El Giro Copernicano
Este documento aborda el concepto del Giro Copernicano. En él, daremos respuesta a interrogantes clave: ¿qué implica que los objetos deban someterse a la racionalidad humana y que esta no se deje dominar por los objetos? Para ello, nos basaremos en la filosofía de Immanuel Kant.
Introducción a Kant y el Contexto Filosófico
Como figura central, destacamos a Immanuel Kant, el representante más conocido y prestigioso de la Ilustración alemana. Este movimiento ideológico se fundamenta en tres ideas básicas:
- El progreso, basado en la racionalidad humana, que permite a los individuos liberarse de las cadenas de la sociedad.
- La razón, que aporta la luz en la solución de problemas.
- La naturaleza, entendida como la igualdad entre los seres humanos y el modelo ideal del conocimiento para alcanzar la verdad.
Kant también critica la religión católica, a la que considera fomentadora de la incultura y del fanatismo. Este autor representa un intento original de superar, sintetizándolas, las dos corrientes filosóficas fundamentales de la modernidad: el Racionalismo y el Empirismo. La obra de Kant, sin embargo, no se limita a esta síntesis superadora, sino que impulsa el avance de la filosofía, al igual que la ciencia evoluciona.
Racionalismo y Empirismo: Corrientes Fundamentales
El Racionalismo postula que el conocimiento se obtiene solo a través de la razón, con la existencia de ideas innatas, y considera que fuera de ellas hay engaño. El Empirismo, por su parte, sostiene que la única fuente de conocimiento son los sentidos. Kant critica a la metafísica por su dogmatismo y por intentar establecer un conocimiento universal y necesario. También critica a los empiristas, concretamente a David Hume y su crítica al principio de causalidad, que elimina la relación entre causa y efecto.
La Concepción Kantiana del Conocimiento
Para explicar las condiciones del conocimiento científico, es fundamental comprender la concepción kantiana del conocimiento. Kant sostiene que el conocimiento es una elaboración humana que se basa en dos estadios sucesivos: se inicia con la experiencia, pero (a diferencia de Hume) es procesado por determinadas condiciones independientes de ella, lo que permite establecer leyes necesarias sobre el acontecer natural. Además, expone que los elementos en cada uno de estos estadios pueden ser externos al sujeto o propios de él. Por tanto, el conocimiento verdadero solo es posible si a la sensibilidad le aplicamos determinados elementos a priori.
El Giro Copernicano de Kant: Una Revolución en el Conocimiento
Centrándonos en el Giro Copernicano, a diferencia de filosofías anteriores que partían de la idea de una correspondencia entre el mundo exterior y los contenidos de la mente, y que el conocimiento humano era la adaptación de la mente al objeto, Kant propone un método radicalmente distinto, que significa un cambio absoluto.
Esta propuesta, que invierte la relación tradicional entre los objetos del mundo y el sujeto, se conoce como Giro Copernicano. Para comprender su dimensión, es crucial reconocer que el conocimiento debe ser experimental y, a la vez, universal y necesario.
El Sujeto Activo en la Construcción del Conocimiento
Kant concuerda con los empiristas en que todo conocimiento se inicia con la experiencia, pero, según ellos, esta no puede ser ni universal ni necesaria. Hasta entonces, el conocimiento había girado bajo la suposición de que el sujeto cognoscente debía someterse al dictado de los objetos. Sin embargo, desde el punto de vista del conocimiento, esto debía cambiar. Por ello, Kant expone un nuevo modelo metodológico que invierte esta relación.
Frente a la idea de que el sujeto es un elemento pasivo en el conocimiento y los objetos la única fuente de información, a la mente se le otorga un papel constructivo y activo en la función cognitiva. Se destaca que el conocimiento es una elaboración necesariamente compartida por dos componentes:
- El primer componente, ajeno al sujeto que conoce, llega del exterior (la experiencia).
- El otro, independiente de la experiencia, siempre lo aporta el sujeto que conoce (por lo que es trascendental), condicionando a la experiencia.
Solo por este último se puede hacer inteligible el objeto percibido. Esto es lo a priori. Por a priori entendemos el conocimiento que es independiente y anterior a la experiencia.
La Necesidad del Componente A Priori
Ninguno de los dos componentes, por sí solo, es suficiente para que exista el conocimiento. Dar prioridad exclusiva a la razón conduce a la Metafísica dogmática, mientras que dar prioridad a los datos sensibles (la experiencia) solo sirve para concluir en el escepticismo de los empiristas.
Por medio del componente a priori, se puede pasar de lo contingente de lo sensible y experimental a lo universal y necesario que el conocimiento precisa. La experiencia nunca puede lograr que algo sea universal y necesario (porque proviene de impresiones sensibles particulares); sin embargo, la ciencia sí lo es. Si solo hay dos elementos en la constitución del conocimiento (objeto y mente), y la universalidad y necesidad es imposible que se originen en la experiencia, la única posibilidad de que la ciencia sea universal y necesaria es que esta provenga del sujeto, es decir, de aquello que es independiente (a priori) de la experiencia.
Solo el sujeto cognoscente aporta al conocimiento determinados elementos ajenos a la experiencia, lo que convierte a la ciencia en un conocimiento universal y necesario. Por lo tanto, el conocimiento es posible mediante este giro: que los objetos se sometan a las condiciones que el propio sujeto les impone. Por ello, la universalidad y la necesidad son impuestas por el ser que conoce (la naturaleza del sujeto).
Relación con la Filosofía Crítica Kantiana
El Giro Copernicano concuerda con los conceptos de filosofía crítica (especialmente los juicios sintéticos a priori) y de lo trascendental (la parte del conocimiento que es independiente de la experiencia y es lo que el sujeto aporta al conocimiento).
Conclusión: La Revolución Kantiana del Conocimiento
En conclusión, Immanuel Kant, a través de su filosofía, propone una síntesis fundamental entre el Empirismo y el Racionalismo. Transforma la visión tradicional del conocimiento, invirtiendo la relación entre sujeto y objeto. De esta forma, el ser humano se convierte en un agente activo en el proceso de conocimiento, sometiendo los objetos a las condiciones de su propia percepción. De esta manera, se establece la posibilidad de un conocimiento a priori que el sujeto cognoscente aporta al objeto percibido.