Conceptos Fundamentales en la Filosofía de Nietzsche, Marx, Rousseau y Kant

Nietzsche

Metafísica: El problema de la realidad

Nietzsche se opone al dualismo ontológico de Platón, quien distingue entre un mundo sensible e imperfecto y otro mundo suprasensible y perfecto, fundamento del primero. La escisión de la realidad surge de la necesidad de orden y estabilidad frente a una realidad caótica. Esta necesidad de recurrir a un mundo suprasensible (mundo de los conceptos, Ideas o reino de los cielos) responde a la negación de la vida y a su carácter efímero, trágico y cambiante. Se trata de un intento ingenuo de encerrar el devenir de lo real en las categorías de la razón. Toda verdad es siempre relativa; solo existe la perspectiva del observador que se impone a los demás cuando es lo suficientemente poderoso. Frente al positivismo que sostiene que hay que centrarse en los puros hechos, niega la existencia de estos; todo es producto de la interpretación y lo contrario es una falsificación de la realidad. Los hechos son incognoscibles, solo existen interpretaciones de los mismos, interpretaciones diversas. Defiende una epistemología basada en el perspectivismo: conocer el mundo es interpretarlo desde múltiples perspectivas. El carácter metafórico de los conceptos provoca un abismo insalvable entre el mundo y el pensamiento. El mundo de la verdad, científica o filosófica, no es cognoscible porque es falso, no existe tal verdad. Los hechos son falseados por medio de conceptos que los convierten en una esencia, en una sustancia que oculta la multiplicidad y la diferencia. Detrás de las sustancias no hay nada. El conocimiento basado en la abstracción no pretende conocer, sino dominar la realidad; el conocimiento es una ficción, la «mayor fabulación». En el origen del conocimiento está la «voluntad de poder» que momifica las intuiciones hasta encerrarlas en unos conceptos, unas metáforas en lugar de otras. De esta teoría del conocimiento se derivan las críticas contra la filosofía y la ciencia. Nietzsche acusa a los filósofos de utilizar «momias conceptuales» que niegan el devenir del mundo y que desacreditan los sentidos. Este proceso metafísico culmina con el concepto supremo: «Dios»; concepto que hace depender toda la realidad del más falso de los conceptos. Acusa también a la ciencia, que rechaza las creencias por indemostrables, de asentarse sobre la creencia de que la verdad es mejor que la falsedad. La supremacía de la verdad es indemostrable científicamente; afirmar dicha supremacía no es una afirmación científica, sino moral.

Ética: El problema de la moral

En Genealogía de la moral (1887), Nietzsche investiga la importancia de los valores morales como estímulo o freno del ser humano, como signo de afirmación o negación de la vida. Poniendo en entredicho tales valores, pretende conocer las circunstancias en las que surgieron, se desarrollaron y fueron modificados; se trata de una valoración crítica del origen de los valores morales. El vitalismo nietzscheano pretende afirmar la vida tal y como es, sin enmascararla; esa comprensión vital le lleva a reflexionar sobre la moral, que tradicionalmente ha enmascarado y negado la vida. El método genealógico pretende revelar qué impulsos, qué fuerzas, qué voluntad es responsable de la aparición y constitución de un determinado valor moral. Para Nietzsche, no existen valores morales absolutos; la moral es una herramienta al servicio de los poderosos para preservar sus intereses, para que el individuo adapte sus intereses a los de la comunidad. Para que los intereses individuales se adapten a los colectivos, en primer lugar, se utiliza la coacción, que es sustituida progresivamente por la costumbre; finalmente, lo que surgió como coacción deviene conciencia individual. La moral consigue que los individuos lleguen a interiorizar dichas normas y costumbres. Nietzsche acusa a la moral platónico-cristiana de antinatural por negar los instintos del ser humano.

Genealogía de la Moral

Mediante el método genealógico, Nietzsche rastrea el origen de los términos «bueno» y «malo» para sustentar su crítica. Etimológicamente, bueno es sinónimo de noble, poderoso y malo lo es de vulgar, débil, cobarde. El origen histórico está en la relación que se establece entre los pueblos conquistadores indoeuropeos y los pueblos conquistados de Centroeuropa y el Mediterráneo. Nietzsche distingue dos tipos de moral:

  • Moral de los señores: el señor es el creador de sus propios valores, no necesita que nadie apruebe sus acciones, solo reconoce lealtad con sus iguales y desprecia a los demás.
  • Moral de los esclavos: el esclavo recela de las virtudes del poderoso y defiende las virtudes que alivian su existencia: compasión, bondad, humildad. La debilidad del esclavo le impide exteriorizar su cólera que deviene resentimiento frente al fuerte; llama malo al poderoso y bueno al bondadoso.

