Explorando el Conocimiento, la Verdad y las Corrientes Filosóficas

Introducción al Conocimiento

Definición de Conocimiento

El conocimiento es una relación que se establece entre un objeto y un sujeto, por la cual el sujeto capta (aprende) la realidad del objeto. Ambos términos condicionan esta relación: el sujeto determina qué conoce del objeto, pero también el sujeto condiciona el objeto conocido en tanto que aporta sus formas de conocimiento.

Tipos de Conocimiento

  • De verdades: El saber es exclusivo de los humanos y se establece mediante relaciones entre conceptos. Es muy importante porque amplía enormemente nuestro ámbito de conocimiento, que sin él estaría, como les pasa a los demás animales, circunscrito a la limitada experiencia individual. Sin embargo, es falible, susceptible de error.
  • De cosas: Tenemos por experiencia el conocimiento de datos sensoriales, un conocimiento de cosas que ninguna proposición puede proporcionar. Este supone un contacto con el objeto conocido mediante la experiencia y no es, por tanto, privativo de la especie humana; lo tienen también los demás animales, dotados de sentidos.

Condiciones de las Verdades

  • Creencia: Si un sujeto sabe que «p», entonces el sujeto cree que «p».
  • Justificación: Si un sujeto sabe que «p», entonces el sujeto tiene razones para creer que «p» (si crees que «p» pero no lo puedes justificar adecuadamente, no se puede decir que lo sabes).
  • Verdad: Si un sujeto sabe que «p», entonces «p» es verdadero.

En conclusión, saber es tener una creencia justificada y verdadera.

La Certeza

La certeza, e incluso la evidencia de una creencia, forman parte del aspecto subjetivo del conocimiento. Son vivencias o sentimientos del sujeto cognoscente, no propiedades objetivas de la proposición, que puede ser falsa a pesar de nuestra certeza. La certeza es el conocimiento claro y seguro de algo; quien tiene una certeza está convencido de que sabe algo sin posibilidad de equivocarse.

La Verdad en Filosofía

La Verdad en Sentido Epistemológico

Estrictamente hablando, no hay cosas verdaderas o falsas: las cosas son o no son. No hay cosas falsas, sino enunciados falsos sobre ellas. Verdad o falsedad son una propiedad de las proposiciones. En este sentido, decimos que la verdad tiene un sentido epistemológico, es decir, en relación a nuestro saber o conocimiento proposicional. A veces también se emplea el término verdad en otros sentidos: ontológico y moral.

Cuando la verdad se predica como propiedad de una cosa, utilizamos el término en sentido ontológico, para diferenciar la auténtica realidad de la mera apariencia (la ontología es la disciplina filosófica que estudia la identidad, el ser, la realidad no en tanto que es esto o aquello, sino en tanto que es). La verdad en este sentido es lo auténticamente real frente a lo aparente u ontológicamente falso.

En ocasiones hablamos de verdad en sentido moral, atendiendo a la intención del sujeto que formula con sinceridad su creencia o bien formula un enunciado en el que no cree con ánimo de engañar. En sentido moral, se entiende por verdad y falsedad la sinceridad y la mentira.

Teorías de la Verdad

Teoría de la Verdad como Correspondencia

La verdad de un enunciado consiste en su concordancia con los hechos. La verdad es la correspondencia entre lo que se dice y lo que es, entre el contenido del pensamiento y la realidad. Esta es una concepción de la verdad muy arraigada tanto en la filosofía desde la antigüedad como en el sentido común. Sin embargo, no está exenta de problemas: ¿cómo podré saber que el enunciado corresponde a la realidad? Para comparar el enunciado con el hecho del mundo al que debe adecuarse, debemos describir el mundo; es decir, en último término, acabamos comprobando enunciados con enunciados, una creencia con otra creencia.

En definitiva, el problema de esta teoría es tener que comparar dos cosas de distinta naturaleza: el pensamiento del sujeto y la realidad objetiva, la cual requiere un imposible tercer punto de vista independiente tanto del lenguaje como de la realidad para establecer su concordancia.

Teoría de la Verdad como Coherencia

Para evitar el problema de tener que comparar el pensamiento con una realidad externa a él, algunos filósofos han preferido considerar que lo que determina la verdad de un enunciado es su coherencia o consistencia con el resto de enunciados del sistema, mientras que la inconsistencia con el cuerpo de creencias establecido hará falso el enunciado.

Teoría Pragmática de la Verdad

El pragmatismo parte de la consideración del sujeto cognoscente no como una conciencia, no como puro pensamiento, sino como un ser vivo que actúa. Y es en relación con su práctica y sus fines vitales como se debe abordar el problema del conocimiento y la verdad.

Posturas Filosóficas sobre el Conocimiento

Escepticismo

Es la postura antagónica al dogmatismo: el conocimiento no es posible, no podemos llegar a saber ninguna verdad y tendríamos que mantener una persistente actitud de duda.

  • Escepticismo radical: Los sofistas son los mayores representantes (s. V a.C.). Pirrón de Elis (s. IV a.C.) dice que la única verdad es que no hay ninguna verdad.
  • Escepticismo metódico: Lo único que hace es rechazar todo aquello que cree que es falso a partir de la duda y la razón (Descartes, s. XVI).

