La filosofía de Nietzsche significa la crítica más radical que se haya hecho en Occidente contra la “cultura establecida” en todas sus modalidades: la filosofía, la religión, la ciencia, la moral, etc.
Su pensamiento es contrario a todo tipo de razón lógica y científica; se le puede acusar de irracional, pero su filosofía puede ser definida como un “vitalismo”: su obra se define como una reacción contra la mediocridad y el convencionalismo de la moral tradicional, y una crítica implacable de todo su sistema de valores. Por el contrario, Nietzsche afirma la autonomía del hombre y rechaza toda trascendencia religiosa, a la que considera un obstáculo para crear un nuevo tipo de hombre.
EL MÉTODO GENEALÓGICO
Genealogía, etimológicamente, significa rastrear y exponer los orígenes de algo. En filosofía, este término se refiere especialmente al método que utiliza Nietzsche en las obras de su última etapa, como Humano, demasiado humano y La genealogía de la moral, al que alude en este periodo como alternativa al método científico.
Nietzsche utiliza este método para interpretar el sentido de los conceptos morales. Para él, un valor posee siempre una genealogía, de la cual dependen su nobleza o su bajeza.
Se opone tanto al carácter absoluto de los valores como a su carácter relativo:
- No son absolutos: puesto que solo tienen sentido en un contexto determinado.
- No son relativos: pues no vale cualquier cosa, sino solo aquellos valores que tienen sentido en ese contexto concreto.
Nietzsche parte del supuesto de que la cultura occidental está viciada desde su origen: es una cultura racional y dogmática y, por eso, decadente, que se opone a la vida, a los instintos; este dogmatismo se manifiesta en la filosofía, en la religión y en la moral.
A) Crítica a la Moral
El principal error de la moral tradicional es su antinaturalidad, es decir, ir en contra de la naturaleza, de la vida. Es aquella moral que, en virtud de leyes, de decálogos, normas e imperativos, se opone a la vida, a los instintos primordiales. La base filosófica de esta moral es el platonismo: el mundo de las Ideas sirve de “más allá” religioso para los cristianos, de tal manera que se convierte en la metafísica cristiana. Al afirmar la existencia de un orden moral en el mundo, se ha sostenido que una entidad externa al mundo, desde fuera de la vida, dirige a los hombres. Así han prevalecido los valores de los débiles: la compasión, la misericordia, el sacrificio, en los que se ve una decadencia y no una superación.
Nietzsche critica a la moral porque mata la vida: la vida descansa sobre unas bases que están en contra de la moral tradicional, pero la vida es lo único real; la moral es ficción y calumnia. Nietzsche distingue dos tipos de moral:
Moral de los señores: es una moral caballeresca, propia de los espíritus elevados, que ama la vida, el poder, la grandeza. Es la moral propia del Superhombre, la del que quiere la muerte de Dios.
Moral de los esclavos: es la inversión de los valores: el dolor, la humildad, la amabilidad. Es pasiva, no crea estos valores, sino que los encuentra en sí misma. Representa la subversión de los valores reales; nace con el judaísmo y es heredada por el cristianismo.
Nietzsche examina la historia de la cultura occidental y constata un ascenso de los valores de los débiles: han tenido la fuerza para imponer su criterio a los fuertes. Esta moral culmina con los movimientos sociales de liberación desde la Revolución Francesa. Para superar esta decadencia hay que poner en su puesto al Superhombre, libre de toda servidumbre religiosa, de todo dogmatismo católico.
B) Crítica a la Religión Cristiana
Toda religión nace del miedo, de la angustia y de la necesidad que surge de la impotencia que el hombre siente en sí mismo; por lo tanto, ninguna religión ha contenido jamás verdad alguna. Se trata de la incapacidad de asumir cada uno su propio destino.
Concretamente, el cristianismo invirtió los valores de la antigua Grecia y Roma —que eran valores vitales— y se inventó un mundo irreal, celestial, que conlleva la desvalorización del mundo terrenal:
- Supone el extravío de los instintos: inventa otro mundo y desprecia este.
- Solo fomenta valores mezquinos: la obediencia, el sacrificio; que son sentimientos propios del rebaño; es el enemigo del Superhombre.
- Habla del pecado, con el que aniquila las formas más nobles de vida y las pervierte desde su raíz.
C) Crítica a la Filosofía Tradicional
Para Nietzsche, la filosofía occidental, desde Sócrates y Platón, está corrompida. Con Sócrates comienza la tiranía de la razón sobre la vida y de la moral sobre la estética. Una de las razones que tiene en su contra es que, siendo un «sabio», tenga una actitud tan negativa hacia la vida. También le reprocha la utilización de la dialéctica, que considera un arma de los plebeyos, al igual que la ironía. La ecuación socrática: razón = virtud = felicidad, le parece extravagante y contraria a la vida. Para él, la felicidad equivale al instinto; si aceptamos esta ecuación: felicidad = instinto, haremos que la vida ascienda.
La crítica de Nietzsche a la filosofía está estrechamente unida a su crítica a la moral: la moral tiene su base en la filosofía platónica, con sus dos mundos diferentes y distanciados. El mundo de los sentidos es considerado algo malo, causa de perdición.
