La muerte de Dios y el superhombre en Nietzsche, la crítica a la cultura occidental en Marx

NIETZSCHE => Diagnóstico (Muerte Dios y Nihilismo)

Nietzsche ha arrancado la máscara a la cultura occidental. Es preciso anunciar ya la muerte de Dios, pero no únicamente del Dios cristiano, herido de muerte desde la modernidad, sino de todo lo que ha venido ocupando su lugar y ha tratado de someter a la vida: la expresión de Dios ha muerto se refiere también a los valores morales y las grandes verdades que se fundamentaban en la divinidad y el mundo suprasensible. Nihilismo pasivo: ante el hundimiento de los valores tradicionales, fundados en Dios, la voluntad de poder se reduce. Nihilismo activo: consiste en asumir la muerte de Dios y no esperar a que los viejos valores se derrumben por sí solos. Superhombre: Zaratustra es el pregonero de la muerte de Dios, el que anuncia que estamos en el tiempo del «último hombre», aquel que ha visto cómo se hundían sus valores y ha caído en el nihilismo pasivo. El último hombre, desorientado, no es todavía capaz de crear sus propios valores: «el ser humano más despreciable, el incapaz de despreciarse a sí mismo». Ha de llegar el superhombre, el hombre nuevo capaz de asumir la muerte de Dios y crear su propia moral.

3 transformaciones necesarias:

Camello: animal que se arrodilla para aceptar la pesada carga, es el hombre que se inclina ante Dios y la ley moral. León: animal que se niega a aceptar la carga de la moral y los viejos valores racionales. El león no es capaz de crear sus propios valores. Niño: hombre capaz de crear nuevos valores, de situarse fuera de la moral, en la inocencia que le permite recomenzar la vida como creación y juego. Apolíneo y Dionisiaco. La primera formulación de Nietzsche aparece en «El nacimiento de la tragedia». Los 3 principios que componen la realidad (lo apolíneo y lo dionisíaco) aparecen representados en la tragedia griega… (TEXTO). Es la tragedia, el coro que representaba la aceptación de que el sufrimiento es necesario para que fluya la vida. La pretensión de imponer un orden racional al mundo hizo triunfar al individuo teórico, apolíneo, sobre el individuo trágico o dionisíaco, predominante en la etapa presocrática. Este triunfo, representado por la figura de Sócrates, continuará en Platón y el cristianismo, y, a través de ellos, en toda la historia de la cultura occidental.



Nietzsche: «Sin duda…»

Este texto puede explicarse usando el epígrafe «La crítica a la cultura occidental» y «El superhombre» Nietzsche en el texto hace una crítica a la ciencia y a la metafísica, en el contexto de la crítica a la cultura occidental, que tiene tres vertientes: crítica a la moral, a la metafísica y al lenguaje y la ciencia. ¿Cómo superar esta realidad donde el hombre se preocupa más por «el otro mundo» que «este mundo»? Con la llegada del superhombre y la transvaloración de los valores una vez descubierta la muerte de Dios.

«¿Sufriremos…?» Este texto puede explicarse mediante los epígrafes «El diagnóstico: la muerte de Dios y el nihilismo» y «El superhombre». El tema del texto es la muerte de Dios. Esto no provoca tristeza sino más bien lo contrario: felicidad, esperanza. Esto es así porque se superará la moral que arrastra occidente y que impide al hombre ser realmente consecuente con la «vida terrenal». De este modo, podremos recuperar lo «dionisíaco» frente a lo «apolíneo» que ha dominado en la cultura occidental, los cuales aparecen representados en la tragedia griega: Dionisos, dios de la embriaguez, música y poesía, representa la vida; mientras que Apolo, dios del sol y de la luz, arte clásico, armonía, representa la razón. Con la llegada del superhombre y la asimilación de la muerte de Dios, el hombre dejará la moral de esclavos por la moral de señores.



Marx: «Finalmente…»

El texto estructuralmente se divide en dos partes, una primera que expone el problema de la división del trabajo, y la segunda donde propone la superación de este problema con la implantación del comunismo. El tema del texto es la división del trabajo. La división del trabajo se ha dado en todos los momentos históricos, pero en el capitalismo es llevado a sus máximas consecuencias y supone un elemento de alienación del trabajador. El trabajo es entendido en Marx como algo esencial, lo que nos define como especie y diferencia de los animales. Cuando el hombre no controla su trabajo en su totalidad, como ocurre con la división del trabajo, no puede desarrollarse plenamente, pues le es «arrebatada» parte de su esencia. Para superar esta división del trabajo, y por tanto superar la alienación, es necesario el comunismo, donde desaparecidas las clases sociales, la división del trabajo y la colectivización de los medios de producción. La alienación es superada y el ser humano puede desarrollarse plenamente. De este modo, el hombre no tiene un trabajo concreto, sino que puede hacer lo que más le plazca según el momento.

«Las ideas…» En cuanto a la estructura del texto, empieza y termina con la misma idea que irá desarrollándose a lo largo del texto. Se trata de la idea de que «las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época». Para Marx, el conjunto de ideas, creencias, leyes recibe el nombre de superestructura, que a su vez depende de la infraestructura y sirven para legitimar el orden existente de cada momento. Es decir, las condiciones materiales de cada época condicionan las condiciones espirituales, las ideas de la clase dominante son el resultado de la dominación material. Esta idea hegemónica que representa los intereses de la clase dominante es lo que Marx denomina ideología.

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