La moral tradicional se corresponde con la moral de los esclavos, que se impuso sobre la moral de los señores, invirtiendo los auténticos valores morales.

Antropología: Problema del Ser Humano

El Zaratustra nietzscheano será el superador de la decadente situación en la que se halla Occidente: un nuevo sol que alumbrará la oscuridad de una existencia vacía, sin sentido, nihilista. El profeta de la «muerte de Dios» dirá que en el hombre hay tres transformaciones del espíritu: el camello es símbolo de aquellos trasmundanos que cargan con la moral de esclavos, con la idea del deber y la culpa; el león es aquel que lucha y ruge “no” ante esos valores, que los critica y niega; pero aún tiene que convertirse el espíritu en niño: el superhombre que dice sí a la vida tal y como es, creando nuevos valores y aceptando lo sensible de sí mismo y del mundo. El niño simboliza al hombre que supera el nihilismo negativo y lo convierte en nihilismo positivo, es decir, que acepta lo inmanente y la vida (el «sentido de la tierra»). El nihilismo positivo y el superhombre anunciados por Nietzsche consisten en una superación de la cultura occidental (y por lo tanto del nihilismo negativo que en ella se ha consumado). La propuesta nietzscheana es aceptar el devenir, la realidad tal cual es, y buscar el sentido de esta en ella misma. Es, en palabras del autor, un «santo decir sí» a la vida, rechazando por otra parte todos los prejuicios metafísicos, teológicos y morales que han reinado en Occidente desde hace al menos dos milenios. El pensamiento más abismático de Zaratustra (ante el que incluso él se muestra temeroso) será el del eterno retorno de lo idéntico: ver la existencia como un ciclo que se repite infinitamente y que queremos, por ello, que valga la pena vivir en cada uno de sus instantes (pues todo el dolor y el placer de esta vida se repetirán eternamente). Con esta hipótesis metafórica, Nietzsche busca que los seres humanos acepten su vida tal cual es, intentando incrementar su vitalidad o voluntad de poder, aspirando siempre a más. Mientras que la voluntad schopenhaueriana ve el mundo como dolor y sufrimiento y por ello reniega de la vida, la voluntad de poder dice sí a este mundo (incluso con todo su sufrimiento) sin despreciarlo y no se limita simplemente a sobrevivir, sino a intensificar dicha voluntad superándose continuamente. Es esta voluntad de poder la que caracteriza al superhombre que está por llegar (al contrario que la voluntad del león, que simplemente desprecia los valores), que como ya hemos dicho es capaz, como el niño que juega, de crear sus nuevos valores. En esto consiste lo que Nietzsche llama la transvaloración de los valores.

Marx

Metafísica: El problema de la realidad

Marx, siguiendo a Hegel, defiende que la realidad es un proceso contradictorio en el que todos sus momentos son el resultado de la lucha de elementos contrarios que son subsumidos y superados por sucesivas síntesis que expresan el dinamismo de la realidad. Para Hegel, la realidad es histórica. La dialéctica en Marx se aplica a la realidad material, oponiéndose al idealismo hegeliano. La realidad económica es dinámica y se caracteriza por la oposición de elementos contrarios del proceso dialéctico; la lucha de clases se convierte en el motor de la historia en el materialismo histórico. La realidad material es un proceso de contradicción dialéctica que se desarrolla en tres grandes momentos: afirmación (tesis), negación (antítesis), negación de la negación (síntesis). Para Marx, la única realidad existente es la materia y la autoconciencia. En Marx, la historia es un proceso en el que se suceden distintos modos de producción; el paso de un modo de producción a otro sucede de la siguiente manera:

  • Cada modo de producción genera escisiones internas motivadas por el conflicto entre los intereses opuestos de las distintas clases sociales (afirmación/tesis).
  • Las contradicciones dan lugar a una revolución o una transformación profunda (negación/antítesis).
  • La revolución origina una nueva forma social con diferentes relaciones sociales que con el tiempo producirán nuevas contradicciones (negación de la negación/síntesis).

