La Filosofía de Santo Tomás de Aquino: Razón, Fe y la Búsqueda de Dios

La Relación entre Razón y Fe en Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino parte de una serie de presupuestos fundamentales para construir su sistema filosófico y teológico:

  • La creación ex nihilo (de la nada).
  • El fin último del hombre es la posesión de Dios.
  • La teología es la ciencia por excelencia, y la filosofía debe estar orientada a esclarecer las verdades de fe.
  • La revelación cristiana enseña al hombre verdades más importantes que las alcanzables por medio de su razón.

Existe un ámbito no accesible a la razón que solo puede alcanzarse por medio de la fe: el ámbito de lo sobrenatural. Razón y fe tienen objetos, métodos y criterios autosuficientes; son autónomas. Sin embargo, de forma totalmente incuestionable, la razón y la fe no pueden llevarnos a conclusiones contradictorias, pues ambas proceden de Dios.

  • La razón tiene su origen en el conocimiento racional; se ocupa de entender y tiene por objeto los seres naturales y artificiales.
  • La fe tiene su origen en la iluminación divina; se ocupa de creer y tiene por objeto los misterios de la revelación.

Existe un punto donde razón y fe se encuentran. Lo revelado consiste en una serie de conocimientos sobre Dios necesarios para obtener la salvación y que escapan a la razón (por ejemplo, el misterio de la Trinidad), denominados artículos de fe. Por otro lado, lo revelable es un conjunto de conocimientos sobre Dios accesibles a la razón humana (los preámbulos de la fe), que son afirmaciones que aparecen en la Biblia y pueden ser explicadas racionalmente (por ejemplo, la existencia de Dios). La filosofía y la teología deben colaborar mutuamente. Si la razón llega a contradecir en algo a la fe, será signo inequívoco de que estamos errando en nuestro razonamiento.

Ontología Tomista: El Estudio del Ser

Santo Tomás sigue a Aristóteles al afirmar que en el mundo material solo existen seres individuales en los que se distingue materia y forma.

  • La FORMA es la actualización que necesita ser individuada para formar una sustancia particular.
  • La MATERIA es pura potencialidad, el principio de individuación.

Sin embargo, introduce una modificación crucial: afirma que “ser” se dice de todo lo que existe, pero cada uno “es” de una manera diferente. Aquello por lo que una sustancia ES se denomina esencia o modo de ser. La ESENCIA para él es potencia o capacidad para ser, y está integrada en la forma. La esencia y la existencia conforman la sustancia.

Percibimos que los seres son contingentes, compuestos y cambiantes; en ellos se distinguen sustancia y accidentes, esencia y existencia, y un principio de individuación que para él es la materia concreta de una cosa. Por sus propias cualidades, no pueden ser su propia causa; por tanto, ha de existir una realidad que sea la causa de todos los seres y que ha de ser el Ser mismo: Dios.

La Demostración de la Existencia de Dios

Santo Tomás va a rechazar toda una serie de argumentos empleados para justificar la existencia de Dios; rechaza el carácter evidente de la existencia de Dios para la razón humana. Plantea una solución de carácter existencialista frente al esencialismo agustiniano. Rechaza la prueba anselmiana (Argumento Ontológico) porque considera que no podemos partir de la idea de Dios para demostrar su existencia, ya que cada persona puede tener una idea diferente de Él.

Los métodos de demostración son dos: un método a priori (de la causa al efecto), que rechaza para este fin, y un método a posteriori, que parte de las cosas sensibles considerándolas como efectos para buscar la causa que las origina. Este es un método demostrativo que puede revelarnos la existencia de Dios. Para ello, formula su famosa Teoría de las Cinco Vías.

Las Cinco Vías

Las Vías son demostraciones de carácter metafísico, ya que la causa primera a la que nos conducen se encuentra más allá de la naturaleza. Se afirma la imposibilidad de una sucesión infinita de causas, ya que no existirían causas sin un principio, y se concluye que es necesaria la existencia de una causa primera. Esta causa primera es Dios.

  1. Vía del movimiento: Todo lo que se mueve es movido por otro. Es imposible una cadena infinita de motores, por lo que debe existir un primer motor inmóvil. Este es Dios.
  2. Vía de la causa eficiente: Todo efecto procede de una causa previa. Es imposible una serie infinita de causas eficientes, por lo que debe existir una causa primera incausada. Esta es Dios.
  3. Vía de la contingencia: Todo ser contingente (que puede ser o no ser) procede de otro previo. No todos los seres pueden ser contingentes, pues nada existiría. Debe existir un ser necesario por sí mismo. Este es Dios.
  4. Vía de los grados de perfección: Observamos diferentes niveles de perfección en las cosas. Debe existir un ser que posea la máxima perfección y sea la causa de toda perfección. Este es Dios.
  5. Vía del gobierno del mundo (o de la finalidad): Los seres naturales, incluso los que carecen de conocimiento, actúan con un fin. Deben ser dirigidos por un ser inteligente que los ordene hacia su fin. Este ser es Dios.

