Descartes y la modernidad: razón, Dios y sustancia

Los orígenes de la modernidad

La razón en busca de la verdad

Descartes se propuso descubrir un camino firme y seguro para encontrar la verdad que nos permitiese avanzar en la filosofía con la misma garantía que nos ofrecen las matemáticas. Este camino no puede apoyarse en la autoridad de la tradición, sino debe basarse en la razón. Descartes es un filósofo racionalista, ya que rechaza el argumento de autoridad, afirmando en cambio el poder de la razón para encontrar la verdad. Suprimiendo todos los conocimientos que no sean indudables (duda metódica). No podemos aceptar ningún conocimiento basado en nuestros sentidos, ya que esto a menudo nos engaña. Tampoco deberíamos fiarnos del mundo que nos rodea, ya que en ocasiones lo que percibimos cuando estamos soñando también parece muy real y sin embargo, no es más que una ilusión. Descartes nos pide que imaginemos un genio maligno capaz de engañarnos y confundirnos incluso en las cosas que no parecen más ciertas y verdaderas. Tras introducir esta idea, Descartes descubre que si hay una verdad cierta. Si yo estoy dudando, si me estoy haciendo esta pregunta y si estoy tratando de encontrar la respuesta, entonces, al menos, puedo estar absolutamente seguro de que yo existo. Descartes formuló esta primera verdad con la siguiente frase: “Cogito, ergo sum”, qué significa “Pienso, luego existo”. El cogito es una verdad que se capta directamente mediante la intuición.

El sujeto pensante

El descubrimiento del cogito como primera verdad indudable es el punto de partida firme y seguro que Descartes está buscando para establecer el fundamento de la filosofía. Lo que resulta especialmente significativo es que, esta base incuestionable solo puede encontrarse en el interior del sujeto que piensa. Descartes llama a ideas a estos contenidos mentales que ocupan mi conciencia que pueden clasificarse en tres grupos distintos.

  • Ideas adventicias: proceden del exterior y se captan con los sentidos.
  • Ideas facticias: Son producto de mi propia actividad mental.
  • Ideas innatas: están en el interior desde el nacimiento y pueden captarse de forma directa mediante la intuición.

Dios en la filosofía cartesiana

La idea de ser un infinito

La existencia de dios puede probarse, según Descartes, partiendo de la idea innata que todos tenemos de un ser infinito. Esta idea no puedo haberla creado yo, que soy un ser finito e imperfecto, por lo que debe provenir de un ser realmente perfecto que existe en la realidad. Si definimos a dios como el ser más grande que puede pensarse, indudablemente dios tiene que existir, porque de lo contrario sería posible imaginar un ser aún más grande, que tuviera existencia real. Para demostrar la existencia de dios, Descartes también empleó otros dos argumentos. El primero de ellos identifica a Dios como el ser todopoderoso que me ha creado. El segundo se basa en el argumento ontológico anselmiano.

La divinidad como garantía de lo real

Según Descartes, la existencia de un dios infinitamente bondadoso sirve de garantía para afirmar la realidad del mundo que me rodea y para descartar todo peligro de caer en el Solipsismo en el escepticismo.

La unidad de las ciencias

El método cartesiano

Según Descartes, hay dos operaciones que la razón puede emplear para captar conocimiento: la intuición y la deducción. La intuición nos proporciona un conocimiento inmediato de las verdades infalibles que pueden percibirse con toda evidencia, de forma clara y distinta. La deducción, que también puede ofrecernos verdad es firme y segura si prestamos la debida atención para no cometer ningún error en la cadena del razonamiento deductivo. El método que Descartes propone para alcanzar la verdad hace uso de estas dos operaciones aplicándola en cuatro etapas diferentes:

  1. Evidencia: la búsqueda de la verdad debe comenzar por un punto de partida firme y seguro. La base de todos nuestros saberes debe estar formada por unas pocas verdades evidentes, claras y tinta, que puedan captarse mediante la intuición.
  2. Análisis: consiste en dividir la cuestión concreta que queremos estudiar en parte más sencilla, de manera que podamos estudiarlo separadamente y de forma individual.
  3. Síntesis: Uno de los distintos elementos ha sido estudiado y resuelto, es necesario recomponer de nuevo la totalidad del problema, para ofrecer una respuesta completa a la cuestión global que nos interesaba aclarar.
  4. Repaso: es necesario repasar con cuidado todo el proceso para comprobar que no hemos omitido ninguno, para asegurarnos de no habernos equivocado en ningún momento. Descartes propone aplicar a todas las ciencias un único método racional.

Un solo árbol con muchas ramas

Descartes pensaba que el saber está constituido, por un única ciencia universal, en la cual se integran las diferentes ciencias particulares, al igual que las distintas ramas de un árbol salen todos del mismo tronco central. Por eso el método aplicado puede ser el mismo, ya que en el fondo todas las ciencias son aspectos diversos de un mismo y único saber.

La sustancia en Descartes

Las tres sustancias de Descartes

El elemento central de la metafísica cartesiana el concepto de sustancia, denominado por Descartes “aquello que existe por sí mismo y no necesita de nada más para existir”. Descartes identificó tres tipos de sustancias. Según sus atributos voy a manifestarme bajo la forma de diversos modos. Dios es, para Descartes, la sustancia infinita (o res infinita). El atributo que caracteriza a dios como sustancia su infinito. Dios es un ser perfecto que no experimenta cambios, por lo que la sustancia infinita no presenta modos. Como dios es la única sustancia verdadera en sentido estricto, para identificar, Descartes debe modificar la definición de sustancia. Así, define sustancia como “aquello que existe por sí mismo y que, aparte de dios, no necesita de nada más para existir.” De esta forma resulta posible distinguir dos nuevos tipos de sustancia, que son la sustancia pensante y la sustancia extensa. La sustancia pensante (res congitans) es la Actividad mental, la conciencia, el yo o el alma, no necesito del cuerpo para existir. El atributo que caracteriza este tipo de sustancias del pensamiento, que puede manifestarse en dos modos distintos: la actividad mental, la conciencia, el yo o el alma, no necesita del cuerpo para existir. El atributo que caracteriza este tipo de sustancia es el pensamiento, que puede manifestarse en un modo de tinto: el entendimiento y la voluntad. La sustancia extensa (res extensa) es la materia. El atributo que caracteriza este tipo de sustancia es la extensión, (ocupa algún lugar en el espacio.) Los modos que puede adoptar la sustancia extensa son la fórmula figura.

Mecanismo y determinismo

Para Descartes, todo lo material está sujeto a la ley de la naturaleza y se comporta de forma mecánica y determinista. Descartes Sostenía que los animales eran seres materiales que pudieran compararse a una máquina sofisticada o a un complicado autómata, sin conciencia, alma o sentimiento, complejos sistemas mecánicos formados exclusivamente por materia.

El dualismo antropológico

Descartes sostenía que el ser humano y tan presente dos sustancia distinta: -la parte material (cuerpo) sustancia extensa que obedece las leyes de la física. -La parte inmaterial (alma) es una sustancia pensante que es libre e inmortal. Para explicar la interacción entre ambas, Descartes pensaba en dos realidades separadas que podrían conectarse a través de algún punto en concreto, como la glándula pineal, una pequeña protuberancia en la base del cerebro. Esta respuesta no fue convincente y satisfactoria por lo que se siguió estudiando en la filosofía moderna.

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