Filosofía de Nietzsche y Kant: Conceptos Clave y su Relevancia Actual

Nietzsche y la Superación de la Crisis: Sobrevivir a una Pandemia

Esta noticia trata sobre el impacto personal que tuvo la pandemia del COVID-19. La autora descubre una parte de sí misma que no conocía: se siente más autónoma y fuerte, con más control sobre su vida.

Podemos entender este cambio desde la idea de transvaloración de Nietzsche. Esta se produce cuando se abandonan los valores tradicionales de la moral cristiana, que dominaron durante siglos, y se rompe con esa visión de un mundo ideal pero vacío. En ese momento, la persona se siente perdida, sin rumbo. La autora experimenta algo parecido al verse sola y encerrada durante la pandemia; siente que no podrá seguir adelante.

Sin embargo, para Nietzsche, esta crisis es una oportunidad para reconstruirse y darle un nuevo sentido a la vida. Su filosofía defiende que hay que valorar este mundo tal como es: cambiante, lleno de instintos e individualidades. Pero solo lo logra el superhombre, alguien autónomo, fuerte y creativo.

Este desarrolla la voluntad de poder, que es el impulso por crecer, vivir intensamente y tomar el control de la propia existencia. Desde esta idea, las personas confinadas deberían, según Nietzsche, aprender a valorar su vida y sus actos, en lugar de rechazar el mundo que les ha tocado vivir.

Así, la autora, tras la desesperación, logra levantarse y encuentra una fuerza interior que no sabía que tenía. Descubre también que puede ayudar a otras personas. Esto refleja la voluntad creadora del superhombre, frente a la debilidad de quienes no superan los valores antiguos.

Gracias a esta transformación, es capaz de construir un nuevo sistema de valores e ir máis alá de la visión negativa del mundo real.

Kant: Epistemología en la Crítica de la Razón Pura

Immanuel Kant (1724–1804) es una figura clave de la Ilustración europea, movimiento filosófico y cultural del siglo XVIII que defendía la razón como guía del conocimiento y de la acción moral. En el contexto de su proyecto crítico, que procura delimitar los límites y posibilidades de la razón humana, publica la Crítica de la razón pura (1781, 2ª edición en 1787), obra fundamental en la que formula su teoría del conocimiento y establece lo que se conoce como idealismo trascendental.

En este fragmento de la Crítica de la razón pura habla acerca de las facultades del conocimiento, centrándose principalmente en la sensibilidad y el entendimiento. Kant afirma que sin la sensibilidad no tendríamos ningún objeto para conocer, y sin el entendimiento ninguno podría ser conocido o pensado.

Kant parte de que el sujeto no es un mero observador, no todo el conocimiento proviene de la experiencia, como afirman los empiristas. Sin embargo, tampoco la razón por sí sola puede llegar a conocimiento verdadero. Por lo tanto, el sujeto debe aplicar unas estructuras a priori desde las que puede conocer la realidad que se le presenta. Si una realidad no se adapta a estas formas trascendentales, entonces no podrá ser conocida por el sujeto cognoscente.

Tras esta valoración, Kant quiere fundamentar qué es lo que el ser humano puede conocer y el proceso y métodos que sigue para conseguirlo, analizándolo esquemáticamente. Divide en tres partes su obra: Estética Trascendental, que se ocupa de la sensibilidad; Analítica Trascendental, que se ocupa del entendimiento; y la Dialéctica Trascendental, que se ocupa de la razón.

Estética Trascendental (La Sensibilidad)

La sensibilidad se encarga de analizar el caos de datos sensibles dados por la naturaleza, en conjunto lo denominado materia. “sensibilidade á receptividade do noso ánimo (psique), para captar representacións en canto sexa dalgún xeito afectado”. El individuo debe aplicar las formas a priori del espacio y el tiempo, que hacen posible la percepción de la realidad, pero de un determinado modo, y no como en realidad es, lo cual nunca podremos llegar a conocer. “Á nosa natureza pertence que a intuición nunca poida ser máis ca sensible, é dicir, contén unicamente o modo como somos afectados polos obxectos.” Así da lugar a los fenómenos, o realidades cognoscibles. Gracias a esta facultad Kant puede corroborar que la matemática sea una ciencia, ya que por un lado la geometría define el espacio puro sin tener en cuenta sus cualidades; y la aritmética, que trabaja sobre los números como sucesiones en el tiempo. Estas intuiciones puras del espacio y el tiempo hacen posibles los juicios sintéticos a priori con los que trabajan las matemáticas.

Analítica Trascendental (El Entendimiento)

Los fenómenos de la sensibilidad no aportan por sí mismos un sentido: necesitan ser entendidos e interpretados, mediante el entendimiento. Esta facultad de la Analítica Trascendental aplica a los fenómenos conceptos a priori del entendimiento (categorías), agrupando bajo ellos múltiples impresiones dotándolas de sentido. “producir por nós mesmos representacións, a espontaneidade do coñecemento, será entendemento”. La síntesis daría como resultado los juicios. Así puede corroborar que la física sea una ciencia, ya que a partir de las categorías se determinan los principios del entendimiento sobre los que se basan las leyes fundamentales de la física, aplicables a la experiencia.

