Época Antigua: Problemas Filosóficos Clave
El Problema del Conocimiento en Platón
Platón dedica un estudio profundo al problema del conocimiento. En sus diálogos, discute y refuta con numerosos argumentos la teoría relativista del sofista Protágoras, según la cual cada opinión (doxa) es verdadera para quien la sostiene. No obstante, Platón argumenta que hay opiniones o creencias falsas.
En la última parte de algunos diálogos, se discute la llamada «definición platónica» del conocimiento (episteme), según la cual este está constituido por creencias u opiniones verdaderas y justificadas. Esta definición tampoco se acepta plenamente en el propio diálogo, a pesar de lo cual, históricamente ha sido el punto de partida para prácticamente todas las investigaciones ulteriores sobre el tema (incluso hasta el presente).
En cambio, el saber de las «artes» (tal como lo entendían los clásicos, refiriéndose a lo que hoy llamamos ciencias, incluidas las matemáticas), parte de simples hipótesis, ofreciendo por tanto una explicación condicionada y no un conocimiento categórico. Por supuesto, las creencias y la opinión, incluso si son verdaderas, se consideran ignorantes de la realidad de las cosas y quedan relegadas al ámbito de lo probable y lo aparente. Tradicionalmente, la vinculación entre conocimiento, verdad y necesidad forma parte de toda pretensión de conocimiento filosófico y científico.
El Problema de la Ética y el Ser Humano en Platón
Platón defenderá el dualismo: alma y cuerpo son dos sustancias distintas y forman una unión accidental. Ambos están en continua lucha, pues el alma pertenece al mundo de las Ideas, siendo inmortal y espiritual, mientras que el cuerpo es propio del mundo sensible, siendo mortal y material. Así, el cuerpo es una cárcel para el alma.
Antropología Platónica: Alma y Cuerpo
Esta alma racional es la esencia del hombre y el principio del conocimiento racional, pues nos permite llegar a conocer las Ideas del mundo trascendente. El alma transmigra de cuerpo en cuerpo hasta que consigue purificarse para acceder de nuevo al mundo de las Ideas. Platón presenta varias demostraciones de la inmortalidad del alma, destacando:
- La de la reminiscencia (solo podemos conocer el mundo de las Ideas por la preexistencia del alma en él).
- La de la simplicidad (el alma es simple, pues no es material, y por lo tanto no puede descomponerse y morir).
Además, distinguió tres partes del alma en el hombre:
- La racional: esencial y propia del hombre, que posibilita el conocimiento racional, debiendo gobernar el desarrollo de las otras dos y siendo inmortal.
- La irascible: proporciona la capacidad del esfuerzo, la voluntad y el vigor, y es mortal.
- La concupiscible: ofrece la capacidad del deseo y las pasiones sensuales, y también es mortal.
Ética Platónica: Virtud y Justicia
La virtud se fundamenta en el desarrollo del bien propio del hombre, su esencia racional, y por lo tanto, es universal. Platón distingue tres virtudes de acuerdo a la división del alma:
- La sabiduría o la prudencia: se consigue con el desarrollo del alma racional.
- La valentía: se realiza con el desarrollo prudente del alma irascible.
- La templanza: se realiza con el desarrollo prudente del alma concupiscible.
Con el desarrollo armonioso de las tres virtudes se consigue la Justicia, el orden estable y perfecto de las tres partes del alma, cuando cada parte cumple su función específica.
El Problema de la Moral en Aristóteles
Aristóteles aborda la moralidad centrándose en:
La Felicidad (Eudaimonía)
Es la meta o fin que el ser humano pretende alcanzar. Solo ella es perfecta; se trata de un objeto complejo al que deben contribuir otros bienes menores, sin los cuales sería imposible alcanzarla, y que son:
- Bienes externos: riqueza, honores.
- Bienes del cuerpo: placeres, salud, etc.
- Bienes del alma: contemplación, sabiduría.
La felicidad aristotélica va a consistir en el pleno desarrollo de aquello que le es más esencial al ser humano: la inteligencia, que se alcanza mediante la actividad contemplativa (conocimiento puro).
La Virtud (Areté)
Es imposible que exista la felicidad sin virtud. Esta se adquiere mediante el hábito y no solo mediante la educación y el saber. Porque saber qué es el bien no implica hacer el bien, ya que también es necesaria la voluntad. A este saber hacer conforme a la razón se le llama prudencia y es una de las virtudes éticas básicas.
Aristóteles divide entre dos tipos de virtudes:
- Las virtudes dianoéticas: se adquieren a través de la educación y se relacionan con la parte racional del alma. Las principales son: entendimiento, ciencia, sabiduría, arte y prudencia.
- Las virtudes éticas: se adquieren a través de la costumbre y cuyo fin es dominar la parte irracional del alma. Sin ellas sería imposible la convivencia. Las más importantes son: fortaleza, templanza y justicia (consiste en dar a cada uno lo que es debido).
El Término Medio
La virtud se identifica con el término medio entre dos extremos o vicios. Por ejemplo:
- El valor es un medio entre la cobardía y la temeridad.
- La generosidad será el justo medio entre la prodigalidad y la avaricia.
- La templanza es el término medio entre el libertinaje y la inapetencia.
Pero el término medio no es igual para todos; cada uno, haciendo uso de la prudencia, debe determinar cuál es el suyo. La vida más feliz y perfecta es la dedicada al saber, ya que supone desarrollar la parte racional del alma.
La Cuestión de la Sociedad en Aristóteles
El modo de entender Aristóteles la sociedad tiene que ver con el contexto de la polis griega, más que con el imperialismo expansionista de Alejandro Magno. El ciudadano no podría realizar plenamente sus aspiraciones ni participar en los asuntos públicos fuera de la comunidad política. Por eso, la vida en sociedad y comunitaria es fundamental.
Los griegos creían que individual y aisladamente no podrían conseguir sus aspiraciones, ni establecer lo que es justo, ni integrarse en una unión común. Aristóteles llega a vincular sociedad e individuo, defendiendo que el hombre es social por naturaleza, o animal político (zoon politikon). Conviviendo con los demás se logrará la mejor vida posible.
Aristóteles sostiene que hay que salvar la ciudad antes que al individuo, porque sin esa plataforma (la polis) no podría el ser humano ser feliz ni desarrollar su potencial.
Contraste Filosófico
Se puede contrastar la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles, a menudo asociados con el universalismo del primero (mundo de las Ideas) y un enfoque más empírico e individualista (centrado en el mundo sensible y la sustancia individual) del segundo, aunque ambos reconocieron la importancia de la comunidad.