Filosofía y ética: Del hombre natural al idealismo

El Hombre Natural: Rousseau y la Bondad Original

El Buen Salvaje y la Corrupción de la Civilización

Rousseau imaginaba al hombre natural como un ser inherentemente bueno y feliz. El hombre primitivo, movido por el amor a sí mismo y la compasión, era inocente y generoso. La literatura de viajes de la época, con sus relatos del «buen salvaje», describía a hombres primitivos viviendo en armonía con la naturaleza. Sin embargo, Rousseau reconocía que este estado de naturaleza era una construcción teórica, no una realidad histórica. El hombre histórico, corrompido por la sociedad, había perdido su bondad original.

Educación: Opresión o Liberación?

Rousseau criticaba la educación tradicional por considerar que oprimía y destruía la libertad innata del ser humano. En su obra «Emilio», propone un modelo educativo utópico donde el niño aprende a través de la experiencia directa con la naturaleza y las cosas, desarrollando su moralidad a partir de sentimientos naturales como el amor a sí mismo y a los demás.

Sociedad y Estado: Del Contrato Social a la Crítica de la Ilustración

Rousseau criticaba la Ilustración por su optimismo racionalista e individualismo. Daba prioridad a los sentimientos sobre la ciencia y el progreso material, argumentando que el ocio y la vanidad eran la raíz de la ciencia. Propuso el «contrato social» como un medio para armonizar al individuo con la sociedad, donde cada persona cede su libertad natural a cambio de la libertad civil y la protección de la voluntad general.

Realidad y Materialismo: Marx y la Alienación

De Feuerbach a Marx: El Giro Materialista

Marx, influenciado por Feuerbach, se opuso al idealismo de Hegel y abogó por un enfoque materialista. Argumentó que la realidad material, y no las ideas, determina la ideología y la superestructura de la sociedad. Las relaciones económicas y las tensiones de clase son las fuerzas motrices de la historia.

Infraestructura y Superestructura: La Dialéctica Materialista

Marx desarrolló la teoría del materialismo histórico, donde la infraestructura económica (fuerzas y relaciones de producción) determina la superestructura (cultura, instituciones, ideologías). Esta relación es dialéctica, con contradicciones internas que impulsan el cambio social. El capitalismo, con sus contradicciones inherentes, eventualmente daría paso al socialismo y, finalmente, al comunismo, una sociedad sin clases ni Estado.

La Denuncia Social: Alienación y Explotación

El marxismo no solo es una teoría, sino también una crítica social. Marx denunció la alienación del trabajador en el sistema capitalista, donde el trabajo se convierte en un instrumento de explotación. La plusvalía, la base de la explotación de la clase trabajadora, genera desigualdades sociales y económicas. La religión, según Marx, es un «opio del pueblo» que adormece las reivindicaciones de la clase desfavorecida.

Del Idealismo Alemán al Romanticismo

El Romanticismo, un movimiento artístico y filosófico que surgió en Alemania, se opuso al racionalismo de la Ilustración y enfatizó la importancia de los sentimientos, la intuición y la experiencia individual. Los filósofos románticos, como Fichte, Schelling y Hegel, desarrollaron diferentes formas de idealismo, donde la mente o el espíritu juegan un papel central en la constitución de la realidad.

Fichte y el Idealismo Subjetivo

Fichte dio primacía a la razón práctica sobre la razón pura, argumentando que el «yo» crea el «no-yo» (la naturaleza o el mundo). El mundo es una producción subjetiva del yo absoluto.

Schelling y el Idealismo Objetivo

Schelling propuso un idealismo objetivo, donde el yo y la naturaleza forman una unidad. El absoluto es la unidad originaria del yo y la naturaleza, y solo se puede comprender a través de la intuición estética. El arte es la expresión más profunda del absoluto.

Hegel y la Dialéctica

Hegel desarrolló un sistema filosófico complejo basado en la dialéctica, un proceso de superación de contradicciones que impulsa el desarrollo de la realidad y la razón. La historia es un proceso dialéctico donde las ideas y las cosas se superan constantemente. El ser y el pensar se identifican en el absoluto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *