, quien intentó hacer de su pensamiento una obra científica. Es por todo esto por lo que el siglo XIX es la época en la que se produce el inicio de la era de las ciencias; sin embargo, ese aspecto intelectual del siglo no es su única característica. Un segundo aspecto propio del siglo XIX es la actitud de sospecha y de denuncia, y la emergencia de los valores ligados a la vida.

Marx fue el protagonista de una sospecha de carácter histórico-social y denunció que el sistema capitalista subsiste gracias al sufrimiento, la alienación y la explotación del proletariado. Freud sospecha que nuestras más nobles ideas y sentimientos se originan por fuerzas irracionales e inconscientes. Pero, ¿qué es sospechar? Es intuir que las cosas no son tal y como parecen. La sospecha lleva a buscar el fondo escondido de las cosas. Marx, Freud y Nietzsche serán llamados los filósofos de la sospecha. La sospecha de Nietzsche apunta a la cultura occidental y denuncia que los valores de esta cultura ya no sirven. La filosofía de Nietzsche es una crítica radical de nuestra cultura y de sus valores.

Paralelamente a esta actitud de denuncia y de sospecha, en el siglo XIX (sobre todo en la filosofía alemana de la segunda mitad de siglo) aparecen algunas teorías filosóficas que tenían en común el hecho de oponerse al ambiente positivista dominante. Estas teorías son: Vitalismo e Historicismo. Defienden que la vida no puede explicarse solo mediante elementos racionales (Hegel) o científicos (Positivismo).

El Vitalismo, al que pertenecen pensadores muy dispares, se caracteriza por:

  • Exaltación de los aspectos irracionales del ser humano: inspiración poética, visión profética, intuición, subconsciente…
  • Afirma que la razón es inadecuada para alcanzar la verdadera realidad.

Uno de los más importantes filósofos vitalistas ha sido Nietzsche, si bien Schopenhauer fue un precursor de estas ideas. La filosofía de Nietzsche manifiesta con radicalidad la crítica a la razón idealista y positivista, y la defensa de los valores de la vida. Después de Nietzsche, el vitalismo continuó en diversos pensadores como, por ejemplo, en el español Ortega y Gasset.

Por otro lado, la época en la que vive Nietzsche es una época marcada por la decadencia de una sociedad cristiano-burguesa, con una moral puritana y llena de prejuicios. Su obra es una reacción contra esta moral tradicional y sus valores.

Además, en esta época aparecen los movimientos revolucionarios de tipo sociopolítico con esperanza de justicia y libertad para el hombre. Influido por este ambiente, Nietzsche quiere crear un tipo de hombre que sustituya al «hombre cristiano tradicional».

Antecedentes Intelectuales de Nietzsche

  1. Kant

    Filósofo alemán posterior. A partir de él, Hegel pretendió superar las dualidades presentes en la filosofía de Kant (por ejemplo, fenómeno-noúmeno) explicando la realidad como el producto de una Razón Absoluta que dominaba el mundo y la historia. Pero esta reducción de la realidad a la razón había relegado a un segundo plano cuestiones fundamentales del hombre, como la vida, el valor del individuo…

    Por eso, Nietzsche critica a Kant, a Hegel y, en general, a los filósofos idealistas, a quienes, en último término, despreció por «cristianos».

  2. El Irracionalismo Vitalista de Schopenhauer

    Para Schopenhauer, el mundo no tiene ninguna de las características que gustan a la razón humana: es cambiante, caótico y cruel. Por eso, la única salida es el pesimismo trágico, la consideración de que la vida humana es un sin sentido. Las aportaciones más importantes que hace Schopenhauer al pensamiento nietzscheano son:

    • La afirmación de que la inteligencia no es más que una herramienta al servicio de los instintos.
    • El papel predominante concedido al arte.
    • Su desconfianza de la historia y del progreso.
    • Su visión cíclica del devenir.
    • La primacía de la voluntad sobre la razón.
  3. El Genio Creador: Richard Wagner

    Nietzsche creyó encontrar en Richard Wagner la posibilidad de ir más allá del pesimismo a través de la música y la poesía. En sus primeras óperas, Nietzsche encontró un modelo distinto de hombre al que llamó «dionisíaco»: alegre, lleno de deseos de vivir, sin someterse a los convencionalismos y sin miedo a la irracionalidad de la vida. Se separa de Wagner por la ópera «Parsifal» —de temas religiosos— que Nietzsche consideró una traición por poner la música al servicio del cristianismo.