La filosofía tradicional es dogmática: considera el ser como algo estático, inmutable, abstracto (Parménides inventa el «estatismo del Ser»). Pero ese ser no existe: no hay conceptos estáticos, solo existe el devenir; solo existe el mundo de las apariencias, los fenómenos. De ahí que admire a Heráclito y a Hegel; no admitirá, sin embargo, a Kant por su separación entre fenómeno y noúmeno.
Nietzsche señala dos errores graves en la filosofía:
- La minusvaloración de la realidad: la filosofía clásica y la metafísica desprecian la realidad concreta y cambiante, y así rechazan el mundo real; además, colocan en su lugar un mundo imaginario al que después llaman verdadero.
- La confusión que crea entre lo último y lo primero: significa que en filosofía se guían por conceptos generales y vacíos, que no son más que vaciedades, y así se llega al concepto supremo de Dios, que es lo último, lo más tenue y vacío, y se coloca como lo primero.
Como conclusión a la triple crítica anterior, Nietzsche llega a su afirmación de que «Dios ha muerto». Para Nietzsche, esto representa la liberación de un gran peso que abruma al hombre: el peso de la idea de un más allá.
Nietzsche llega al convencimiento de que la idea de Dios es lo que impide al hombre ser plenamente hombre. Dios es el gran obstáculo para que llegue el Superhombre. Por eso, piensa que para que viva el hombre, ha de morir Dios. La «muerte de Dios» significa que se han derribado los pilares que sostenían la tradición y la cultura de Occidente.
El pensamiento resultante es que no hay lugar para Dios en la cultura moderna: «Nosotros hemos matado a Dios», el pilar sobre el que se sostenía toda la cultura de Occidente. Significa, asimismo, que se han subvertido todos los valores de la vieja humanidad para que pueda nacer el Superhombre. Con ello comienza una nueva historia; en ella, el hombre, liberado de mitologías y supersticiones, puede convertirse en creador de su propio destino y llegar, por fin, a ser hombre.
Frente a la antigua moral, la nueva moral está basada en el deseo de vivir, apoyada en la exaltación de la vida (dionisíaca). La vida tiene valor por sí misma y no hay que buscarle otra explicación; no hay que imponer ninguna norma a la vida, sino gozar de ella: Vitalismo. La nueva moral se basará en la exaltación de las fuerzas primarias, en la «moral de los señores» frente a la «moral de los esclavos». Es la moral de la exigencia y afirmación de los impulsos vitales.
CRÍTICA A LA CULTURA OCCIDENTAL: EL NIHILISMO
El término nihilismo procede del latín nihil, que significa «nada». En Nietzsche, significa, en primer lugar, no atribuir a la vida ningún valor, desvalorizarla. Esto ocurre cuando, en lugar de la vida, se coloca algún valor ficticio, como hacen, por ejemplo, Platón o el cristianismo, al atribuir a un mundo suprasensible un valor superior al de la vida (el mundo de las Ideas en el caso de Platón, o la propia idea de Dios en el cristianismo). En segundo lugar, nihilismo significa también la reacción frente a los valores con los que se sustituye el valor de la vida. Así, en el nihilismo se niega a Dios, a lo verdadero, al bien. Este es el sentido de la expresión «muerte de Dios».
No es una teoría filosófica, sino la consecuencia de la historia de nuestra cultura; la fuerza del espíritu de Occidente, agotada por valores inadecuados y ficticios, se vuelve nihilista. El nihilismo es el convencimiento de la incoherencia, del sinsentido y de la falta de valor de la realidad. Por lo tanto, es la consecuencia propia de la ausencia de valores, la falta de respuesta a las preguntas que antes se respondían desde la perspectiva de Dios; ahora hemos perdido la orientación.
Esta parte negativa exige dialécticamente una parte positiva: es negar para afirmar, destruir para crear. De esa negación surgen los nuevos valores: la voluntad de poder, el Superhombre.
Nietzsche parte del supuesto de que la cultura occidental está viciada desde su origen: es una cultura racional y dogmática y por eso decadente que se opone a la vida, a los instintos; este dogmatismo se manifiesta en la filosofía, en la religión y en la moral.
(AÑADIR TRIPLE CRÍTICA: MORAL, FILOSOFÍA Y RELIGIÓN)
LA VOLUNTAD DE PODER Y EL SUPERHOMBRE
La Nueva Visión del Hombre
Para Nietzsche, el hombre es:
- Un ser miserable: desprecia la tierra, el cuerpo, el instinto; es un ser a medio hacer entre la bestia y el Superhombre.
- Un animal defectuoso: es el único animal del universo que aún está por hacer; corre un riesgo: o vencer al hombre mediante la superación (convertirse en Superhombre) o volver a la animalidad. Este hombre se resiste a abandonar los valores del pasado y a dar un nuevo sentido a la humanidad.
El Superhombre
Por lo tanto, el hombre tiene que ser superado, lo que significa que tiene que transformarse. El hombre no es un ser estático, inmóvil, sino que está dotado de una enorme capacidad creadora, y la manera de superarse es la «voluntad de poder».
