Las Cinco Vías de Tomás de Aquino: Un Análisis de su Estructura Lógica
Tomás de Aquino distingue dos partes fundamentales en su teología: la teología de la existencia y la teología de la esencia. El estudio de la primera debe preceder al de la segunda.
Teología de la Existencia: El Punto de Partida
Santo Tomás inicia la teología de la existencia preguntándose si Dios es evidente por sí mismo. La afirmación de que Dios existe es evidente, ya que el predicado se identifica con el sujeto, dado que Dios es su mismo ser. Sin embargo, para nosotros, esta existencia debe ser demostrada.
¿Es Demostrable la Existencia de Dios?
Existen dos tipos de demostración:
- a) Demostración a priori: a partir de la causa se demuestra el efecto.
- b) Demostración a posteriori: a partir del efecto se demuestra la causa.
Tomás de Aquino argumenta que la existencia de Dios no puede ser probada mediante una demostración a priori, ya que no podemos partir de una causa conocida. Además, presenta tres objeciones al argumento ontológico propuesto por Anselmo:
- No todo el mundo entiende por Dios “aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado”.
- Afirmar la existencia de Dios partiendo de la idea que se tiene de Él implica un paso ilegítimo del orden ideal al real.
- El entendimiento no tiene conocimiento de la esencia de Dios antes de conocer su existencia.
Sin embargo, Tomás de Aquino acepta la posibilidad de demostrar la existencia de Dios a posteriori, argumentando que si Dios existe, necesariamente su causa existe.
Las Cinco Vías para Demostrar la Existencia de Dios
Tomás de Aquino ofrece cinco vías para demostrar la existencia de Dios, todas con una estructura común:
- Un punto de partida: la constatación de un efecto en los seres naturales. Este punto de partida es un hecho de experiencia.
- Principio de causalidad: todo efecto remite a una causa.
- Principio de imposibilidad de un proceso infinito en la serie de las causas subordinadas.
- La conclusión: la existencia de la Causa Primera bajo la forma de un atributo que niega en ella la formalidad del punto de partida y que corresponde a Dios.
1. La Vía del Movimiento
Esta vía parte del ser móvil, es decir, el ser que pasa de la potencia al acto. Todo lo que se mueve es movido por otro. El movimiento exige un móvil y una causa que debe ser actual. Es imposible que un ser esté al mismo tiempo en potencia y en acto. La conclusión es la existencia de un primer motor que no es movido por otro ni por sí mismo, es decir, Dios, el primer motor inmóvil.
2. La Vía de la Causa Eficiente
Esta vía sostiene que encontramos un orden de causas eficientes subordinadas esencialmente que obran actualmente para producir un efecto. Para causar es preciso ser, y ser su propia causa equivaldría a ser anterior a sí mismo, lo cual es contradictorio. Es imposible proceder al infinito en la serie de las causas eficientes. Dios aparece como la primera causa eficiente, a ninguna otra subordinada en el obrar.
3. La Vía del Ser Necesario
El punto de partida de esta vía es el ser finito en cuanto limitado en la duración. Tomás de Aquino utiliza una consideración temporal. Las cosas posibles de ser o no ser, que se producen y destruyen, antes de producirse no existían todavía, después de corromperse no existen ya. Si no hubiera habido nada, nada hubiera empezado a existir, algo empieza a existir porque algo ya existía, luego debe de existir algún ser necesario. Debe concluirse que existe un ser necesario, que no tiene causa de su necesidad pero es causa de la necesidad de los otros.
4. La Vía de los Grados de Ser
Esta vía se basa en la existencia de grados de perfección en los seres. Hay perfecciones que se dan absolutamente, llamadas perfecciones esenciales, y perfecciones que no se dan en todos los seres, sino en un determinado género. El punto de partida está limitado a las perfecciones trascendentales como ser, bondad, verdad y belleza. La jerarquía del universo tomista inserta las inteligencias puras y los seres naturales entre los dos polos constituidos por Dios y la nada. El ser, por ser acto de toda perfección, hará reales todas las perfecciones. La realidad de todas las perfecciones proviene del ser. El término de la vía es la existencia de un máximo ente, causa del ser de la bondad y de cualquier perfección en todas las cosas, que responde a la definición de Dios.
5. La Vía de la Finalidad
Esta vía se basa en la dirección a un fin de los seres que no tienen conocimiento. La dirección a un término u ordenación a un fin de los movimientos u operaciones de los seres es causada por algún ser inteligente. Cuando se hace metafísica, ante el hecho de la ordenación hay que preguntarse por el primer principio. La dirección a un fin exige que la causa sea un ser que, dotado de inteligencia, conozca la razón del fin, y por poseer voluntad disponga la ordenación misma de acuerdo con las exigencias del bien. Debe concluirse la existencia de un ser sumamente inteligente, supremo director de todos los movimientos, acciones y operaciones de los seres naturales, que responde a la definición de Dios.