1 TRIMESTRE

  1. EL ALMA (ANTROPOLOGÍA)

   Aristóteles desarrolla su teoría acerca del alma en el tratado Sobre el alma. Aquí parte del estudio de los organismos vivos. Fruto de sus observaciones, concluye que cuerpo y alma constituyen una única substancia, y están entre sí en la misma relación que la materia y la forma. El alma es la forma del cuerpo en tanto que cuerpo organizado. Por eso Aristóteles considera un absurdo la  doctrina de la reencarnación, puesto que no puede ser forma de cualquier cuerpo. En tanto que forma, es el principio más radical de toda la actividad del ser vivo. Son inseparables, un cuerpo sin alma dejaría de ser un organismo o un animal. Y, a su vez, un alma sin cuerpo no sería nada (como no es nada la vista separada del ojo).

  La doctrina aristotélica supone la negación de la inmortalidad del alma humana.

  Los intérpretes posteriores recogieron, sin embargo, la noción de “intelecto agente”, como algo separado, inmortal y eterno, que con Avicena (s. XI)  pasará a ser la razón divina inmanente en el hombre, abriendo una vía ajena a Aristóteles que llegará sin embargo hasta la síntesis escolástica de Tomás de Aquino.

  1. POLÍTICA

     La ética aristotélica desemboca en la Política y parece subordinarse a ella. Ambas consideran el bien del hombre. Sin embargo, “el bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo individuo; pero se reviste de un carácter más bello y más divino cuando interesa a un pueblo  y a un Estado enteroEt. Nic. I, 2, 1094 b. Además, nadie puede ser virtuoso si no ha sido educado, y es al Estado a quien compete en último término, la tarea educativa.

    “El Estado, es naturalmente anterior a la familia y a cada hombre tomado individualmente. El todo es anterior a cada una de las partes. Y si cada individuo tomado aisladamente no se basta a sí mismo, es que debe ser referido a la totalidadPol. I, 1, 1253 a. Por esta razón el hombre es un animal político o comunitario (politikòn zoon). El hombre es el único animal que posee lenguaje y gracias a esta facultad puede el hombre comunicar con sus semejantes acerca “del bien y el mal, de lo justo y lo injusto, y de las demás cualidades morales y es la participación y comunidad en estas cosas lo que hace a una familia y a un Estado”.La prioridad del Estado se basa en el hecho de que sólo él puede bastarse a sí mismo, es verdaderamente autárquico, no así el individuo y la familia. Dicha autarquía no es exclusivamente económica, sino sobre todo ética y humana. Sólo en el Estado puede alcanzarse el bien y la justicia. Por eso, el Estado no es un fin en sí mismo, sino que el fin del Estado es la felicidad y la perfección moral de los ciudadanos.

   Su teoría de las formas políticas es notablemente pragmática. Critica tanto la política idealista-utópica de Platón como el universalismo imperialista de Alejandro. Recoge la clasificación generada por los sofistas en monarquía, aristocracia, democracia (politeía o gobierno constitucional), con sus degeneraciones en tiranía, oligarquía y demagogia. A ésta última es a la que Aristóteles llama “democracia”. En las tres primeras formas gobiernan los mejores y más virtuosos y lo hacen en vistas al bien común, no en provecho particular. Cuando esto no es así, se deriva hacia las formas degeneradas. Sin embargo, el pragmatismo de Aristóteles le lleva a no preferir ninguna en especial, sin tener en cuenta primero las condiciones geográficas, económicas o de psicología de los pueblos. Pese a todo, se vislumbra una tendencia a preferir una politeía basada en las clases medias y gobernada por los mejores, punto de vista que coincide con su teoría ética.


  1. ÉTICA (LA MORAL)

   Aristóteles escribíó –además de La Gran Ética, que es un resumen tardío-, la Ética a Eudemo, perteneciente al segundo período, y la Ética a Nicómaco, perteneciente al tercer período y que supone la versión definitiva de la ética aristotélica.

   En dicho tratado, la ética aparece como “eudemonismo”, es decir, es una ética de la felicidad. Pero es también una ética de la virtud, ya que ésta es el medio por excelencia para alcanzar la felicidad.

