Glosario de Conceptos Filosóficos y Teológicos en Tomás de Aquino
Abstracción
La abstracción es la facultad mediante la cual el entendimiento extrae la forma, lo universal, de las cosas individuales o concretas. Gracias a este proceso, se forman los conceptos a partir de la experiencia sensible.
Acto
El acto es la realización de lo que está en potencia: aquello que hace ser a lo que es. Se opone a la potencia y, junto con este concepto, sirve para explicar el cambio y el movimiento como el paso de la potencia al acto.
Causa-Efecto
La causa es el principio del ser de algo o el principio del cual algo llamado efecto procede. El ser del efecto depende de la causa, por lo que, después de producido el efecto, existe una relación necesaria con la causa que posibilita deducir la existencia de uno a partir de la del otro.
A partir de la causalidad y la analogía, Tomás de Aquino fundamenta la posibilidad de demostrar la existencia de Dios y de conocer su esencia.
Causa Eficiente
La causa eficiente es aquella causa que, con su acción, produce el efecto. Para Tomás de Aquino (siguiendo a Aristóteles), existen cuatro tipos de causas: material, formal, eficiente y final.
La causa eficiente primera es Dios, ya que es el origen de todo.
Dios
En el cristianismo y las religiones monoteístas, Dios es el Ser por excelencia: perfecto, eterno y omnipresente. Crea el mundo de la nada en un acto de su voluntad.
La demostración de su existencia es uno de los temas fundamentales de la teología y de la filosofía de la Edad Media (considerada «sierva de la teología»).
Para Tomás de Aquino, Dios es el Ser necesario, es Acto Puro, Causa Primera, Ser necesario y perfecto, origen de toda perfección y la inteligencia ordenadora del mundo. Es evidente en sí mismo, pero no para nosotros. Constituye uno de los preámbulos de fe.
Efectos
Los efectos son lo que procede o se sigue necesariamente de una causa. Tomás de Aquino sigue la teoría de la causalidad de Aristóteles y la usa para fundamentar el conocimiento analógico de Dios.
A partir del efecto, podemos llegar al conocimiento de la causa, pues existe semejanza entre ambos.
Demostración
La demostración es un procedimiento racional por el que, a partir de proposiciones verdaderas ya conocidas (premisas), obtenemos otra proposición verdadera llamada conclusión. La demostración es la expresión lingüística de la operación intelectual llamada razonamiento.
Tomás de Aquino recoge la distinción entre demostración propter quid, que va desde la causa al efecto, y quia, que va del efecto a la causa y es la que se emplea para demostrar la existencia de Dios.
Evidencia
La evidencia es la propiedad de los juicios o proposiciones en los que el sujeto contiene al predicado, por lo que su verdad se impone al entendimiento.
Esto sucede cuando, además de que el sujeto incluya al predicado, nosotros conocemos bien tanto al sujeto como al predicado. En este caso, la proposición es evidente en sí misma y para nosotros. Si no tenemos un buen conocimiento del sujeto, del predicado o de ambos, aunque la proposición sea evidente en sí misma, no lo será para nosotros.
Razón
La razón es la facultad que posibilita el conocimiento natural del hombre. Procede por abstracción. El conocimiento se origina por la acción del objeto sobre las capacidades cognitivas del sujeto; es decir, arranca de lo que se manifiesta a los sentidos, pero es completado por las facultades racionales del sujeto.
Máximo Ser
Con la expresión Máximo Ser se alude a Dios como culmen y grado superior en la jerarquía de los seres. Siendo Dios el Acto Puro y Causa Primera de todas las cosas, tiene que ser también del todo perfecto y contener en sí mismo todas cuantas perfecciones se hallan en los seres creados.
Además, esas perfecciones están en Dios de forma eminente, es decir, de una forma infinitamente superior al modo como se encuentran en las criaturas.
Proposición
La proposición es la expresión lingüística de un juicio. Está compuesta por dos términos: sujeto, de quien se dice algo, y predicado, lo que se dice del sujeto. Es la unidad lingüística mínima con significado completo. Una de sus propiedades es ser verdadera o falsa.
Podemos clasificarlas por la extensión del sujeto en universales o particulares, y por su predicado en afirmativas o negativas, obteniendo así, de la combinación de ellas, cuatro tipos de proposiciones.
Primeros Principios
Los primeros principios son el origen de algo. Hay primeros principios lógicos y ontológicos.
Para Tomás de Aquino y Aristóteles, los primeros principios lógicos son el origen de toda demostración. Son evidentes e indemostrables.
Los primeros principios ontológicos son el origen de la realidad. Son las causas primeras que dan razón del ser de los efectos. Los primeros principios ontológicos hacen posible que algo exista.
Verdad
La verdad puede ser entendida de dos modos: como adecuación del entendimiento con la cosa y como evidencia para la razón.
La primera acepción de verdad es aplicable a las proposiciones que dicen cosas sobre el mundo. La segunda es válida para las verdades de la razón, es decir, para las proposiciones que se refieren a los principios de nuestro propio entendimiento y a todo lo que a partir de ellos puede deducirse.
Existencia
La existencia es el acto de ser, el «estar siendo» de una esencia concreta. Tomás de Aquino distingue entre seres contingentes y seres necesarios. Esta distinción servirá para demostrar la existencia de Dios.
La distinción entre esencia y existencia tiene su origen en la distinción de potencia y acto de Aristóteles. Para Tomás de Aquino, la existencia en general y, por tanto, la de Dios, es una verdad que no corresponde a la razón porque no puede deducirse de principios racionales, como hace el argumento ontológico. Pero tampoco tenemos experiencia de Dios.
Que Dios existe es una verdad que nuestra razón demuestra a posteriori a partir de sus efectos.
Valores y Perfecciones
En la tradición griega, lo perfecto es lo acabado y completo; en este sentido, se dice que algo es perfecto cuando es justa y exactamente lo que es. Perfecto es también lo mejor de su género, pues no habrá nada que pueda superarlo; por tanto, es lo que ha alcanzado su fin.
En Tomás de Aquino, Dios es el modelo de toda perfección, la perfección misma. Es el origen y la causa de todas las demás perfecciones que puedan tener los seres. Este es el sentido de perfección absoluta, según la cual lo que es declarado perfecto lo es de una forma completa. Solo Dios puede ser considerado perfecto absolutamente.
Todos los demás seres tienen una perfección relativa, que es perfección solo con respecto a algo que es perfecto en sí. La idea de perfección se iguala a la idea de acto y de forma; la perfección absoluta excluye toda potencia. La idea de perfección se ha unido a la idea de ser, y la idea de ser se ha ligado a la idea de valor.
En consecuencia, el universo ha sido considerado como un orden de perfección, desde la perfección absoluta, que es la de Dios, hasta el mundo material, que ocupa un lugar inferior en dicho orden.