  4. La Herencia Griega

    Si hay algún pensador al que Nietzsche respetó a lo largo de toda su vida, este es Heráclito. De este autor resaltó su intención de quedarse con lo sensible y cambiante, y su concepción cíclica del devenir.

    En sentido negativo, el autor más criticado por Nietzsche es Sócrates, al que culpa del cambio de orientación de la cultura que dio lugar al menosprecio de la vida, característica de la filosofía racionalista.

  5. Darwin

    Por último, existe una clara presencia del darwinismo en el pensamiento de Nietzsche y su consideración de lo sagrado de la vida. De entre todas las teorías científicas y filosóficas, ninguna le influye tanto como la evolución de las especies de Darwin. Para Nietzsche, el ser humano común es demasiado humano, es decir, demasiado imperfecto como para ser la cima de la filogénesis; no es un fin, sino un medio, un eslabón más de la cadena evolutiva, un paso hacia el «Superhombre» que ha de venir. Si no hay progreso en esta dirección, solo puede haber retroceso, involución y animalidad. La idea de que debe existir algo mejor que el hombre aparece tan claramente definida que lleva a una conclusión inevitable: la lucha por la supervivencia es la esencia de la vida por encima de los formalismos. Los débiles caen ante la adversidad; solo los espíritus fuertes prevalecen y son capaces de superarse.

Crítica a la Tradición Occidental

La filosofía de Nietzsche es una crítica a la cultura occidental. Esta crítica tiene tres momentos que forman parte de un proceso histórico de decadencia:

  • Crítica a la metafísica tradicional (Platón, Idealismo).
  • Crítica a la moral cristiana.
  • Crítica a las ciencias positivas.

Crítica a la Metafísica Tradicional

Para Nietzsche, hay que criticar a la metafísica tradicional en un doble sentido:

  1. Porque tiene una concepción errónea de la realidad (aspecto ontológico).
  2. Porque tiene una concepción errónea del conocimiento de esa realidad (aspecto epistemológico).

a. Crítica a la Ontología Tradicional

Para Nietzsche, Sócrates es el gran enemigo de la vida. Afirmó que la Razón = Virtud = Felicidad (intelectualismo moral). Y, según Nietzsche, esto supone afirmar que la felicidad se obtiene a través de la razón, como si esta fuera el único valor de la vida. La concepción socrática constituyó una nueva manera de mirar las cosas basada en la racionalidad. Esta nueva manera de mirar, cerebral, lógica, se consolidará con la filosofía de Platón.

Según Nietzsche, toda la filosofía y la tradición occidental está asentada en la metafísica de Platón, siendo el cristianismo un «platonismo popular». El error fundamental de la filosofía occidental es admitir la división de mundos propuesta por Platón: mundo sensible y mundo inteligible (este mundo es el verdadero y aquel es solo una copia de este). Se inventa otro mundo porque se cree que es mejor que este. Esto significa un recelo contra la vida, la falsea. ¿Por qué? Porque no puede soportar ciertos aspectos de ella: el dolor, la vejez, el sufrimiento, la muerte… Es por ello que, al no aceptar este mundo, nos inventamos otro que nos consuele.

b. Crítica a la Epistemología Tradicional

No solo la concepción del mundo de la metafísica tradicional es errónea, sino que su teoría del conocimiento también lo es. Esta teoría intenta captar lo que la realidad es, racionalizándola mediante conceptos como si esta estuviese hecha de ellos. Hay un desprecio hacia los sentidos porque estos nos llevan a error y el mundo conocido por ellos es aparente y cambiante.

Frente a esto, el proceso para Nietzsche es el siguiente:

  • Lo que verdaderamente existe son las cosas, las realidades individuales que nunca son idénticas unas a otras.
  • A partir de esas realidades individuales, abstraemos y formamos los conceptos.
  • Pretendemos que el concepto nos sirva para expresar una multiplicidad de realidades individuales que nunca son idénticas y pensamos que dichos conceptos son la verdadera realidad.
  • Eso que creemos la verdad y que se expresa mediante conceptos no es más que un conjunto de generalizaciones que ha establecido la costumbre para hacer frente al devenir, al cambio que caracteriza a la vida. De esta manera se crea un mundo irreal ordenado y jerarquizado por conceptos que es totalmente opuesto al mundo real primitivo en continuo cambio y compuesto de seres individuales concretos.