La Esencia de Dios y la Creación

Para poder conocer la ESENCIA de Dios, Santo Tomás establece dos vías:

  • La vía de la eminencia: Consiste en la afirmación de que cuando atribuimos una perfección a Dios, lo hacemos en grado eminente o infinito. Captamos un ser bueno, pero Dios ha de ser la Bondad infinita.
  • La vía negativa: Consiste en la posibilidad de excluir de la noción de Dios aquellas cualidades que no le convienen por implicar imperfección. Así, Dios es simple (no compuesto), eterno, omnipresente e inmutable.

Dios crea de una forma libre para repartir su infinita bondad. Existen varios tipos de seres creados:

  • Seres incorpóreos (ángeles): Criaturas simples y perfectas, carentes de materia pero no por ello exentas de composición (esencia y existencia).
  • Hombres: Únicos seres conscientes de que han sido creados por Dios, compuestos de cuerpo y alma, materia y forma, esencia y existencia.
  • Seres sensitivos (animales) y vegetativos (plantas).

El alma es el principio de vida, forma y acto del cuerpo. El cuerpo es la materia, la potencia. Por su alma, el hombre es imagen y semejanza de Dios. Santo Tomás defiende la inmortalidad del alma, ya que, por su naturaleza espiritual, puede subsistir independientemente del cuerpo. Existen tres funciones distintas del alma: la función vegetativa (nutrición, crecimiento, reproducción), la función sensitiva (volición, locomoción, apetito, captación de objetos) y la función racional (entendimiento activo y pasivo, conocimiento del ser en general).

Teoría del Conocimiento

No existen las ideas innatas. El entendimiento agente desmaterializa el dato sensible para abstraer la forma, que pasa de este modo al entendimiento paciente, donde se produce el conocimiento intelectual. El conocimiento sensible proviene de las sensaciones, de las cosas particulares, y capta los accidentes, pero no forma conceptos universales.

El Proceso Abstractivo

En el proceso abstractivo se pueden distinguir los siguientes momentos:

  1. Sentidos: Son el origen de todo conocimiento.
  2. Imaginación o memoria: Registran lo percibido, creando una imagen o representación particular (fantasma).
  3. Entendimiento agente (abstractivo): Universaliza el contenido de esa imagen particular, despojándola de los elementos individuales hasta captar los rasgos idénticos para todos los individuos de una especie.
  4. Entendimiento paciente (cognoscitivo): Formula el concepto universal correspondiente a aquello que le entrega el entendimiento agente.

El entendimiento solo puede conocer lo individual mediante un retorno a la imaginación. El conocimiento es la transformación de un objeto en una representación mental. Los conceptos no son más que instrumentos de conocimiento, el medio por el cual se conocen los objetos.

Ética Tomista: La Búsqueda de la Felicidad

La ética de Santo Tomás es eudemonista y teleológica. El fin del hombre es conseguir la felicidad absoluta, que consiste en la visión de Dios (beatitud). Para alcanzarla, es necesaria la gracia de Dios. Considera que las acciones están encaminadas a ver a Dios. Solo son objeto de consideración moral los actos libres. Son buenas las acciones que llevan a la Beatitud y malas aquellas que alejan de ella. La felicidad perfecta no es alcanzable en esta vida.

La VIRTUD surge cuando la voluntad se adecúa a la razón (la voluntad es la encargada de llevar a cabo la elección práctica). Existen dos tipos de virtudes:

  • Virtudes intelectuales: Cualidades de la mente que permiten adecuar la acción a la razón.
  • Virtudes morales: Hábitos que se refieren a la adecuación del apetito, el deseo y el instinto a la razón.

La moral tomista se muestra como un intelectualismo porque da prioridad al intelecto sobre la voluntad.

