La Filosofía de Nietzsche: Perspectivismo, Nihilismo y Ética Vitalista

Introducción a la Vida y Obra de Nietzsche

Nació en Alemania. Recibió una sólida formación humanística. Muy pronto comenzó su enfermedad. Estudió filología clásica, donde conoció la obra de Schopenhauer. Admiró a Wagner, luego se rompió con él. A los 45 años, su salud colapsó y los diez años siguientes tuvo una vida casi vegetativa, siendo cuidado por su madre y su hermana, quienes manipularon y publicaron su obra. Fue vitalista y tuvo varias fases de pensamiento. Su obra más importante es La gaya ciencia, Así habló Zaratustra y Más allá del bien y del mal.

El Problema de la Realidad y el Conocimiento

Nietzsche le dio gran importancia a la interpretación tradicional del pueblo griego, al ser el primero en ofrecer una visión luminosa, bella y racional de la realidad. El pueblo griego aceptó las dimensiones de Apolo y Dionisio, representadas por Apolo (racionalización y forma, mundo ordenado y racional) y Dionisos (aspecto caótico, instintivo, irracional y celebración de la vida). Esta lógica se basa en la decadencia occidental con Sócrates y Platón y las ideas que defienden.

Nietzsche critica la idea sobre el mundo verdadero e inmutable, la cual es falsa e ilusoria. Para Nietzsche, en el mundo no existen esencias, ni objetos con realidad substancial y permanente. Rechaza la objetividad de la lógica y de la razón, cuyos seres considerados como verdaderos y reales no existen. Las cosas no son ni físicas ni metafísicas; todo es apariencia. La lógica y la física tradicionales parten de una ficción. Las cosas son lo que parecen ser. El mundo de la tradición y trascendencia son ficciones útiles, pero no son verdades. Tampoco creía en el mundo absoluto, pues todo es apariencia; para él, no tiene sentido una verdad objetiva.

A su vez, critica las concepciones básicas del conocimiento: las leyes científicas son invenciones humanas que no existen objetivamente ni residen en la naturaleza o mundo. Para Nietzsche, el conocimiento no es una copia del mundo, razón por la que la ciencia y el conocimiento nunca prescinden de la dimensión cualitativa del mundo. Nietzsche defiende el perspectivismo, que dice que toda representación del mundo es representación de un sujeto; la idea de que se puede prescindir del sujeto (su situación espacial y temporal, sus rasgos físicos, psicológicos o biográficos) para alcanzar el conocimiento del mundo tal y como este puede ser (conocimiento objetivo) es absurda.

Consiste más bien el conocimiento en la realidad en sí misma, pues toda creencia, toda teoría, depende del punto de vista de la persona que lo ha creado. No existe ningún dato o experiencia, ni del mundo físico ni del mundo interior, que no esté contaminado por un punto de vista o interpretación. No es posible un «criterio de verdad» libre de elementos subjetivos.

Crítica a la Metafísica y el Platonismo

Con respecto a la idea del mundo y la realidad, Nietzsche considera erróneo pensar en el mundo en común. Cree en la noción tradicional influenciada por el platonismo en la teoría cristiana. Se separa la realidad en dos mundos: el mundo verdadero (razón, inmutable y objetivo) y el mundo aparente (sentidos, cambiante y subjetivo). Nietzsche encuentra un origen psicológico de la metafísica y del platonismo. La metafísica es un signo de tendencia antivitalista, guiados por un instinto de vida decadente, que permitió la exageración del papel de la razón y de la vida consciente.

Las categorías metafísicas (sustancia, ser, esencia) son puras invenciones humanas para encontrar en ellas reposo, regularidad y calma en medio del mundo existente. Pero no tienen por sí mismas significado como origen de la metafísica. Habla de la falsedad del lenguaje donde se habla de «concepto»; se debería hablar de «metáforas». El lenguaje y el conocimiento son poíesis, o creación, interpretación.

Nihilismo en la Filosofía de Nietzsche

Nietzsche defiende el nihilismo, que habla de destrucción total, la creencia en una verdad absoluta, en la que se sitúan los valores objetivos. Dios existe, y para Nietzsche no existe la verdad ni el Bien. Desprecian así la única realidad existente: el mundo y la vida. Por otro lado, el nihilismo pasivo aparece por la conciencia del carácter ineficaz de la creencia en los sentidos, la realidad de la vida. El nihilista pasivo no cree en ningún valor ni sentido porque algo exterior a ello se lo da.

Nietzsche es nihilista en el sentido de proponer la destrucción completa de todos los valores vigentes y su sustitución por otros radicalmente nuevos. Como dijo antes, Nietzsche considera imposible el conocimiento de la realidad en sí misma.

Ética: Platón vs. Nietzsche

La ética de Platón y la de Nietzsche representan dos visiones completamente opuestas sobre el origen, la naturaleza y el propósito de la moral.

Ética Platónica

Platón desarrolla una ética basada en el idealismo y la objetividad. Para él, el Bien es una realidad suprema, eterna e inmutable que existe en el mundo de las Ideas, al cual se accede a través de la razón. La vida ética consiste en buscar la verdad, practicar la virtud (areté) y ordenar el alma conforme a su estructura tripartita: razón, espíritu y apetito. Platón sostiene que hay una moral universal, válida para todos los seres humanos, y que el mundo sensible es solo una copia imperfecta del verdadero mundo inteligible. Por tanto, vivir éticamente implica alejarse del engaño de los sentidos y acercarse al conocimiento racional del Bien.

Ética Nietzscheana

En contraste, Nietzsche rechaza por completo la idea de valores universales y de una verdad moral objetiva. Considera que no existe un Bien en sí mismo, sino que los valores son creaciones humanas, fruto de interpretaciones históricas, culturales y personales. Para Nietzsche, la moral tradicional —especialmente la moral cristiana y platónica— niega la vida y fomenta el resentimiento, pues se basa en ideales inalcanzables y en la represión de los instintos.

Propone entonces una «transvaloración de todos los valores», en la que el individuo, como superhombre, cree sus propios valores y afirme la vida tal como es, con todo su sufrimiento, caos y belleza. No se trata de someterse a normas externas, sino de ejercer la voluntad de poder y de vivir desde la autenticidad.

Conclusión

En resumen, mientras Platón defiende una ética racional, objetiva y orientada hacia un ideal trascendente, Nietzsche propone una ética vitalista, subjetiva y creadora, en la que cada individuo debe forjar su propio camino sin depender de verdades absolutas. Platón busca la perfección en un mundo superior; Nietzsche afirma la imperfección de este mundo y la convierte en fuerza.

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