Teoría del Conocimiento
Puesto que todos los seres vivos poseen algún tipo de conocimiento dentro de sus funciones, Aristóteles distingue varios niveles, desde el sensorial al intelectual, donde destaca la primacía de lo intelectual sobre lo sensorial. Sin embargo, se diferencia en que, para él, la experiencia es el punto de partida de todo conocimiento.
Facultades Cognoscitivas
- Facultades sensitivas: Sentidos externos (oído, vista, etc.) e internos (sentido común). Comunes a animales y humanos.
- Facultades espirituales: Entendimiento agente y paciente. Específico de los seres humanos.
Facultades Afectivas
- Instintos: Apetitos inferiores y pasiones.
- Voluntad: Apetitos superiores o querer racional.
El conocimiento humano se basa en el siguiente proceso: 1) Nada hay en el entendimiento que no haya estado antes en los sentidos. Por lo tanto, aunque el conocimiento humano es intelectual, todo arranca de los sentidos. 2) Los sentidos externos recogen los datos de los objetos que, a través del sentido común, llegan a la conciencia, en donde se conservan y combinan entre sí por medio de la memoria y la imaginación. 3) En este momento intervienen las facultades superiores. En primer lugar, el entendimiento agente toma la información que le suministra la imaginación, prescinde de los datos singulares y concretos y obtiene los formales, comunes y universales que conoce el entendimiento paciente.
La Sustancia y el Accidente
Sustancia es aquello que existe en sí y no por otro. Cumplen esta condición los cuerpos simples (tierra, aire, fuego y agua) y los compuestos de estos. También llama sustancia a la esencia de cada cosa. Sustancias son, pues, los seres individuales, los organismos vivos y, también en el último sentido, conceptos como la racionalidad.
El accidente es aquello que existe en la sustancia. La necesidad que tienen los accidentes de darse en una sustancia impide que puedan existir separadamente. Aunque aportan determinados aspectos a la sustancia, su desaparición no modifica esencialmente la cosa individual.
El Mundo Sublunar
Es la región del cosmos que abarca aquella parte situada por debajo de la Luna; es decir, nuestro mundo. Lo que caracteriza a esta región es el cambio, tanto sustancial como accidental. Continuamente nacen y perecen seres, y otros cambian sus cualidades; por lo tanto, no hay quietud. Los movimientos son finitos y rectilíneos; además, en este, la Tierra es el elemento más pesado y tiende a ocupar su lugar natural, que es el centro de la Tierra.
Los movimientos naturales de los cuerpos sublunares son rectilíneos, ascendentes (fuego y aire) y descendentes (tierra y agua). Los movimientos no rectilíneos son siempre violentos o forzados por algo exterior al cuerpo que se mueve así. Por lo tanto, estamos ante una concepción geocéntrica del universo.
El Mundo Supralunar
Es la región que abarca la Luna y todo lo que se halla más allá de ella: cinco planetas o «cuerpos errantes», el Sol y las estrellas. Aquí impera el orden, la armonía y la regularidad. Ello es así porque los cuerpos celestes no se componen de los cuatro elementos terrestres, sino de éter, que es un material sutil, óptimo, imponderable y transparente.
El éter o la quintaesencia es un elemento incorruptible y eterno que le otorga al cielo una homogeneidad y perfección que no poseen los cuerpos terrestres. Los cuerpos celestes no vagan por el espacio vacío, que es inexistente. Los planetas y las estrellas están sujetos a unas esferas de éter que son movidas por motores inmóviles.
Vida y Obra de Aristóteles
Aristóteles nació en Estagira, Macedonia. Su padre era médico, por lo que desde niño observó el estudio de lo vivo y de ahí su interés por la biología. A los 17 años fue a Atenas y entró como discípulo en la Academia platónica, en donde permaneció hasta la muerte de Platón, tras lo que abandonó la capital griega.
En el 343 a.C., Filipo II le designó educador de su hijo Alejandro y durante siete años residió en la corte macedonia. En el año 336, Alejandro subió al trono y Aristóteles volvió a Atenas, en donde fundó el Liceo, centro en el que impartió la docencia hasta su muerte. En el Liceo, los alumnos habitualmente paseaban mientras discutían sobre ciertos temas relacionados con las enseñanzas, por lo cual se les dio el nombre de peripatéticos.
En el año 323, muere Alejandro y el partido antimacedonio accede al poder en Atenas. Aristóteles, acusado de impiedad, huyó de la ciudad para evitar que los atenienses cometieran un segundo crimen contra la filosofía. Se cree que escribió más de mil tratados; la mayor parte han desaparecido. Entre otros se conservan:
- Tratados de lógica: Categorías, Sobre la interpretación, Primeros analíticos, Segundos analíticos, Tópicos y Refutaciones sofísticas. Al conjunto de su obra de Lógica se le conoce con el nombre de Organon.
Análisis del Movimiento
Aristóteles aborda el problema del cambio o movimiento de los seres. Estos los podemos clasificar en:
- Cambio sustancial o accidental.
- Ser en acto y ser en potencia:
- Ser en acto: Significa lo que un ser es de hecho, aquí y ahora (por ejemplo, un árbol).
- Ser en potencia: Es la capacidad de llegar a ser algo que todavía no se es, pero se puede llegar a ser (por ejemplo, una semilla es en potencia un árbol).
Aristóteles va más allá al afirmar que hay un modo de ser intermedio entre el ser y el no-ser: el ser en potencia. Esto le permitirá explicar el movimiento como el paso del ser en potencia al ser en acto. Por lo tanto, el cambio o movimiento es posible y consiste en la actualización de aquello que existe en potencia.
Cuando hablamos de cambio, se entiende que se produce porque algo se pierde, algo permanece y algo se adquiere:
- Materia o sustrato: Es aquello que permanece en el cambio.
- Privación: Es lo que no se tiene todavía, pero se puede adquirir en el cambio.
- Forma: Se adquiere una vez perdida la que se poseía anteriormente.
