Voy a establecer la relación de Kant con otras posiciones filosóficas a partir del análisis de las ideas de progreso y de autonomía.

Para Steven Pinker su obra «En defensa de la Ilustración» se centran en la el desarrollo de la ciencia, la razón, el humanismo y la idea de progreso en el orden científico, político y moral. Una idea común a los pensadores ilustrados es la de aplicar los estándares de la razón a la comprensión de nuestro mundo evitando las fuentes del engaño que se fundamentan en los dogmatismos religiosos, el misticismos o las supersticiones. El método científico y la creencia de que existe una naturaleza humana común permite conocer tanto la realidad como al propio ser humano y en este sentido, sostiene Pinker, es innegable que ha habido un progreso en todos los ámbitos del conocimiento.

Este progreso también cree Pinker en un sentido kantiano tiene como último obietivo dotar a la moral de una fundamentación independiente de la religión y por lo tanto totalmente autónoma. Se trataria de una mortal humanista que antepone el bienestar de las personas a la tribu, la raza, la nación o la religión. En última instancia, esta capacidad de empatizar con el otro permite desarrollar la idea kantiana del cosmopolitismo y vinculado a esta la idea de «paz perpetua». Este estado de paz perpetua se puede alcanzar cuando se considera que las instituciones son una invención humana y están al servicio de la ciudadanía para fomentar su bienestar.

El Progreso se entiende así como la convicción de que la humanidad puede progresar en términos intelectuales y morales y convertir el mundo en un lugar mejor.

Sin negar la convicción de que en la humanidad se ha producido un progreso en los órdenes que expone Pinker, autores como Hans Jonas advierten que no se debe confundir progreso con desarrollo científico-tecnológico, porque si bien los resultados de la ciencia y la tecnología pueden contribuir al progreso social, también general problemas medioambientales que pondrían en peligro a la humanidad.

Recientemente diversos autores como Mark Coeckelbergh («La filosofía política de la Inteligencia Artificial») advierten de los nuevos peligros que surgen como consecuencia de l desarrollo de la lA y que pueden alterar las instituciones democráticas, los derechos de los ciudadanos y las reglas del juego democrático tal y como los conocemos actualmente.

También el economista Thomas Piketty en su obra «Breve historia de la desigualdad» sostiene que existe una tendencia histórica hacia la igualdad que se inicia en el siglo XVIII que se fundamente en la idea de progreso y que se sustenta en una mayor igualdad de estatus, patrimonio, ingresos, y mejoras del nivel de vida a escala mundial. Sin embargo, esta igualdad ha tenido un alcance limitado de manera que las mejoras que se han introducido en los mecanismos institucionales como el sufragio, la igualdad jurídica, la democracia parlamentaria, el derecho a la educación, la sanidad universal, los derechos sindicales son un compromiso precario, inestable y provisional. En sus obras «El capitalismo del S. XXI» y en «Capitalismo e ideología» advierte que el desarrollo del sistema capitalista desde finales del siglo XX está provocando un aumento de la desigualdad especialmente en los países desarrollados como consecuencia de la acumulación de riqueza por una minoría. Este aumento de la desigualdad generaría un progreso deshumanizado difícilmente compatible con la idea del progreso en el sentido kantiano.

Con respecto a la noción de autonomía kantiana Nietzsche se preguntaba si el lema de la Ilustración, Sapere Aude! Nos haría más libres. Para Nietzsche el modo kantiano de entender la libertad como autonomía estaba basado en la creencia de un mundo ideal, casi en sentido platónico, en el que todos los seres humanos sería iguales en dignidad. Esta ficción ha tenido como consecuencia dos ideas nefastas. Por un lado la de generar individuos oprimidos por una universalidad moral inventada, unas leyes morales supuestamente universales que todos debemos acatar. Y por otro, una igualación ficticia que impide el desarrollo de la realización de «los mejores». Para Nietzsche la liberta solo es posible desarrollando todo el potencia creativo y la voluntad de poder propia del «superhombre». Esta libertad creadora del individuo estaría por encima del idea de igualdad para todos los seres humanos. Nietzsche se presenta de este modo como un pensador contrario a los ideales de la llustración que buscan el bienestar para la sociedad.