  • LA FELICIDAD. Aristóteles comienza planteándose un problema en el que se adivinan las discusiones que tenían lugar en el seno de la Academia platónica. Puesto que la moral es el arte de “vivir bien”, ¿qué es lo bueno para el hombre? ¡Cual es el bien supremo, que coincidirá con el fin último de todos sus actos? Habrá entonces que determinar en qué consisten la felicidad y el bien supremo. Aristóteles revisa las diferentes teorías que se discutían entre los discípulos de Platón. Unos otorgaban la primacía a la vida activa del político, cuyo bien supremo es la gloria y la virtud; otros, a la vida contemplativa del filósofo, cuyo bien supremo es la sabiduría; otros, en fin, la encontraban en la vida placentera, cuyo bien supremo es el placer. Aristóteles rechaza el platonismo según el cual existe el bien supremo, puesto que para él hay muchos tipos de bienes. Además, la ética no puede ser abordada desde un punto de vista estrictamente teórico, sino a partir de los hechos, es decir, de la experiencia moral. La solución aportada por Aristóteles es que la felicidad consiste en el ejercicio perfecto de la actividad propia del hombre (del mismo modo que el bien y la felicidad del músico es tocar la flauta). Esa actividad es sin duda la actividad del alma, y para que sea perfecta debe ir acompañada por todas las virtudes. Al final de la Ética a Nicómaco afirmará que la actividad más propia del hombre y la que mayor felicidad le proporciona es la contemplación teórica, la sabiduría. Por consiguiente la felicidad consiste en unir sabiamente la virtud, la contemplación y los bienes exteriores.
  • LA VIRTUD. Según Aristóteles, la virtud es una disposición del alma, una capacidad y aptitud permanente y preferencial para comportarse de un modo determinado. Nada más lejos del intelectualismo moral de Sócrates, ya que aquí la virtud requiere de la voluntad del individuo. Éste ha de “actuar a sabiendas, proceder en razón de una decisión consciente y preferir esa acción por sí misma, con una actitud firme e inquebrantable” Et. Nic. II, 4, 1105   Por esta razón, la virtud se adquiere por el ejercicio y el hábito (éthos), “para que un hombre se haga justo es necesario que practique la justicia”.Por lo tanto, no nacemos virtuosos por naturaleza, ni tampoco basta la enseñanza.  Por fin, Aristóteles señala que la virtud consiste en un término medio (mesótes) entendido como el equilibrio entre dos extremos: así por ejemplo el valor es un justo medio entre el temor y la temeridad. Sin duda, Aristóteles recoge la idea pitagórica de simetría ya presente en Platón, y el concepto médico de “medida” utilizado por la medicina médica griega de la época.

   Al igual que los médicos, el término medio no puede establecerse en abstracto, o en general, sino de acuerdo con las circunstancias de cada uno. Es por esto que, ya en el Siglo XX, el filósofo español Aranguren situara a la ética de Aristóteles dentro de las denominadas éticas materiales, en el polo opuesto de las éticas formales, cuyo paradigma  se encuentra en la razón práctica de Inmanuel Kant.

   Aristóteles distingue dos clases de virtudes: a) morales (éticas) y b) intelectuales (dianoéticas). Entre éstas últimas cita la prudencia o phrónesis, virtud del hombre sensato, y la sabiduría o sophía, culminación de la vida moral. Más que clasificar las virtudes, describe a los tipos humanos que las poseen, bajando del terreno teórico para referirse a ellas en el ámbito de lo concreto.


METAFÍSICA


Dios Y LA CREACIÓN. Dios es el ser y la bondad supremos, es inmortal y eterno, y aun siendo único, está formado por una Trinidad de personas: Padre (Dios), Hijo (mente) y Espíritu Santo(Amor),que conecta a las otras dos personas que integran la divinidad. San Agustín demuestra la existencia de Dios de diversas formas:
1. El conocimiento de las verdades eternas (las ideas) permite a Agustín de hipona demostrar la existencia de Dios: dichas verdades, por ser inmutables, no puede haberlas creado el hombre, que es un ser de naturaleza mutable y finita. Por tanto, su fundamento ha de ser la verdad inmutable: Dios.
2. El orden y la belleza del mundo, requiere un supremo ordenador. El orden,disposición, belleza, cambio y movimiento del mundo y de todas las cosas visibles, proclaman que sólo pueden haber sido hechos por Dios.
3. El consenso universal: la mayoría de los seres humanos afirma que existe una divinidad, que creó el mundo. La creación: sobre la creación, S. Agustín defiende el ejemplarismo, según el cual Dios,que es trascendente al mundo, lo ha creado de la nada tomando como prototipos las ideas que están en su Mente y que actúan como ejemplares a los que se conforman los seres creados. Éstos, al incluir en su composición lo material, son más o menos perfectos, según su género. La creación del mundo es un acto libre de la voluntad divina, un acto único que crea tanto lo que existe como lo que existíó o existirá según su propio plan. Por lo demás,no todos los seres existen desde un principio, sino que Dios implanta lo que S. Agustín denomina “razones seminales”, una especie de semillas de todos los seres que se desarrollarán cuando la Providencia divina lo considere preciso. Dios creó el tiempo, y las cosas fueron hechas no como cosas sino como gérmenes, semillas, que se despliegan en el tiempo.