Entre los distintos modos de producción que se van sucediendo a lo largo de los siglos, Marx identifica los siguientes: Comunismo primitivo, Asiático, Esclavista, Feudal, Capitalista. El paso de un modo de producción a otro se produce cuando la tecnología favorece el desarrollo completo de las fuerzas productivas y de las contradicciones en las relaciones de producción. La relación entre los seres humanos es la misma a lo largo de la historia: unos son propietarios y otros trabajadores. Esta situación origina dos clases sociales hostiles. Las clases sociales se definen por la función que realizan en el proceso de producción. Las clases sociales se oponen de forma dialéctica, tienen intereses y prácticas antagónicas. La lucha de clases se da en primer lugar a nivel económico; también se produce a nivel político; también tiene una dimensión ideológica. En el modo de producción capitalista, las clases sociales enfrentadas son: Clase capitalista: es la clase que acumula capital. Clase obrera: es la clase social que acumula miseria.

Rousseau

Política: El problema de la política

Rousseau cree que el estado de naturaleza no ha existido nunca, no es posible regresar a él, pero sí es posible reformar la sociedad. El ser humano se somete libremente a este pacto social y con él pretende fundamentar la convivencia a través de la ley. Mediante el contrato social, cada individuo cede sus derechos a la comunidad política para constituir la ciudadanía como fundamento de la sociedad. La sociedad, que permite la subsistencia, es la causa de los males del hombre. En el estado de naturaleza no existía más desigualdad que la natural, basada en habilidades y talentos tanto físicos como intelectuales diferentes. Los problemas para Rousseau surgen con la aparición de la propiedad privada y con la transformación del poder legítimo en poder arbitrario. Rechaza la doctrina liberal del libre mercado; no redunda en el bien común, sino que favorece el enriquecimiento de un individuo a costa de sus semejantes. La propiedad privada convierte al hombre en mercancía. La sociedad mercantilista sustituye los valores tradicionales, como la solidaridad, por el egoísmo individual. Las relaciones de libertad e igualdad de artesanos y productores son sustituidas por la servidumbre del salario capitalista. Critica la propiedad privada porque se basa en la explotación del trabajo ajeno. Aspira a combatir la desigualdad para que ningún ciudadano sea tan rico para comprar a otro, ni ninguno tan pobre para verse obligado a venderse. La vuelta al estado de naturaleza no es posible. Se trata, como afirma en Del contrato social (1762), de transformar la sociedad instaurando un estado social que sea expresión de una voluntad general que busque el bien común. La voluntad general es la depositaria de la soberanía; ningún particular se la puede apropiar, el pueblo es el soberano constituido en asamblea y la soberanía es intransferible, no hay representantes sino diputados que no legislan, solo administran e informan para que el pueblo legisle. La voluntad general busca el bienestar de la comunidad. Las leyes solo serán válidas si se corresponden con la voluntad general. La voluntad general no es la simple suma de voluntades individuales, sino que surge de la renuncia de cada ciudadano a sus propios intereses en favor de la comunidad. La voluntad general expresa el bien común; identifica distintas formas de organización política: se trata de una democracia directa sin representantes. Se trata de una república basada en la libertad y en la igualdad.

