La filosofía de la sospecha

Según Nietzsche, toda la historia de la filosofía ha estado basada en una gran mentira. Los valores heredados de la Ilustración tienen como característica el rechazo a la vida. La filosofía solo se ha ocupado de crear mundos ilusorios caracterizados por su inmutabilidad y estaticidad, como el Ser parmenídeo o el Mundo de las ideas platónico, Nietzsche recupera las ideas del pensamiento de Heraclito y expresa la idea del cambio constante. Hay que desconfiar de los valores morales transmitidos por el cristianismo, propios de una moral de esclavos que tienen su origen en el resentimiento contra la vida. Pero Nietzsche va más allá e incluso pone en duda el concepto de verdad. Para ello realiza un minucioso análisis lingüístico o, como también lo denominará, genealógico.

RELIGIÓN

En lo que hace referencia a la religión, el pensamiento de la sospecha enuncia una serie de afirmaciones de tipo materialista y ateo. Para Marx, Nietzsche y Freud, en el camino abierto por Feuerbach, la verdad de la teología se halla en la antropología. Es el hombre insatisfecho, miedoso, el que crea la divinidad y no al revés:

  • Para Marx: la religión es “el opio del pueblo” y “el grito de dolor del animal herido”, es decir, una forma de alienación, de negación y de búsqueda de consuelo ante el absurdo del mundo y ante la explotación.
  • Para Nietzsche: “Dios ha muerto”. Específicamente, el Dios cristiano es la expresión del resentimiento y de los valores tristes, negadores de la vida, “transmundanos”. La negación de la transcendencia es la condición imprescindible para que los seres humanos puedan llegar a ser creadores de valores y de sentido.

Para Freud: la religión es una ilusión. La ilusión de un mundo protegido, seguro, nos lleva a crear la imagen de una figura paterna: Dios Padre es a la vez una expresión de la impotencia de los humanos para decidir por sí mismos y un foco de represión de la sexualidad.

POLÍTICA

En política, los pensadores de la sospecha niegan la capacidad de la sociedad burguesa para resolver las tensiones sociales que genera la industrialización. Estas contradicciones deben ser resultas mediante un cambio radical en la base misma de la sociedad. La burguesía y la máquina han producido unos cambios sociales que ellas mismas no pueden gestionar.

  • Marx en la Tesis XI sobre Feuerbach afirma: “los filósofos no han hecho otra cosa que interpretar el mundo; lo que hay que hacer es transformarlo”. La filosofía resulta insuficiente, ha de ser substituida por la política, por la transformación del mundo en beneficio de la inmensa mayoría, que son los explotados; y eso no debe hacerse por razones de justicia moral, sino que es exigido por la misma naturaleza de una sociedad que no puede funcionar sin el trabajo del proletariado.
  • Nietzsche habla también de una “gran política”, cuyo objetivo no es ninguna política de gestión en el sentido habitual del término, sino una exigencia aristocrática (en el sentido griego del término aristoi: los mejores). “Gran política” es una reducción en el riesgo, en la afirmación de la vida, en el peligro, para llegar a ser Superhombre.
  • Freud entiende la política como una represión que niega el principio mismo del placer, en nombre de unos ideales que la mayoría de las veces los humanos ni entienden ni aceptan.

SOCIEDAD

En relación a la sociedad, la filosofía de la sospecha considera que la sociedad burguesa no crea auténticos valores; el individuo ilustrado vive en un mundo retórico y vacío, que crea individuos angustiados, tristes, explotados y neuróticos. Es común a la sospecha un pesimismo radical sobre el futuro de la humanidad si no cambian profundamente las bases de la organización social: la sociedad ha creado unas relaciones sociales profundamente engañosas y su autoengaño acabará por ser suicida. La crisis posterior a la Primera Guerra Mundial acabó, ciertamente, por darles la razón en este aspecto.

  • Marx admiraba la capacidad revolucionaria de la burguesía frente al Antiguo Régimen y afirmaba que el sujeto burgués ha de ser substituido por un nuevo protagonista: el obrero revolucionario consciente, portador de “conciencia de clase”. La identidad humana auténtica sólo puede lograrse mediante una lucha para terminar con la falsa conciencia (con la “alienación”). Es en la lucha como se logra el conocimiento de los intereses específicos de la clase obrera y es mediante la lucha como se construye una nueva sociedad (socialismo/comunismo).
  • Nietzsche considera que el hombre ha de ser superado por el Superhombre. El creador ha de ser “dionisíaco”, debe “filosofar a martillazos”, destrozando las convenciones sociales. De esta manera algún día el individuo miserable, nihilista, hará reír al Superhombre.

ÉTICA

La ética de la sospecha recoge el sensualismo materialista y la tradición epicúrea.

  • Según Marx, “la ideología dominante está al servicio de la clase dominante”. La ética que se nos impone socialmente está al servicio de los prejuicios de la clase que gobierna y que posee los medios de producción. Todo cuento el poder considera necesario se convierte en inevitablemente “bueno” aunque no lo sea. La ética es “ideología” (conciencia falsa, interesada).
  • Para Nietzsche, la ética nihilista se basa en el malentendido según el cual el hombre es incapaz de crear, débil, impotente… La ética de origen platónico, cristiano y kantiano, reprime la vida. Por eso sólo lograremos ser Superhombres poniendo fin a la moral del rebaño y creando nuestros propios valores. Por eso sólo es “bueno” lo que ensalza la vida, no lo que la sociedad presenta como moral.

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