La Ley como Guía de la Conducta

Para que la conducta humana esté adecuada a este último fin, ha de concordar con la Ley, entendida como una ordenación racional impuesta por aquel que tiene bajo su mando a la comunidad. Santo Tomás distingue tres tipos de leyes:

  • Ley Eterna: Es la ordenación que Dios impone al universo, encaminada a la consecución del bien. Está fuera del alcance completo de la razón humana, pero esta no puede ser contraria a la Ley Eterna.
  • Ley Natural: Es la participación del hombre en la Ley Eterna a través de su razón. Se constituye en el criterio de moralidad y se aplica a los actos particulares a través de la conciencia individual.
  • Ley Positiva: Es la prolongación de la Ley Natural. Es un conjunto de normas morales que le permiten al hombre vivir en sociedad. Debe estar basada en la Ley Natural, de tal forma que la organización del Estado esté en concordancia con ella.

Mediante el respeto de la Ley Natural y la realización de nuestros deberes, los seres humanos conseguiremos alcanzar una felicidad de orden natural. El carácter inmaterial del alma humana posibilita la consecución de la felicidad sobrenatural, no propia de esta vida y otorgada por la Gracia Divina.

La libertad es una propiedad fundamental de la mente humana. Los actos son conscientes. Todos los fines han de encaminarse a la posesión de Dios, ese fin último. Un acto malo es aquel que no va encaminado a la consecución de la unión con Dios.

Solo en sociedad será el hombre capaz de desarrollar sus capacidades. El gobierno ha de ser realizado por los más capacitados, con el fin de llevar al hombre a la felicidad. Ha de existir una ley positiva correcta que garantice defender la vida religiosa, la paz y el bien de los súbditos. La Iglesia debe participar en el Estado vigilando que las Leyes Positivas que se establezcan sean acordes con la Ley Natural.

Contexto del Pensamiento Tomista

Marco Histórico

En el siglo XIII existe una fuerte conflictividad en Europa; la guerra se convierte en cotidiana, condicionando al resto de actividades. Se va a dar el llamado Renacimiento del siglo XII, que abre una época donde la cristiandad se va a conformar con el llamado “Cesaropapismo”, la unificación en una sola persona del poder político y religioso. El declive del imperio carolingio da lugar a la formación de las monarquías dinásticas nacionales y al resurgimiento de las ciudades, ejemplo de lo cual son París o las Ciudades-Estado italianas.

Marco Sociocultural

Nos hallamos en la última etapa de la sociedad feudal, que cuenta con una estructura jerárquica. Comienza a surgir una incipiente burguesía y es decisiva la influencia de la Iglesia. Existen órdenes mendicantes de Dominicos y Franciscanos. Los monasterios se convierten en símbolo de la vida cultural y son comunidades de monjes sometidos a reglas muy estrictas: oración, estudio y trabajo (Ora et Labora). La Escolástica se encuentra en su apogeo, situación que coincide con el nacimiento de las Universidades: las escuelas catedralicias, a partir del siglo XI, van a irse transformando y constituyéndose en las Universidades, siendo de especial importancia la Universidad de París. La Escuela de Traductores de Toledo lleva a cabo una labor de traducción, interpretación y comentario de obras clásicas. Es la época en la que se desarrolla el arte gótico.

Marco Filosófico

Santo Tomás de Aquino toma un partido activo en los enfrentamientos entre seguidores del aristotelismo (averroístas) y detractores (franciscanos agustinianos). Opina que los averroístas han falseado el pensamiento aristotélico, pero que los franciscanos no son más que unos retrógrados continuadores de San Agustín. Tuvo la capacidad de captar la incipiente secularización de la cultura; se enfrenta a un pensamiento claramente teocéntrico al señalar que la existencia de Dios no es evidente para la razón humana. Está condicionado por el método escolástico y por el replanteamiento de problemas como la relación entre razón y fe o el problema de los Universales.

Influencias y Repercusiones

La teología marca fundamentalmente su pensamiento. Trata de esclarecer cómo debe ser la vida humana acorde con Dios, por lo que acude a San Agustín. En ese deseo de establecer cómo debe ser la acción humana, encuentra que en el pensamiento aristotélico halla las bases sobre las que sentar sus principales teorías. Boecio influye en este conocimiento de la obra de Aristóteles, así como Averroes, Maimónides y Guillermo de Moerbeke. Las enseñanzas de su maestro, Alberto Magno, le hacen centrarse en el estudio de esta obra, recuperándola para el pensamiento cristiano.

El alma para Santo Tomás no es mortal como lo era para Aristóteles, ya que la inmortalidad es un dogma de fe. Acepta de Aristóteles el proceso cognoscitivo, que tiene que comenzar por el conocimiento sensible y continuar por la abstracción. Se va a apartar un tanto de la metafísica aristotélica al introducir la distinción real entre esencia y existencia. Mantiene los conceptos de sustancia, materia y forma, y analogía del ser, pero se aleja en el concepto de esencia y en la división que hace de seres corpóreos e incorpóreos.

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