LA POLÍTICA


TEORÍA DEL ESTADO Y DE LA PAZ. El emperador Teodosio (380 d. C.) eleva el cristianismo al rango de religión oficial. S.Agustín hace hincapié en la justicia personal, la actuación moral de los individuos,desvalorizando a las instituciones políticas. Compara el Estado terrenal con Babilonia, es decir, una “comunidad pecadora por antonomasia”. Frente a este Estado terrenal se encuentra la Ciudad de Dios, que es la Jerusalén celestial. La paz terrenal no es más que un reflejo imperfecto de la paz eterna, espiritual y dependiente de la Gracia de Dios. La paz entre Estados, la concordia, no es de esperar hasta el final de la historia, en el reino eterno de Dios. Con esta doctrina introduce San Agustín la escatologíadentrodelafilosofía de la historia. El pensamiento político de San Agustín está expuesto en su obra La Ciudad de Dios. Le inspira la caída del Imperio romano a partir de la instauración del cristianismo. Ofrece una filosofía de la historia que va a ser de gran influencia en las ideas medievales: la historia de la humanidad es la lucha entre dos ciudades, la del Bien y la del Mal, la de Dios y la terrena, la ciudad de la luz y la ciudad de las tinieblas. La historia se presenta como la lucha entre dos amores. La doctrina de los dos amores desemboca en una interpretación teológica de la historia, en la cual se enfrentan dos ciudades: la ciudad de Dios, constituida por los que aman a Dios por encima del amor a sí mismos, un amor espiritual y ordenado, simbolizado por la ciudad de Jerusalén, y la ciudad erguida en torno al amor a sí mismo, un amor material y desordenado, simbolizado por Babilonia y Roma. El drama de la lucha entre las dos ciudades tendrá un final feliz, pues la Providencia divina ha previsto la victoria, en el día del Juicio final, de la ciudad celestial. San Agustín busca la paz, que define como “tranquilidad del orden”. La paz requiere orden y sosiego. Las cosas y las personas deben ocupar el lugar que les corresponde,como en la justicia cósmica griega. La paz social es un reflejo de la paz cósmica. El modelo de paz para San Agustín se encuentra en Cristo.L


ANTROPOLOGÍA. La existencia del mal en el mundo no prueba que Dios no exista, o que sea el causante del mal. Tampoco cree, como los maniqueos, que haya un principio del bienyunprincipiomaligno. Sino que según S. Agustín existen tres tipos de males: 1. El mal metafísico: que consiste en la privación de un bien. Dios noes responsable,puesto que las criaturas, por ser distintas de su creador, son imperfectas. 2. El mal físico: que consiste en la privación de un bien debido. La experienciadel dolory de la muerte es inherente a la condición humana y sirve de oportunidadparalasalvación. 3. El mal moral: hay que entenderlo en el contexto de la antropología agustiniana, quees dualista: el hombre se compone de alma (inmortal) y cuerpo (mortal). Dios, quees bondadoso, ha dotado al hombre de libre albedrío para que puedaescogerentreel bien y el mal (pecado) y así merecer premio o castigo de sus actos. El pecadoloentiende como un desorden en la voluntad de la criatura humana queconsisteenanteponer libremente los bienes inferiores a aquellos que son más elevados. La inmortalidad del alma: El alma humana para S. Agustín es un principioinmaterialqueanima el cuerpo material. La inmaterialidad del alma y el hecho de ser unasustanciasonlas pruebas claras de su inmortalidad. Para probarlo, transforma los argumentosplatónicosde la siguiente forma: 1. Utiliza el argumento del Fedón según el cual el lama es principiodevida, ycomodos contrarios son incompatibles, el alma no puede recibir la muerte. S. Agustínreadapta el argumento: el alma participa de la Vida (de Dios) y recibesusserysuesencia del Principio (Dios), que no admite contrario alguno, puestoqueesVida.Demanera que el alma no puede morir. 2. Para evitar una aplicación indebida de lo anterior a los animales, diceS. Agustínquesi el alma es capaz de conocer las verdades eternas es porque es afínaellas, esdesu misma naturaleza. El alma es capaz de penetrar en el mundointemporal delaverdad. 3. Por último, si el hombre desea alcanzar una felicidad perfecta, entoncestal deseosolo puede ser colmado si el alma es inmortal.

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