Relación entre Sensibilidad y Entendimiento

Por lo tanto, sin datos sensibles, la sensibilidad no podría aplicar el espacio y el tiempo, y el entendimiento no tendría fenómenos para aplicar las categorías y llegar a conocer. Pero tampoco podríamos conocer si, a pesar de llegar a las intuiciones de la sensibilidad, no le aplicamos los conceptos que permiten conocer. “Unicamente na súa reunión pode orixinarse o coñecemento”. Cada facultad debe mantener su función en el proceso cognoscente para llegar a juicios válidos que aporten conocimiento. “Non por iso, non obstante, podemos mesturar a súa participación, senón que hai serios motivos para separaralos coidadosamente e distinguilos entre si”.

Dialéctica Trascendental (La Razón)

Por último, estudia en la Dialéctica Trascendental el proceso para llegar a los razonamientos. La razón relaciona juicios mediante síntesis que aporten conocimiento más general, mediante las Ideas de la razón (conceptos puros de la razón), diferenciando así las Ideas de alma, mundo y Dios. Su uso correcto nos ayuda a partir de unos principios generales que ayudan a organizar el conocimiento y su estudio. Sin embargo, tender a creer que tales Ideas son realidades cognoscibles que permiten conocimiento llevaría a conclusiones erróneas, ya que no podemos aplicarles las formas a priori necesarias para conocer.

Kant: Ética del Deber en la Fundamentación de la Metafísica de los Costumbres

Immanuel Kant, filósofo central da Ilustración, propón na Fundamentación da metafísica dos costumes (1785) unha ética autónoma e racional, baseada na idea de deber. No fragmento analizado, Kant distingue dúas clases de imperativos: os hipotéticos e os categóricos. Os primeiros indican o que se debe facer para alcanzar un fin desexado (por exemplo: “se queres estar san, debes alimentarte ben”), mentres que os segundos ordenan unha acción de maneira absoluta, sen depender de condicións externas nin obxectivos particulares.

El Imperativo Categórico

O imperativo categórico, núcleo da ética kantiana, é unha lei moral universal que obriga a todos os seres racionais en calquera circunstancia. É unha orde que non depende das consecuencias da acción nin dos intereses persoais, senón que se fundamenta na racionalidade mesma. Para Kant, o valor moral dunha acción non reside no seu resultado nin na súa utilidade, senón na intención coa que se realiza, é dicir, na súa conformidade co deber. Esta concepción rompe coa moral heterónoma baseada na autoridade externa (divina, política ou social) e coloca no centro a liberdade moral do suxeito.

A fórmula xeral do imperativo categórico consiste en actuar só segundo máximas que poidan converterse en lei universal. Isto implica que antes de actuar, debemos preguntarnos se desexaríamos que todos fixesen o mesmo en circunstancias semellantes. Así, o criterio moral é a universalidade, non o interese propio. Isto supón un profundo respecto pola dignidade dos demais, pois cada persoa debe ser tratada como suxeito moral autónomo, non como medio para un fin.

Este enfoque ten unha grande relevancia ética e política: promove a igualdade moral entre todos os seres racionais e establece a autonomía como fundamento da liberdade. O imperativo categórico é, pois, a expresión da razón práctica en acción e a base da moral kantiana, unha moral que non depende de relixións nin costumes, senón da razón común de todos os seres humanos. Hoxe segue a ser un criterio esixente e vixente para xulgar accións, leis ou estruturas sociais desde unha perspectiva ética universal.

Nietzsche y la Crisis Existencial Contemporánea

A filosofía de Nietzsche advertía dunha crise de valores que hoxe parece máis vixente ca nunca. O seu diagnóstico do nihilismo —a perda de sentido provocada pola “morte de Deus”— define con precisión o malestar contemporáneo: sen referentes morais sólidos, a humanidade enfróntase ao baleiro. A súa visión profética sobre a decadencia cultural e a vontade de nada resoa nun mundo onde guerras coma as de Ucraína ou Gaza deixan ver a destrución, non só física, senón tamén espiritual.

No contexto actual, esta crise existencial maniféstase na desconfianza xeralizada, no medo ao futuro e na incapacidade para atopar un sentido común compartido. A humanidade parece estar atrapada entre o absurdo e a indiferenza, como se a razón e a esperanza fosen inútiles fronte á violencia e ao caos. A cita “o que non me mata farame máis forte” pode interpretarse como un reto: ou nos afundimos no nihilismo ou atopamos unha nova afirmación vital.

En definitiva, si: vivimos unha crise existencial. Pero esta pode ser tamén a oportunidade de superar a decadencia e reinventar novos valores para dar sentido á nosa existencia.

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