Antropología: El problema del Ser Humano

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) nació en Ginebra (Suiza) y murió cerca de París (Francia). Es una de las figuras más importantes de la Ilustración. Rousseau se ocupó de cuestiones prácticas: la moral o la política, frente a sus antecesores que se centraron en la epistemología y la metafísica. La idea fundamental de su filosofía moral y política es la bondad innata del ser humano y el papel negativo de la sociedad en su desarrollo. Su optimismo antropológico contrasta con el pesimismo de T. Hobbes: el hombre es un lobo para el hombre. Para Rousseau, el ser humano es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe. El paso del estado de naturaleza a la sociedad ha provocado la degradación del ser humano. En el estado natural, el ser humano era libre y feliz, la sobreabundancia evitaba los conflictos, pero la sociedad lo convierte en un ser desgraciado, esclavo de su egoísmo. El ser humano en el estado de naturaleza es el buen salvaje, mito de la literatura europea basado en las crónicas sobre el nuevo mundo. La corrupción del buen salvaje tiene un origen histórico concreto: la aparición de la propiedad privada, causa de la desigualdad y origen de la sociedad. La existencia de la sociedad es inevitable e irreversible, no es posible volver al primitivo estado de naturaleza. La única solución es la reforma de la sociedad mediante un pacto social que garantice la igualdad de derechos. La educación es el medio para conseguir llevar a cabo las reformas sociales necesarias. Rousseau teoriza sobre la educación en su obra Emilio (1762), partiendo de su optimismo antropológico radical. Rousseau se centra en la educación de Emilio, futuro ciudadano en el ámbito político, pero no la de Sofía, futura cuidadora en el ámbito privado. El ser humano es bueno por naturaleza, por tanto, la educación debe favorecer la naturaleza propia del hombre. Se trata de una pedagogía natural, en contacto con la naturaleza y libre del control institucional, una educación basada en la tolerancia y en el amor de sí. Una educación flexible que potencie la espontaneidad, la conciencia crítica y la cooperación. Rousseau defiende que la educación debe desarrollar los sentidos y los sentimientos antes que la razón. El objetivo de la educación es fusionar la moral con la política, formando ciudadanos responsables. Se trata de educar ciudadanos comprometidos con su comunidad política, capaces de reprimir su egoísmo para poder actuar colectivamente.

Kant

El Problema de la Realidad y/o el Conocimiento

¿Qué puedo conocer?

Kant trata de determinar los límites de la razón humana en el ámbito de la ciencia, la moral, la sociedad y la historia. Pretende conciliar y superar el racionalismo (razón dogmática), el empirismo (razón escéptica) y el irracionalismo (razón subjetiva). Para ello, llevará a cabo una crítica que clarifique el papel de la razón. La crítica, por tanto, también buscará la realización de los ideales ilustrados para superar la «minoría de edad» de la Humanidad. Kant pretende aplicar los resultados de su crítica de la razón a la praxis social, por ello su filosofía cumple una doble función:

  • Aclarar el funcionamiento, objetos y límites de la razón humana.
  • Sentar las bases de un nuevo estado de la humanidad en libertad.

Para alcanzar ambos objetivos es necesario esclarecer cuáles son los objetos propios de la razón:

  • Los principios que rigen el funcionamiento de la Naturaleza (metafísica).
  • Las leyes que regulan la acción humana (ética).
  • Los fines últimos del hombre (mística).

Fijados los objetos de la crítica, la filosofía debe responder a tres preguntas fundamentales:

  • ¿Qué puedo conocer? Aclara los principios que permiten el conocimiento científico de la Naturaleza.
  • ¿Qué debo hacer? Establece los principios de la acción moral y las condiciones de la libertad.
  • ¿Qué puedo esperar? Justifica el destino último del ser humano y las condiciones de su realización tanto individual como colectivamente.

Estas tres preguntas pueden englobarse en una cuarta: ¿Qué es el hombre?, que muestra el carácter total del proyecto kantiano. Kant responde a la primera pregunta: ¿Qué puedo conocer?, en su Crítica de la razón pura (1781), clarificando el funcionamiento y límites de la razón. La doctrina kantiana del conocimiento se basa en la distinción de dos fuentes o facultades de conocimiento:

  • Sensibilidad: conocimiento pasivo que se limita a recibir impresiones (empirismo).
  • Entendimiento: conocimiento activo que produce conceptos que no proceden de la experiencia sensible (racionalismo).

La primera actitud de Kant fue racionalista, primando al entendimiento sobre la sensibilidad, pero la lectura de Hume lo despertó del «sueño dogmático de la razón». El entendimiento elabora conceptos que no proceden de la experiencia (racionalismo), pero dichos conceptos solo pueden aplicarse al ámbito de la experiencia (empirismo).

Problema de la Metafísica

Kant considera que es necesaria una crítica de la metafísica, pues mientras las ciencias avanzan, la metafísica sigue atrapada en los fundamentos de Platón y Aristóteles; es necesario establecer las condiciones del conocimiento científico para después comprobar si la metafísica las cumple. Kant distingue dos tipos de condiciones:

  • Empíricas: son las condiciones materiales y pueden ser alteradas.
  • A priori: son condiciones universales y necesarias que no pueden ser alteradas: espacio, tiempo (sensibilidad) y categorías (entendimiento).

