santo cielo

TEMA


Para la salvación humana no basta la razón, la filosofía; hace falta también una ciencia que estudie la revelación divina, la teología.

IDEAS PRINCIPALES


Se observa el carácter teocéntrico de la Filosofía Tomista y su intención de relacionar filosofía y teología.
1) Santo Tomás demuestra la necesidad de la teología para la salvación, que el hombre conozca a Dios, fin al que el hombre se dirige y que, por tanto, no puede ser comprendido solo por la razón; además, hace falta la revelación.
2) Solo con la razón, la verdad de Dios sería conocida por muy pocos y con muchos errores. En cambio, la teología permite conocer la verdad revelada por Dios y proporciona un conocimiento siempre verdadero. Para justificar la necesidad de la teología, además de la filosofía, para lograr la salvación, se exponen dos argumentos: 1) El fin del hombre es conocer a Dios , pero el conocimiento de Dios excede la comprensión de nuestra razón. 2) Si no pudiéramos conocer a Dios por revelación, solo unos pocos hombres lo
conocerían y con muchos errores.
Hay un ámbito del conocimiento exclusivo de la razón (la física), uno exclusivo de la fe (creencias reveladas como la Santísima Trinidad) y otro intermedio que coinciden tanto filosofía como teología, los llamados Preámbulos de Fe (Dios existe, el alma es inmortal, el mundo es creado). Las «cinco vías” son demostraciones racionales de la existencia de Dios. Parten de efectos sensibles que la razón conoce (movimiento, causas…) y nos permiten deducir la existencia de Dios.


5.4.3.2 LAS PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE Dios: LAS CINCO VÍAS


Las cinco vías tomistas son cinco argumentos que permiten a la mente humana acceder al conocimiento de la existencia de un Ser Supremo a partir de la experiencia sensible. Todas ellas recurren al principio de causalidad, que enlaza los hechos empíricos con una realidad suprema que trasciende la experiencia.


a) La primera de las cinco pruebas presentadas por Santo Tomás es la del movimiento, que se encuentra en Aristóteles. Sabemos por la percepción sensible que algunas cosas del mundo se mueven. Movimiento se entiende aquí en el amplio sentido de paso de la potencia al acto, y Santo Tomás argumenta que una cosa no puede pasar al acto desde su estado de potencia a no ser por algo que esté ya en acto. En este sentido “todo lo que se mueve es movido por otro”. Si ese otro es a su vez movido, debe ser movido a su vez por otro agente; y como una serie infinita es imposible, llegamos al fin a un motor no movido, a un primer motor, “y todos entendemos que ese primer motor es Dios”.
b) La segunda prueba trata de las causas eficientes. Nada puede ser causa de sí mismo. Por otra parte, es imposible proceder al infinito en la serie de las causas eficientes; así, pues, debe haber una primera causa eficiente “a la que todos los hombres llaman Dios”.
c) La tercera prueba se basa en el hecho de que algunos seres empiezan a existir y perecen, lo que muestra que pueden ser y no ser, que son contingentes y no necesarios, puesto que si fueran necesarios siempre habrían existido, y ni empezarían a ser ni perecerían. Santo Tomás argumenta que debe haber un ser necesario, el cual es la razón de que los seres contingentes lleguen a existir. Si no hubiera ningún ser necesario, no existiría nada en absoluto, pues nada habría podido salir de la pura potencialidad ni llegar a estar en acto, pero es evidente que existen seres en lugar de no existir nada, luego tiene que haber algún ser que no sea contingente, es decir, debe existir un ser necesario que sea pura actualidad.
d) La cuarta vía parte de los grados de perfección, de bondad, verdad, etc., en las cosas de este mundo. Tales grados de perfección implican necesariamente la existencia de un ser perfectísimo. Este argumento es de origen platónico y presupone la idea de participación. Los seres contingentes no poseen su ser por sí mismos, ni tampoco su bondad o su verdad; reciben sus perfecciones, participan de ellas. La causa última de la perfección debe ser perfecta en sí misma; no puede recibir su perfección de otro.
e) En la quinta vía Santo Tomás argumenta que observamos objetos que operan por un fin, y como eso ocurre siempre, no puede deberse al azar, sino que debe ser el resultado de una intención. Pero los objetos carentes de conocimiento no pueden tender hacia un fin a menos que sean dirigidos por alguien inteligente. Así pues, existe un Ser inteligente, por el cual las cosas naturales son dirigidas a un fin.
-La prueba fundamental es la tercera vía, la que se basa en la contingencia. En la primera prueba, el argumento basado en la contingencia se aplica al hecho del movimiento o cambio, en la segunda al orden de la causalidad, en la cuarta a los grados de perfección, y en la quinta a la finalidad. El argumento de la contingencia, en sí mismo, se basa en el hecho de que todo debe tener su razón suficiente, la razón por la cual existe.

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