Filosofía Moderna: Descartes, el Empirismo y la Búsqueda de la Certeza

Res Extensa: La Naturaleza de la Realidad Material en Descartes

Una vez mostradas las dos primeras sustancias, Descartes intenta demostrar la existencia de las cosas materiales. Entre estas ideas, el filósofo argumenta: «Yo no soy la causa de estas ideas, puesto que no soy más que una cosa pensante. Es así que tales ideas deben proceder de una sustancia diferente de mí y no pueden venir de Dios o de criaturas más nobles que el cuerpo, puesto que Dios me ha dado una poderosa inclinación a creer que las ideas que poseo parten de las cosas sensibles». Dado que Dios es un ser perfecto y veraz, y puesto que he sido creado por Él, no puede engañarme. Por tanto, concluyo que sería una ilusión pensar lo contrario, y que son, por ende, las cosas corpóreas las que provocan tales ideas.

Lo que se percibe clara y distintamente de la realidad exterior es el propio objeto de la geometría especulativa, es decir, extensión, movimiento y figura. La extensión es el atributo o la característica propia de la res extensa; el pensamiento, el de la res cogitans; y la perfección, el de la res infinita.

Distinción Cartesiana de las Ideas Innatas

Como conclusión, Descartes distingue claramente tres tipos de ideas innatas:

  • Alma: Sustancia pensante (res cogitans).
  • Dios: Sustancia Infinita (res infinita).
  • Materia: Sustancia Extensa (res extensa).

Reglas del Método Cartesiano: El Camino hacia el Conocimiento Verdadero

Descartes propone un método riguroso para alcanzar la certeza en el conocimiento, articulado en cuatro reglas fundamentales:

1. Primera Regla: La Evidencia

«No admitir como verdadera cosa alguna que no reconociese con evidencia como tal». La evidencia posee dos características esenciales: claridad y distinción. Una idea clara debe estar separada y no mezclada con las demás, y es distinta si sus partes se hallan igualmente separadas.

2. Segunda Regla: El Análisis (Intuición)

«Dividir cada una de las dificultades que se analizan en tantas partes como sea posible y se requiera para su mejor resolución». Descartes afirma que el conocimiento debe partir de lo simple, que es percibido mediante la intuición. La intuición es la percepción simple e inmediata del espíritu, y es tan clara y distinta que no deja lugar a la duda.

3. Tercera Regla: La Síntesis (Deducción)

Es la regla de la deducción y de la síntesis: «Conducir ordenadamente mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ascender poco a poco hasta el conocimiento de los más complejos». La deducción, por tanto, consiste en la comprensión de las cosas como consecuencia necesaria de otras cosas conocidas con toda certeza. La deducción no necesita de la evidencia directa. Si bien la deducción no es tan segura como la intuición, implica una cadena de intuiciones y permite derivar nuevas verdades a partir de otras ya conocidas con certeza.

4. Cuarta Regla: La Revisión o Enumeración

«Hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que llegase a estar seguro de no omitir nada». Si la enumeración no es completa y queda algún vacío, puede peligrar el vínculo de la cadena de razonamientos.

Empirismo: La Experiencia como Fundamento del Conocimiento

Corriente filosófica predominante en Inglaterra durante los siglos XVII y XVIII, con máximos representantes como Locke, Berkeley y Hume. Sus rasgos principales son:

  • La Experiencia como Fuente del Conocimiento

    La mente humana es una tabula rasa que se llena con la experiencia, y por ello el empirismo niega la existencia de las ideas innatas a las que se refiere el racionalismo.

  • La Experiencia como Límite del Conocimiento Humano

    Cuando vamos más allá de la experiencia, entramos en el ámbito de lo que es meramente posible o dudoso. Todo conocimiento es conocimiento de las ideas; conocemos ideas, no las cosas. En este punto coinciden el empirismo y el racionalismo.

  • La Razón como Razón Crítica

    La razón es una razón crítica (analiza sus límites y posibilidades), y los contenidos metafísicos son incognoscibles, ya que se sitúan fuera de los límites de la razón.

La Duda Cartesiana: Un Camino Metódico hacia la Certeza

Funciones de la Duda Cartesiana

  • Limpieza Gnoseológica: Consiste en la limpieza gnoseológica del intelecto; lo mejor que podemos hacer es desterrar de nuestro entendimiento toda proposición que no sea verdadera y evidente. La duda cartesiana no es un estado crítico permanente, sino un estado transitorio dirigido hacia otro estado crítico: la certeza plena.
  • Fuente de Certeza: Es una duda metódica, es decir, una herramienta para llegar a las certezas. El ser humano adquiere durante su infancia unos conocimientos no seguros, y uno de los cometidos de la duda consiste en alejar el entendimiento de los sentidos, vaciándolo de todo contenido sensible. La duda, consiguientemente, constituye un remedio eficaz para todo aquel que quiera superar su infancia a nivel racional.

Niveles de la Duda

  • Falacia de los Sentidos: Descartes afirma: «Algunas veces he experimentado que los sentidos nos engañan, y no debo fiarme de ellos».
  • Errores del Razonamiento: «Al razonar, experimento a menudo que me equivoco. Por tanto, no puedo fiarme de todos los conocimientos adquiridos por medio de la razón».
  • Imposibilidad de Distinguir la Vigilia del Sueño: «Al soñar, a veces tenemos sensaciones tan intensas como cuando estamos despiertos. No hay indicios por los que no podamos distinguir netamente la vigilia del sueño».
  • Hipótesis del Genio Maligno: «Supondré, pues, que Dios es un genio astuto y maligno que ha empleado todo su poder en engañarme».

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