Fundamentos del Conocimiento: Empirismo y Método Cartesiano

Características Fundamentales del Empirismo

Subjetivismo del Conocimiento

En este punto, empiristas y racionalistas coinciden al afirmar que, para conocer el mundo, se ha de partir del propio sujeto, no de la realidad en sí. La mente no puede conocer las cosas más que a partir de las ideas que tiene sobre ellas.

La Experiencia como Única Fuente del Conocimiento

El origen del conocimiento es la experiencia, entendiendo por ella la percepción de los objetos sensibles externos (las cosas) y las operaciones internas de la mente (emociones, sensaciones, etc.). Aunque esta afirmación no tiene la misma significación en todos los empiristas. Para los empiristas, el único criterio de verdad es la experiencia sensible.

Negación de las Ideas Innatas de los Racionalistas

Si todo conocimiento ha de provenir de la experiencia, esto supone que habrá de ser adquirido. La mente no posee contenido alguno (ideas innatas), sino que es como una «tabla rasa», un receptáculo vacío que debe «llenarse» a partir de la experiencia y el aprendizaje.

El innatismo racionalista presume que todo hombre, por el mero hecho de ser racional, nacería con unos contenidos de conciencia dados que no podría ignorar, por lo que todos conoceríamos las cosas sin aprendizaje ni experiencia previa, cosa que no sucede.

El Conocimiento Humano es Limitado: La Experiencia es su Límite

Esta postura es radicalmente opuesta a la de los racionalistas, para los que la razón, utilizando un método adecuado, no tiene límites y podría llegar a conocerlo todo. Los empiristas restringen la capacidad de la mente humana: la experiencia es su límite, y más allá de ella no es lícito ir si no queremos caer en el error, atribuyéndole a todo lo que no ha sido «experimentado» una realidad y existencia objetiva. Hume, el más radical y consecuente con los postulados del empirismo, criticará y negará la posibilidad de la metafísica, al no tener base empírica y traspasar los límites de la experiencia.

Negación del Valor Objetivo de los Conceptos Universales

Los empiristas aceptarán el postulado nominalista de que los conceptos universales no hacen referencia a ninguna realidad en sí (objetiva), sino que son meros nombres que designan a un conjunto de ideas particulares o «percepciones» simples que se encuentran vinculadas entre sí. Cualquier idea compleja ha de ser explicada por combinación y mezcla de ideas simples. Los universales o conceptos generales son solo designaciones de estas combinaciones más o menos «estables» de ideas simples.

El Método Experimental y la Ciencia Empírica

El interés por hallar un método adecuado para dirigir el pensamiento fue uno de los intereses principales tanto del racionalismo como del empirismo. La diferencia entre ambos estriba en que, si para los racionalistas el modelo ideal de método era matemático y deductivo, para los empiristas debía ser experimental e inductivo, similar al que utilizó Newton en el campo de la física, y que tan excelentes resultados había dado.

La ciencia no puede basarse en hipótesis o presupuestos no contrastados con la experiencia. La validez de las teorías científicas depende de su verificación empírica. Salvo en las matemáticas, que no versan sobre hechos, sino sobre nuestras propias ideas y sus leyes de asociación, las ciencias de los fenómenos naturales (física, geografía, biología, etc.) deben evitar cualquier supuesto u hipótesis metafísica, así como rechazar el método matemático deductivo. El error cometido por los racionalistas consistió en tratar de igual forma y bajo el mismo método a todas las ciencias, sin distinguir si se referían a hechos de la experiencia o a un simple proceder de la mente (relaciones de ideas). El tiempo, no obstante, dio la razón a los empiristas, pues a partir del siglo XVIII la física se independizó de la metafísica que, después de la crítica kantiana, dejará de considerarse una ciencia. La filosofía empirista, pese a restringir el poder de la razón, sirvió de sana autocrítica respecto a nuestros límites y posibilidades racionales.

El Método Cartesiano de Descartes

La Duda Metódica

El objeto de Descartes es encontrar verdades ciertas. Exigir un punto de partida absolutamente verdadero obliga a un largo proceso de crítica y eliminación de todos los conocimientos, que hasta el momento han sido considerados como verdaderos. El primer paso debe ser dudar de todo lo que creemos y rechazar inicialmente todo aquello de lo que sea posible dudar. Este paso se denomina duda metódica, porque es resultado de la aplicación del primer precepto del método: no admitir jamás ninguna cosa como verdadera en tanto no la conociera con evidencia.

Modos de Conocer: Intuición y Deducción

Son dos los modos de conocer la razón según Descartes: la intuición y la deducción. La intuición, definida en la regla III: entiendo por intuición no el testimonio fluctuante de los sentidos, sino la concepción de una mente pura y atenta, que nace de la sola luz de la razón que, por ser más simple, son absolutamente verdaderas. La deducción, la cual define como toda inferencia necesaria a partir de otros hechos que son conocidos con certeza. La inteligencia descubre conexiones por medio de la deducción.

La inspiración cartesiana es claramente matemática. Descartes nos afirma que la razón es única, y por tanto debe haber un único método para alcanzar la sabiduría. Descartes defiende la idea de una ciencia unificada de la razón y en la unidad del método de inspiración matemática.

Las Cuatro Reglas del Método Cartesiano

Las cuatro reglas son:

  1. Evidencia: En primer lugar, evitar la precipitación y la prevención. La precipitación es aceptar como evidente lo que es confuso y oscuro, por no haber procedido a una clarificación suficiente. La prevención es el error contrario. En segundo lugar, formula el criterio de verdad, estableciendo la claridad y la distinción como notas características de las ideas o naturalezas simples, verdaderas, obtenidas por medio de la intuición.
  2. Análisis: Nos propone el análisis minucioso de los problemas hasta reducirlos a las ideas simples, claras y distintas, aprehensibles por la intuición.
  3. Síntesis: Nos explica con claridad la vía de la deducción; es una cadena ordenada de evidencias que parte de las ideas claras y distintas para llegar al conocimiento de lo más complejo, con la misma claridad y distinción.
  4. Enumeración: Tanto del análisis como de la síntesis. Los dos procesos del conocimiento, el análisis y la síntesis, se corresponden con los dos modos de conocer del entendimiento: la intuición que nos proporciona las ideas claras y distintas, y por tanto evidentes, y la deducción, que nos permite prolongar esta evidencia hasta lo desconocido. Este método es el único adecuado para la razón y para su forma natural de conocer.

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