Descartes sueño y realidad

2) C) JUSTIFICACIÓN DESDE LA POSICIÓN FILOSÓFICA DEL AUTOR

Descartes había sido educado en la filosofía escolástica, de tradición aristotélico-tomista, pero pronto se convenció de que esta filosofía estaba obsoleta y que había que reconstruir el sistema desde el principio. Además, al final del Renacimiento había resurgido en Francia el escepticismo con la figura de Montaigne. La filosofía de Descartes surge, por tanto, como reacción a la filosofía escolástica, y como intento de superar el escepticismo con un método infalible que lleve a la verdad.

El objetivo de Descartes es la búsqueda de la verdad, mediante el buen uso de la razón. Para ello, su primer paso es encontrar un criterio de verdad que nos permita distinguir claramente lo verdadero de lo falso, y para lograrlo, se necesita un método que nos permita usar bien la razón.

Descartes critica los criterios de verdad basados en la tradición, la autoridad o la experiencia sensible, y trata de diseñar un método basado en la matemática, concretamente en los tres saberes que le parecen más rigurosos: la lógica, la geometría y el álgebra.

El ideal de filosofía de Descartes está inspirado en las matemáticas, porque para Descartes, la filosofía debe ser un sistema de verdades ordenadas de tal modo que la mente pase de verdades fundamentales evidentes por sí mismas a otras verdades implicadas por las primeras.

Descartes tiene una admiración y una confianza total en las matemáticas porque sólo las matemáticas han conseguido la total ausencia de incertidumbre, porque las matemáticas no deben su verdad a la experiencia sensible, y porque las matemáticas acostumbran a la mente a la verdad.

El método matemático de Descartes, debe consistir en una serie de reglas que garanticen el empleo correcto de las dos operaciones que realiza la mente a la hora de conocer: la intuición y la deducción.

( La intuición, según Descartes, es una especie de instinto natural por el cual captamos conceptos simples emanados de la razón, sin posibilidad de duda o error. Todo el conocimiento se desarrolla a partir de la intuición de esas naturalezas simples, porque entre unas intuiciones y otras, aparecen conexiones que la inteligencia descubre por medio de la deducción. La deducción es, por tanto, una sucesión de intuiciones simples y de las conexiones entre ellas.)

Las reglas del método de Descartes son cuatro:

1ª) La evidencia: es muy importante porque de ella se deriva la duda metódica. Descartes se refiere con esta regla al empleo correcto de la intuición: se trata de captar verdades evidentes. Una verdad es evidente, según Descartes, cuando presenta dos rasgos: claridad y distinción.

2ª) El análisis: consiste en descomponer las cuestiones complicadas en otras más simples, que puedan ser captadas con claridad y distinción.

3ª) La síntesis: consiste en pasar de la intuición de las naturalezas simples al conocimiento de todas las demás mediante la deducción.

4ª) La enumeración: es la menos importante. Consiste en revisar el proceso deductivo para estar seguro de que no nos hemos saltado ningún paso.

La aplicación de la primera regla trae como consecuencia la duda metódica. La duda metódica es el empleo de la duda como método: se trata de dudar deliberadamente, de declarar falso todo aquello en lo que se pueda encontrar el menor motivo de duda, con el objetivo de encontrar una verdad cierta, que se presente tan clara y distinta que no haya motivo alguno para dudar de ella.



Los distintos motivos de duda que encuentra Descartes al aplicar su método son estos:

1. Duda de los sentidos: tenemos que dudar de la información que nos dan los sentidos porque a menudo éstos nos han engañado.

2. Duda de la existencia de las cosas reales: aunque los sentidos nos engañaran acerca de las cosas, éstas existen realmente. Pero Descartes encuentra un motivo para dudar de la existencia de las cosas al pensar en la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño: los sueños nos muestran cosas inexistentes con la misma viveza que las cosas que percibimos cuando estamos despiertos. Entonces, no podemos estar absolutamente seguros de que el mundo que percibimos no es un sueño. Es algo poco probable, pero es posible, por tanto no podemos excluir que todo lo que existe puede ser producto de nuestra imaginación y no exista realmente.

3. Duda de las verdades de las matemáticas: los errores de los sentidos y la imposibilidad de distinguir la realidad del sueño no afectan a las verdades matemáticas: 2+2 seguirá siendo 4 aunque estemos durmiendo, no depende de la información que nos dan los sentidos. Pero Descartes plantea aquí la hipótesis del genio maligno: ¿y si un

genio maligno nos engaña y nos hace creer que las verdades matemáticas son ciertas?

La duda que ha utilizado Descartes tiene las siguientes características:

_Es universal: ninguna proposición debe ser excluida de ella.

_Es metódica: no es una duda escéptica, sino una situación transitoria, exigida por el método, para llegar a una certeza.

_Es teórica: no se extiende al mundo de las creencias, sólo afecta al conocimiento.

_Es voluntaria y antinatural, porque es una actitud deliberada, y un esfuerzo contra la actitud natural de la mente, que es dar crédito a los sentidos.

En esa actitud de dudar de todo, aparece la primera verdad: “pienso, luego existo” (cogito, ergo sum). Si dudo, estoy pensando, y mientras estoy pensando, soy algo, existo, soy un ser pensante. Con el “pienso, luego existo”, por fin encuentra Descartes una verdad segura.

La segunda verdad descubierta por Descartes afirma: “yo soy una cosa que piensa”. La primera verdad expresa el descubrimiento de la propia existencia: como pienso, entonces existo. Una vez que sé que existo, me pregunto qué soy. (Descartes sigue el esquema escolástico, que distingue entre la existencia de algo _el hecho de que sea_, y su esencia _lo que algo es.)

Descartes distingue entre sustancia, modo y atributo:

_Sustancia es aquello que para existir no necesita de otra cosa.

_Modo es aquello que para existir necesita de otro.

_Atributo es la característica esencial de una sustancia.

Descartes distingue tres tipos de sustancia:

_El yo, cuyo atributo es el pensar.

_Dios, cuyo atributo es la infinitud o perfección.

_El mundo, cuyo atributo es la extensión.

Para seguir avanzando en la construcción de su sistema, necesita eliminar la hipótesis del genio maligno, que puede hacer que se engañe incluso en aquello que crea conocer con evidencia. Por tanto, debe probar si existe Dios y si puede engañarnos. Y debe hacerlo con el único material con el que cuenta: las ideas que piensa el yo pensante.


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