La vida posee una fuerza enorme, expansiva; está en un proceso evolutivo constante que la impulsa hacia especies superiores. Este sentido de superación implica que, para que el hombre llegue al Superhombre, tiene que superar la moral tradicional —decadente y alienante— y alcanzar una nueva moral acorde con la naturaleza. Este afán de superación le debe llevar a expulsar a Dios de su interior: Dios ha muerto y solo queda el hombre que se va superando hasta llegar al Superhombre.
El tema de la «muerte de Dios» aparece en la primera parte de Así habló Zaratustra, donde se presenta la metáfora de las tres transformaciones del espíritu:
- Se convierte en camello: el animal que soporta grandes pesos, el hombre que se inclina ante la omnipotencia de Dios y ante la ley moral.
- En león: destruye los valores establecidos.
- En niño: simboliza al hombre capaz de crear nuevos valores y de llegar a ser el Superhombre.
Zaratustra es el pregonero de la muerte de Dios, quien es suplantado por el Superhombre.
Características del Superhombre
A partir del tercer momento (el niño), comienza a aparecer el Superhombre, que da lugar a la nueva humanidad libre y creadora. Las características fundamentales del Superhombre son:
- Ansia de vivir: El hombre nuevo, el Superhombre, se preocupa de la vida, sobre todo de la vida corporal: la salud, el placer, la violencia, la victoria, el éxito. Las virtudes que ama son la fuerza física, el poder, la rebeldía del fuerte y del poderoso.
- Superación: Sobre todo de la moral tradicional cristiana: no está sometido a ningún precepto moral porque se sitúa «más allá del bien y del mal». Lo que favorece a la naturaleza es bueno; lo que la perjudica es malo.
- Superioridad: Se aceptan las jerarquías entre los hombres, ya que la igualdad solo lleva a la «moral del rebaño». El Superhombre debe practicar la «moral de los señores», que dominan por la fuerza y la violencia.
- Valores: No solo se cambian los valores, sino también la forma de valorar, es decir, la forma de vivir.
- Fidelidad a la tierra: Vive la fidelidad a la tierra, lejos de la trascendencia metafísica y de la idea de Dios.
- Voluntad de poder: El Superhombre vive la voluntad de poder: la conciencia de las ansias de vivir. Es la voluntad de dominar y de recrear el mundo y sus valores; el ser señor y no esclavo.
- Eterno retorno: Es el ser que vive el eterno retorno: querer el futuro es volver a querer el pasado, pues todo ha existido ya.
La Voluntad de Poder
Significa la voluntad de dominio, la fuerza, el impulso vital, la emoción, la pasión: la ley del más fuerte. Es la exaltación de la fuerza y de la agresividad. El Superhombre es quien debe fundar una sociedad de nobles. Es el deseo y la voluntad de desarrollarse como lo que verdaderamente se es: un ser humano, apegado a la vida y a la tierra.
Nietzsche intentó compensar su débil salud con una voluntad férrea por vivir e imponerse a su naturaleza enfermiza. Para él, el mundo, el hombre y la vida son voluntad de poder.
Esta no es «voluntad que busca el placer y evita el dolor», ni «voluntad de vida»; más bien al contrario, la vida es voluntad de poder, sinónimo de voluntad de ser más, de vivir más, de superarse y de mostrar una fuerza siempre creciente: voluntad de crear.
Por eso es voluntad creadora de valores nuevos y aniquiladora de los tradicionales. La voluntad de poder constituye el principio fundamental de todas las valoraciones. Para Nietzsche, el mundo, la vida y el Superhombre son voluntad de poder, y los nuevos valores son la expresión de esa voluntad.
EL ETERNO RETORNO
Nietzsche dijo que era su pensamiento más profundo, pero el menos elaborado. Es un «sí» a la vida que no solamente afirma los valores de esta tierra, sino también el deseo de que se repita eternamente. Parece ser que el eterno ciclo de nacer y morir se repite eternamente para todos. Este pensamiento asusta a aquellos que han vivido toda su vida bajo la moral tradicional, en espera de un más allá que pague sus sacrificios; en cambio, al Superhombre, que ha vivido bajo su propia «moral de los señores», este pensamiento debe llenarlo de gozo.
Nietzsche niega la posibilidad de la Metafísica y, además, parte de la pérdida de la fe en Dios y de la inmortalidad del alma. Esta vida que se afirma pide siempre ser más, pide la eternidad en el placer y volverá una y otra vez.
VALORACIÓN
La filosofía de Nietzsche ha sido objeto de numerosas valoraciones, predominantemente negativas. Así, desde sectores marxistas se ha señalado que su crítica a los valores morales llevaría al dominio social y político de los más poderosos (económicamente) y daría lugar a una sociedad injusta y desigual. Entre las filas del cristianismo, también ha habido muchos ataques al anuncio de Nietzsche sobre la «muerte de Dios». Finalmente, desde perspectivas kantianas, se ha indicado que la exaltación de la libertad y de la capacidad de crear nuevos valores no es más que la renuncia a la razón como rectora de la vida, y que expresa el abandono a los instintos más primitivos que todavía habitan en el ser humano.