Racionalismo

Se basa en la razón. El máximo exponente es Descartes (s. XVII). El sujeto cognoscente, para conocer el objeto, utiliza básicamente la razón. Se puede conocer el objeto sin que haya un objeto. La razón determina el conocimiento. El método es la deducción. La ciencia busca verdades necesarias y universales.

Empirismo

Se basa en la experiencia. El máximo exponente es Hume (s. XVIII), que va a utilizar la inducción, que de muchos casos se generaliza a uno, ya que solo los sentidos son los elementos del saber. Además, se basa en la ley de la causalidad, que determina causa y efecto.

Apriorismo

El máximo representante es Kant (s. XVIII), que coge las metas sensibles del empirismo y, en vez de utilizar las ideas innatas del racionalismo, aplica categorías a priori. Según Kant, espacio y tiempo son formas a priori de nuestra sensibilidad.

Dogmatismo

Sí es posible el conocimiento y, además, son verdades universales. La ciencia se basa en el dogmatismo.

  • Dogmatismo acrítico: No se plantea el conocimiento como saber.
  • Dogmatismo filosófico: Afirma que mediante la razón podemos saber verdades absolutas. En la filosofía antigua, Platón (s. V-IV a.C.) y en la filosofía moderna, Descartes (s. XVII).

Relativismo

Admite que hay verdades, pero estas son siempre relativas, no son absolutas. El máximo representante es Protágoras (s. V a.C.), que dice que el ser humano es la medida de todas las cosas, de las que son en aquello que son y de las que no son en aquellas que no son. Se basa en la opinión.

Criticismo

Pretende mediar entre el dogmatismo y el escepticismo. Afirma la posibilidad de un conocimiento universal (dogmatismo), pero exige un análisis crítico para admitirlo (escepticismo). El máximo representante es Kant (s. XVIII), que es el autor de una obra llamada Crítica de la razón pura.

El Paso del Mito al Logos

Origen y Significado

A partir del s. VI a.C., aparece en lugares tan distantes como la India, China y Grecia un nuevo tipo de pensamiento: el racional. No desplaza al pensamiento mítico, sino que se superpone a él, de manera más o menos conflictiva. Se inicia una nueva manera de explicar el mundo, el ser humano y su comportamiento. El pensamiento racional aparece vinculado a la aparición de la democracia y al relativismo cultural.

Características del Pensamiento Racional

  1. Justificar y argumentar cualquier afirmación.
  2. Utilizar en la argumentación los principios y criterios de la lógica, evitando las contradicciones.
  3. Tener una actitud crítica, no dogmática. No hay verdades intocables.

El pensamiento racional es, por lo tanto, autorreflexivo, explícito y analítico, incluso con su propia metodología. El paso del mito al logos da lugar al nacimiento de la filosofía (filosofía y ciencia).

Los Inicios del Logos y su Relación con la Ciencia

El logos nace junto a la filosofía en el s. VI a.C. En la Edad Media, quien domina es la teología, que copia los rasgos de la filosofía que les interesa para justificar la teología. En el siglo XVII, vuelven a juntarse filosofía y ciencia hasta el s. XVIII, que empiezan a separarse por diversos conocimientos que son brutales. En el siglo XVIII hay revolución científica (Descartes).

La Verdad en Filosofía (Repetición del Contenido Original)

La Verdad en Sentido Epistemológico

Estrictamente hablando, no hay cosas verdaderas o falsas: las cosas son o no son. No hay cosas falsas, sino enunciados falsos sobre ellas. Verdad o falsedad son una propiedad de las proposiciones. En este sentido, decimos que la verdad tiene un sentido epistemológico, es decir, en relación a nuestro saber o conocimiento proposicional. A veces también se emplea el término verdad en otros sentidos: ontológico y moral.

Cuando la verdad se predica como propiedad de una cosa, utilizamos el término en sentido ontológico, para diferenciar la auténtica realidad de la mera apariencia (la ontología es la disciplina filosófica que estudia la identidad, el ser, la realidad no en tanto que es esto o aquello, sino en tanto que es). La verdad en este sentido es lo auténticamente real frente a lo aparente u ontológicamente falso.

En ocasiones hablamos de verdad en sentido moral, atendiendo a la intención del sujeto que formula con sinceridad su creencia o bien formula un enunciado en el que no cree con ánimo de engañar. En sentido moral, se entiende por verdad y falsedad la sinceridad y la mentira.

Teoría de la Verdad como Correspondencia

La verdad de un enunciado consiste en su concordancia con los hechos. La verdad es la correspondencia entre lo que se dice y lo que es, entre el contenido del pensamiento y la realidad. Esta es una concepción de la verdad muy arraigada tanto en la filosofía desde la antigüedad como en el sentido común. Sin embargo, no está exenta de problemas: ¿cómo podré saber que el enunciado corresponde a la realidad? Para comparar el enunciado con el hecho del mundo al que debe adecuarse, debemos describir el mundo; es decir, en último término, acabamos comprobando enunciados con enunciados, una creencia con otra creencia.

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