vitalismo

Desde Platón el valor central y supremo de la tradición filosófica occidental ha sido la razón.
Para el existe una identidad entre ser y pensar, en esto recoge las enseñanzas de Parménides. Es decir, el ser, la realidad, es aprehensible mediante la razón. Platón se rebela,contra el relativismo sofista. Especialmente contra Gorgias y sus famosas tres tesis: 1. No existe realidad alguna, no existe el ser de Parménides. 2. Si existiese no lo podríamos conocer, no sería cognoscible para los hombres. 3. Si, por fortuna, existiese el ser no lo podríamos expresar mediante el lenguaje, sería inefable, incomunicable. Por tanto, para los sofistas la razón no es capaz de aprehender la realidad, pues esta es demasiado compleja, poliédrica. Platón, sin embargo, afirma que la razón es totipotente y que la verdadera realidad, es cognoscible mediante la razón. Por ello, Popper lo acusará de dogmático, de haber convertido a la razón en un nuevo dogma.  Esta identidad entre razón y ser dominará toda la historia de la filosofía hasta el Siglo XIX. No en vano Hegel afirmó:  “todo lo racional es real, y todo lo real es racional”

Frente al Racionalismo socrático-platónico, Nietzsche proclamará que el valor supremo es la vida, no la razón. La vida  es dinámica. La vida es movimiento.La vida es la realidad. Una realidad que no puede ser aprehendida mediante la razón puesto que la razón crea la ilusión de inmutabilidad, de permanencia, donde solo hay movimiento constante.Los filósofos  se caracterizan por su “egipticismo”, por su vocación de taxidermistas, temen, odian a la vida, a todo lo que sea dinámico, a todo lo que cambie; en definitiva , a la realidad. Frente a la ontología estática de Parménides Nietzsche sostendrá una visión dinámica de la realidad como Heráclito.


Este vitalismo de Nietzche lleva aparejado no solo una ontología, sino también una moral. La moral de Sócrates, la moral que ha dominado a Occidente desde hace más de dos mil años, es una moral de esclavos, de débiles, de resentidos temerosos de la vida. La moral de los que no siendo capaces de vivir se refugian en la ensoñación, en la fabricación de mundos fantasmagóricos, mundos en los que no se acepta el devenir, mundos donde reina la inmutabilidad. Este es el caso de Platón, ese “alucinado del trasmundo”, o del cristianismo.Son nihilistas, porque niegan la vida. Nietzsche, por el contrario, afirmará que una verdadera moral, de señores, es aquella que afirma la vida, que no estigmatiza el cuerpo y los sentidos, que no tiene miedo del devenir, que acepta el eterno retorno. Será el superhombre el que cree una nueva moral vital, una moral que no reniegue de la vida. Será el superhombre el que realice una transvaloración de todos los valores. Así donde Platón y el cristianismo decía malo, el superhombre dirá bueno.

Para Nietzsche hay tres fases para llegar a la afirmación vital del superhombre, tres pasos que se corresponden con tres tipos de Nihilismo:

 -Nihilismo metafísico. Es propio de la tradición platónico-cristiana, de la tradición que niega todo valor a esta vida, la vida terrena, la única.Zaratustra el filósofo alemán identificó metafóricamente este momento con la figura del camello, un animal cuyas jorobas soportan pesadas cargas; representa al hombre capaz de soportar el peso de la ley moral, el peso de la trascendencia. Simboliza al espíritu que se inclina ante lo sublime de la ley moral; su máxima es el deber kantiano.


-Nihilismo reactivo.Es el que encarna la Ilustración como movimiento histórico y cultural de la Europa moderna. Consiste en negar valor al más allá. “Dios ha muerto”, afirma Nietzsche.  Es la destrucción de los valores vigentes en la cultura tradicional. El resultado:  la desorientación radical, duda y pérdida de sentido; la desvalorización de todos los valores supremos. La metáfora utilizada por Nietzsche es el león. Es el animal que se deshace de las cargas opresoras y antinaturales; lucha contra su último Dios:  la moral y los valores. Es el hombre que crea su libertad diciendo “no”, que se libera de sus yugos, que después de la lucha dice “yo quiero…”

-Nihilismo postmetafísico. Es el del propio Nietzsche. Consiste en negar todo valor a cualquier trasmundo y, por tanto, afirmar esta vida. Es el punto de inflexión hacia una nueva perspectiva del ser y del hombre. Es el momento de la nueva valoración de la vida, de la esperanza, la gran aurora. Es el Nihilismo como itinerario del instinto de vida, de la voluntad de poder. Es el que es consciente de la muerte de Dios y de su significado. La metáfora utilizada para este periodo es la del niño.  El ñiño representa la existencia como aventura y juego, es el natural y sincero decir sí a la vida.

 En resumen, frente a la razón platónica obsesionada por buscar la unidad de las cosas, Nietzsche opondrá la vida en su plenitud diferenciadora.Cuando hayamos comprendidos los valores vitales pregonados por Zaratustra, y que habrá de llevar a su plena realización el superhombre, habremos alcanzado el “mediodía” de la filosofía, el “instante de la sombra más corta; final del error más largo”.

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