Según Nietzsche, los conceptos no pueden captar lo que es la verdadera realidad, puesto que estos son estáticos mientras que la realidad es puro devenir y cambio.

Resumiendo, las consecuencias de la metafísica y teoría del conocimiento tradicionales son:

  1. Rechazo del devenir, del cambio. Sin embargo, para Nietzsche el mundo terrenal, cambiante, es el único que existe.
  2. Confusión entre lo último (los conceptos: momias de la realidad) y lo primero (las intuiciones de la realidad cambiante). Para Nietzsche los conceptos son lo último (lo que existe son las cosas concretas, los conceptos son meras abstracciones, nombres que ponemos a esas realidades concretas) mientras que para la metafísica tradicional son lo primero (lo que verdaderamente existe son los conceptos, las cosas son meras copias).
  3. Consideración del ser como algo fijo, inmutable, egipticismo: hieratismo y momificación de la vida. Según Nietzsche, este mundo del que hablan no existe. Lo que existe es un mundo en devenir (de ahí su admiración por Heráclito).
  4. Concibe la verdad como lo opuesto al error, busca verdades absolutas inamovibles. Para Nietzsche esto es absurdo. Frente a esto defiende un perspectivismo: no hay hechos sino interpretaciones, no hay verdad en sí sino valoración subjetiva.

Crítica a la Moral

Esta moral se sustenta en la filosofía de Platón y su mundo de las Ideas. Una consecuencia posterior de ella es el cristianismo.

La moral judeocristiana ha negado la vida por su hostilidad hacia los sentidos, lo pasional, la carne, por su consideración de esta vida como un mero tránsito hacia la vida verdadera que consiste en la unión con Dios que se da no en «este mundo», sino en otro.

Esta moral nace del resentimiento, es «contranaturaleza», una moral que con sus «normas» va contra los instintos vitales y quita el sentido a «esta vida» —la única que existe para Nietzsche—, sustentándola en el concepto de Dios. Por ello, hay que acabar con este concepto para que aparezca el Superhombre, quien hará una transmutación de los valores, una nueva moral que afirme la vida. Dios es, pues, el gran obstáculo y hay que acabar con él.

Crítica a las Ciencias Positivas

Dios venía agonizando de manera clara desde el Renacimiento y la Revolución Francesa parecía culminar esta obra. Sin embargo, esto no llegó demasiado lejos. ¿Por qué? Porque el ataque de la Ilustración va fundamentalmente dirigida contra los dogmas teológicos de la Iglesia, su oscurantismo, su poder, pero deja intacto el dualismo cristiano.

Además, para el cristianismo, Dios significaba orden, providencia, sentido de la vida, consuelo, y, los ilustrados primero y, posteriormente, el idealismo hegeliano buscaron un nuevo fundamento del orden, de la verdad… y ese nuevo fundamento fue la Razón; es decir, sustituyen a Dios por la Razón (la idea de progreso sustituye a la idea de providencia asentada antes en Dios).

En cuanto a la ciencia se refiere, Nietzsche no critica la ciencia en general, sino al mecanicismo y positivismo imperante en su época porque la ciencia positiva solo establece relaciones cuantitativas, elimina las diferencias cualitativas y no penetra en lo que las cosas son. Por lo tanto, la ciencia no sirve para explicar lo que sea el ser humano. Además, hemos de añadir a esto que la ciencia se ha convertido en una sirvienta del Estado que protege sus intereses.

El Nihilismo, la Voluntad de Poder y el Ideal del Superhombre

El Nihilismo

La consecuencia de todo este proceso histórico de negación de la vida que hemos venido analizando es el Nihilismo: actitud vital y filosófica que niega todo valor a la existencia o hace girar la existencia alrededor de algo inexistente. Según Nietzsche, la muerte de Dios* deja al hombre sin valores y sin brújula en su vida, y este se encuentra desorientado y perdido.

El Nihilismo tiene dos caras:

  • Nihilismo pasivo (duda, desorientación): consecuencia de la ausencia de valores por haberse derrumbado el pilar que sostenía la tradición cristiano-platónica: la idea de Dios.
  • Nihilismo activo (reflexión y nuevos valores): creación de valores nuevos que afirmen la vida.

