Ortega y Gasset: Razón Vital y Perspectivismo frente al Racionalismo Cartesiano

El Fundamento Vital de la Filosofía en Ortega y Gasset

La Vida como Realidad Radical: «Yo soy yo y mi circunstancia»

Ortega y Gasset parte de una pregunta fundamental: ¿desde dónde debe comenzar toda filosofía? Desde la vida, entendida no como vida biológica, sino como la vida humana concreta: de experiencias, decisiones, deseos, problemas, relaciones, y vivida siempre en una circunstancia concreta. “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”, expresa la base de toda su filosofía: el ser humano no es un yo aislado ni tampoco una simple parte del mundo, sino una unidad inseparable entre el yo y lo que lo rodea. Esta es la realidad radical de su pensamiento.

Ortega critica dos grandes corrientes del pensamiento moderno: el realismo y el idealismo. El realismo sostiene que el mundo existe independientemente del sujeto y que el conocimiento es un reflejo pasivo de esa realidad objetiva. El idealismo, por su parte, defiende que solo conocemos nuestras representaciones y que la realidad es una construcción de la conciencia. Ambas posturas son erróneas porque separan al sujeto del mundo; no puede haber uno sin el otro. Propone una tercera vía: la vida, entendida como correlación entre el yo y el mundo, entre subjetividad y circunstancia.

Crítica al Racionalismo Dogmático y al Relativismo Escéptico

Una vez afirmada esta ontología vital, Ortega se enfrenta al modo en que se ha entendido el conocimiento. Critica tanto el racionalismo, que busca verdades universales, absolutas y desligadas de la vida, como el relativismo, que afirma que no hay verdad posible porque todo depende del punto de vista subjetivo. El problema del racionalismo es el dogmatismo: al querer una verdad única y eterna, olvida la diversidad de las vidas humanas. El problema del relativismo es que, al negar toda verdad común, desemboca en el escepticismo: nada se puede afirmar con certeza. Ortega cree que ambos errores surgen de no tener en cuenta que el conocimiento siempre parte de la vida concreta. Por eso propone una nueva forma de conocer: la razón vital.

La Razón Vital y el Perspectivismo: Conocer desde la Vida

La razón vital es una razón que nace dentro de la vida, que no se separa de la historia, del cuerpo, de las emociones ni de la cultura. A diferencia de la razón pura del racionalismo, que pretende ser abstracta y eterna, la razón vital es situada, narrativa, histórica y humana. No busca verdades cerradas ni sistemas definitivos, sino una comprensión que tenga sentido. Es una razón que se adapta a la vida, que interpreta, orienta y ayuda a vivir. Así, el ser humano es un proyecto continuo o inacabado (una futurición basada en elecciones y en relación con sus circunstancias).

Como consecuencia del raciovitalismo, Ortega desarrolla su teoría del conocimiento: el perspectivismo. Si toda vida es singular, entonces todo conocimiento es perspectivista; es decir, cada persona conoce el mundo desde su punto de vista, que es único e irrepetible. Esto no significa que no haya verdad, sino que la verdad es la suma de perspectivas, y cada uno puede conocer una parte legítima de ella. La verdad no se impone dogmáticamente ni se disuelve en la subjetividad, sino que se construye al dialogar con otros puntos de vista, al integrar múltiples miradas. Por eso, Ortega afirma que cada vida tiene una misión de verdad, y que nadie puede ser sustituido en su tarea de ver el mundo desde donde está.

Confrontación Filosófica: Ortega y Gasset frente a Descartes

El Contexto de la Razón: Del Racionalismo Moderno a la Filosofía de la Vida

Para exponer cómo se ha pensado en otra época el problema que el texto de Ortega propone, debemos contemplarlo desde una perspectiva mayor. En definitiva, el problema que subyace es la cuestión de la razón. La filosofía está siempre asociada a un ejercicio de la razón, pero esta no siempre se entiende del mismo modo. Entre mediados del siglo XIX y del XX, la razón deja de ser el objeto por antonomasia de la filosofía y va a ser entendida por filósofos como Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger y Ortega, como aquello que debe ser fiel a la vida concreta, con sus angustias, cuidados, absurdos y circunstancias. Esta concepción de la razón dista de la planteada por el racionalismo de Descartes, Spinoza o Leibniz.

El Racionalismo Cartesiano: Búsqueda de la Certeza Absoluta

El racionalismo quiere reproducir en filosofía el modelo de crecimiento acumulativo de las ciencias de su época y plantea que la razón debe desembarazarse de todo aquello que pueda impedir el uso de la pura razón. El aquí y el ahora de cada filósofo debe quedar al margen del ejercicio filosófico, con el ánimo de llegar a una verdad inmutable, única y eterna. El resultado de esta filosofía desembocará en cierto solipsismo, frente al que lucharán los distintos filósofos racionalistas. Alcanzada la pura razón, ¿cómo salir de ella?

Si nos detenemos concretamente en Descartes, encontramos tanto en Meditaciones metafísicas como en el Discurso del método el programa original del racionalismo que Ortega tratará de integrar con el relativismo para desembocar en el raciovitalismo y el perspectivismo. Descartes comienza con la primera de sus grandes aportaciones a la filosofía occidental: el método. Frente a la maraña metodológica en la que había desembocado la Escolástica, Descartes propone el uso de un método filosófico a imagen del método científico que empezaba a dar grandes resultados en la física de su tiempo. La primera regla del método es una afirmación de la necesidad de que la razón encuentre algo claro y distinto para poder considerarlo como una verdad evidente y, por tanto, incuestionable. La segunda gran aportación de Descartes es asumir que la primera verdad evidente es “Pienso, luego existo”.

El pensamiento, para Descartes, es garantía de existencia de un ser pensante, y esta es una certeza universal y permanente. Es cierta para todo el mundo, más allá de sus circunstancias. Sin embargo, el método lleva a Descartes a un solipsismo del que solo saldrá echando mano de la idea de Dios, en un ejercicio muy cuestionable de su propio método.

La Propuesta Orteguiana: Razón Vital y Perspectivismo como Síntesis Superadora

Entre este racionalismo cartesiano y el relativismo contemporáneo, Ortega sitúa su razón vital y su perspectivismo. La razón para Ortega no está por encima de la vida, sino dentro de ella. No somos razón pura; somos seres que viven y, desde esa vida concreta, piensan, conocen y comprenden. La razón vital es una forma de conocimiento que parte de la biografía, de la historia, de las circunstancias de cada uno, y que nos lleva al perspectivismo, que constituye la propuesta epistemológica de Ortega.

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