Todo conocimiento se compone de razonamientos, por tanto, la estructura básica del conocimiento humano son los juicios. Kant establece una doble clasificación:

  • Juicios que atienden a la relación entre el sujeto y el predicado.
    • Juicios analíticos: la información del predicado ya está en el sujeto, no añaden información, son siempre a priori (El todo es mayor que una de sus partes).
    • Juicios sintéticos: el predicado no está comprendido en el sujeto, amplían la información (Todos los cuerpos son pesados).
  • Juicios que atienden a la relación con la experiencia.
    • Juicios a priori: su verdad puede ser conocida sin recurrir a la experiencia, son universales y necesarios.
    • Juicios a posteriori: su verdad es conocida a partir de la experiencia, no son universales ni necesarios.

Los juicios sintéticos a priori son los propios del conocimiento científico. Para Kant, este tipo de juicios se basan en la categoría de causalidad; El principio de causalidad es una categoría del entendimiento que se aplica necesaria y universalmente a los fenómenos de la experiencia, pero solo a estos. Si la necesidad y universalidad del conocimiento no procede de la experiencia, entonces es el objeto conocido, la realidad, el que se adapta al sujeto cognoscente. En esto consiste el giro copernicano de Kant: el sujeto configura la realidad al conocerla. Para Kant, el conocimiento resulta de la combinación de ambas: la sensibilidad percibe los objetos y el entendimiento los piensa. A las dos facultades del conocimiento, Kant añade la razón para buscar principios cada vez más universales. Hay tres partes en que se divide la Crítica de la razón pura:

  • Estética trascendental: estudia la sensibilidad y las condiciones en las matemáticas.
  • Lógica Trascendental:
    • Analítica trascendental: estudia el entendimiento y las condiciones en la Física.
    • Dialéctica trascendental: estudia la razón y concluye la imposibilidad de formular juicios sintéticos a priori en la Metafísica.

Ética: El problema de la moral

Kant distingue dos usos diferentes de la razón:

  • Uso teórico: ¿qué puedo conocer?
  • Uso práctico: ¿qué debo hacer? Y ¿qué puedo esperar?

Kant estudia el uso práctico de la razón en dos obras: Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785) y Crítica de la razón práctica (1788). Los temas fundamentales de la Metafísica (Dios, mundo y alma), relegados del ámbito del conocimiento, son recuperados en el ámbito de la moralidad. En la Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Kant identifica lo bueno con la buena voluntad. La buena voluntad obra por deber, no por interés ni por inclinación ni por deseo. Kant distingue entre obrar:

  • Contra el deber: actuar contra la ley moral.
  • Conforme al deber: actuar siguiendo un interés particular y coincidir con la ley moral.
  • Por deber: la conducta no busca ningún interés particular ni es el resultado de un deseo, sino que está motivada por el respeto a la ley moral.

¿Qué puedo esperar?

La última pregunta del proyecto filosófico kantiano se resuelve en el ámbito de la razón práctica. Es necesario utilizar postulados y no argumentos, propios del uso teórico de la razón. La conducta moral exige renunciar a la felicidad y actuar por deber; esto no significa que el ser humano virtuoso no pueda esperar la recompensa de la felicidad. Las ideas trascendentales de la razón que quedaron desacreditadas como conocimiento científico, encuentran acomodo como postulados en el ámbito de la razón práctica. Las ideas puras devienen postulados de la razón práctica que permiten la existencia de una ley moral universal, expresión de la razón humana. Las características que definen la ley moral en Kant son las siguientes:

  • Autonomía: obrar moralmente consiste en que la voluntad de forma autónoma se someta a la razón. El ser humano es totalmente autónomo cuando se obedece a sí mismo al cumplir la ley moral, compatible con la dignidad humana.
  • Universalidad: al provenir de la razón y ser la razón patrimonio de todos los seres humanos, la ética kantiana es una ética universal.

Los postulados de la razón práctica son tres:

  • Libertad. Sin libertad no puede haber orden moral.
  • Inmortalidad del alma. La adecuación de la voluntad a la ley moral no puede darse en esta vida, la inmortalidad del alma permite la recompensa de la felicidad.
  • Dios. Es la garantía de que una vida virtuosa, basada en el cumplimiento del deber, será recompensada con la felicidad eterna.

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