*El Dios que ha muerto es el monoteísta —la Razón—. Nietzsche defiende el politeísmo: dioses múltiples y contradictorios. Esto proporciona al hombre una pluralidad de perspectivas que es condición indispensable para la libertad humana.

El Horizonte Nietzscheano: La Voluntad de Poder

La filosofía platónica se caracteriza por una voluntad de verdad que se intentaba expresar mediante categorías y conceptos. El problema está en que esta es solo una de las perspectivas posibles que se ha impuesto por la costumbre y, sin embargo, pretende convertirse en la única. La voluntad de verdad momifica la realidad.

Para Nietzsche, la vida, la realidad es móvil, cambiante y múltiple, por lo que es imposible llegar a una comprensión fija y estática de ella. Solo puede ser captada bajo distintas perspectivas. Por ejemplo, el hombre tiene impulsos e instintos contrarios entre sí y él no se reduce a unos u a otros, sino que está constituido por ambos. Por lo tanto, frente a la voluntad de verdad, Nietzsche propone la voluntad de poder:

  • Es voluntad de apariencia, de error… si ello favorece la vida, y capta su esencia: el incesante devenir que no tiene fin. Lo importante no es que las cosas sean verdaderas o falsas, sino que favorezcan o no a la vida.
  • Usa la metáfora como acceso al mundo. La metáfora se mantiene abierta al mundo, no estratifica la realidad y es consciente de que cuando clasifica los hechos lo hace de un modo arbitrario, con lo que su clasificación hubiese podido ser distinta: no existe una relación de causalidad lógica entre el mundo del objeto y el mundo del sujeto como intentan plasmar los conceptos. La única relación metafísica posible con la realidad es la artística porque exalta el aspecto más fundamental de la voluntad de poder: la creatividad. El lenguaje sobre la realidad no puede ser entonces el de la lógica, las matemáticas, la moral o la religión —porque estas son solo ficciones de la razón— sino el artístico.

La Transvaloración Moral y el Ideal del Superhombre

La tabla de valores tradicional se ha venido abajo como consecuencia del nihilismo. Solo una vez asumido y superado este, es posible una nueva tabla de valores en la que lo superior sea lo múltiple y el constante devenir, es decir, todos aquellos valores que puedan afirmar la vida. Hay una exaltación de la creatividad del ser humano en cuanto que es una afirmación de esta vida terrenal, y esta afirmación es eterna: hay que amar la vida de forma que se quiera volver a vivirla porque todo vuelve a repetirse eternamente. Esta es la idea de eterno retorno. Solo a través de ese amor eterno hacia la vida el ser humano puede ir superándose continuamente.

El hombre solo es un puente hacia el Superhombre. Este será el estado al que llegará el ser humano cuando haya renunciado y rechazado la actual tabla de valores, es decir, el ideal cristiano-judaico-democrático. A nosotros solo nos queda preparar su llegada mediante la gran política: preparación que posibilita al hombre la superación de esta moral contranatural.

Nietzsche no explica esto con precisión. Lo único que afirma es que el hombre actual tiene que autosuprimirse, y esta autosupresión pasa por tres fases, tal y como nos relata en su obra Así habló Zaratustra: El camello se convierte en un león y el león en un niño:

  1. El camello simboliza a los que se contentan con obedecer ciegamente. Solo tienen que arrodillarse y recibir la carga, soportar las obligaciones sociales, obedecer sin más a los valores que se le presentan como creencias (moral de esclavos).
  2. El camello que quiere ser más se transforma en león; es el símbolo revolucionario que se levanta contra la moral tradicional (moral de esclavos).
  3. Después de romper las cadenas de la esclavitud, el león tiene que transformarse en un niño para, desde la pureza de la infancia, recrear una nueva tabla de valores (moral de señores).

El Superhombre no hace caso de los prejuicios de la gente, no cree en la igualdad, que no es más que una artimaña de los débiles de espíritu, de los cristianos y de los socialistas. La igualdad solo lleva a la moral de rebaño, de esclavos. Se debe desconfiar de todo lo que viene de la plebe, del rebaño social. El hombre superior se ríe de los valores del mundo suprasensible, sabe que él mismo los ha creado.

La vida se torna en experimento: hay posibilidades y fuerzas fundamentales para vivir cada día con más fuerza y amor hacia la vida. El Superhombre se afirma en el devenir de la vida sin necesidad de crearse subterfugios, otros mundos donde consolar la angustia producida por un espíritu incapaz de soportar la imagen trágica del mundo.

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