Influencias filosóficas en Platón

Influencias filosóficas anteriores

Platón tiene influencias de filósofos anteriores. De Heráclito, toma la idea de que el mundo sensible está en constante cambio. De Parménides, que el mundo físico no es la verdadera realidad y las características de las ideas. De Pitágoras, el dualismo antropológico, las creencias en la inmortalidad del alma y en la reencarnación, y la importancia de las matemáticas. De Anaxágoras, la existencia de una inteligencia ordenadora del universo. De Demócrito, la idea de que la materia es eterna y que no la ha creado nadie. Por último, de Sócrates, el interés por los temas éticos y políticos, la definición de conceptos morales de forma universalmente válida y el diálogo como método para encontrar la verdad.

Teoría de las ideas

Esta teoría mantiene que hay dos mundos, concepción dualista de la realidad: el mundo sensible y el mundo de las ideas. El primero se denomina también mundo común, físico, empírico, del devenir, de las apariencias y lo particular. Este mundo no tiene verdadera realidad, está en constante cambio. Todas las cosas del mundo físico son mortales.

El mundo de las ideas se denomina también mundo inteligible, eidético, noético, suprasensible, de las formas, el ser y la esencia. Según Platón, debe existir un mundo distinto del mundo físico, un mundo que no cambie permanentemente (mundo de las ideas). No se puede percibir. Las ideas tienen realidad epistemológica y realidad ontológica.

Que las ideas tienen realidad epistemológica significa que las ideas son conceptos que existen en nuestra mente. Y ontológica significa que las ideas existen realmente en el otro mundo. Las ideas existen independientemente de las cosas y de nuestro pensamiento. Son eternas, inmutables y únicas. También se denominan formas, esencias, arquetipos y entes suprasensibles. Hay tres ideas que son superiores: la idea del bien, la idea de belleza y la idea de justicia; la primera es la más importante de todas. Para explicar el mundo de las ideas, Platón utiliza el mito de la caverna.

Según Platón, existen varios métodos para conocer el mundo de las ideas: la reminiscencia o anamnesis, la dialéctica, el amor y la catarsis.

La reminiscencia consiste en recordar. El ser humano se compone de alma y cuerpo. Tenemos un cuerpo que pertenece al mundo físico, al de los sentidos y que es mortal. Tenemos un alma inmortal, que es la morada de la razón. El alma es de origen divino, incorruptible e inmortal. En el tránsito del cuerpo anterior al actual, el alma pasó al mundo de las ideas y las contempló. Al nacer de nuevo, las olvida. Luego, gracias a los sentidos, va recordando las ideas. Así, conocer es recordar. Conforme el alma va sintiendo las formas en la naturaleza, va recordando lo que contempló en el mundo de las ideas (anámnesis). Ve el cuerpo y todo lo sensible como algo insignificante. El amor es otro de los métodos para conocer el mundo inteligible. El amor es, según Platón, una aspiración a la belleza. La belleza tiene una serie de grados hasta llegar a la belleza en sí, que es la idea de la belleza.

La dialéctica consiste en ir ascendiendo en el conocimiento de las ideas hasta llegar a la idea del bien. Se parece al método del diálogo que usaba Sócrates para alcanzar la verdad.

La catarsis consiste en liberarse de todas las pasiones y en purificarse por medio de la virtud. Cuando el cuerpo muere, el alma vuelve al mundo de las ideas y, si ha logrado la perfección, permanecerá en él contemplando las ideas eternamente.

Cosmología platónica

Según Platón, hay tres cosas que son eternas: las ideas, la materia y el demiurgo. El demiurgo es un ser divino, inmutable y bueno. Es el creador del mundo sensible. Es un dios ordenador del universo. La materia es eterna, no la ha creado nadie. Es una masa en movimiento, caótica y sin forma. El demiurgo contempla las ideas: las ideas le sirven como modelo para crear el mundo sensible. Ordena la materia caótica, imitando el mundo de las ideas y forma el mundo sensible de la manera más bella y mejor posible. La perfección absoluta no la puede lograr porque la materia es imperfecta. Esta teoría de Platón es una teoría teleológica, porque el demiurgo tiene una finalidad al formar el mundo: crear el mundo más perfecto posible.

Antropología platónica

Platón recoge de las fuentes pitagóricas y de los cultos su concepción de un alma inmortal. El alma tiene sus raíces en lo divino, pero se encuentra encarnada y a merced de los deseos sensoriales. Se halla encarcelada en el cuerpo. Platón lo expresa con las palabras soma (cuerpo) y sema (tumba).

El cuerpo es la tumba del alma. La finalidad de la vida terrenal es el retorno del alma a su estado originario. A través de una serie de reencarnaciones, el alma irá purificándose y volverá al mundo de las ideas.

Platón habla de tres partes del alma: alma racional, alma irascible y alma concupiscible. El alma irascible es la fuente de las pasiones nobles, es mortal y desaparece junto con el cuerpo. La virtud que le corresponde es la fortaleza, la capacidad para cumplir con el deber. El alma concupiscible es la fuente de las pasiones innobles. Es mortal. Su virtud correspondiente es la templanza o moderación. El alma racional es de naturaleza divina e inmortal. Su unión con el cuerpo es accidental y transitoria. La virtud que le corresponde es la prudencia, la capacidad para dirigir la vida. Es la que gobierna a las otras dos partes del alma. Para explicar las partes del alma, Platón desarrolló el mito de la Auriga. El Auriga representa el alma racional y tiene la difícil tarea de encaminar los caballos (alma irascible y alma concupiscible) hacia el mundo de las ideas.

La justicia es la armonía entre las tres partes del alma y es la virtud propia del ser humano.

Teoría política

El ser humano es un ser social por naturaleza. El individuo solo puede ser perfecto en un estado perfecto. El estado ideal se logra cuando las clases sociales cumplen con sus funciones correspondientes. Entonces se alcanza la justicia en el Estado. Según Platón, en el Estado ideal, hay tres clases sociales: los productores, los guardianes y los gobernantes.

Los productores son quienes aportan los recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas de todos los ciudadanos, su virtud es la templanza. Los guardianes defienden la ciudad de los invasores y solucionan los conflictos internos entre los ciudadanos, su virtud es la fortaleza. Los gobernantes son quienes dirigen el Estado, su virtud es la prudencia.

Como los filósofos son los que conocen el bien y la justicia, son ellos los que tienen que gobernar. Platón desarrolla su teoría sobre el modelo ideal de sociedad en la República.

El Estado será perfecto y sus individuos serán virtuosos, y los individuos solo serán virtuosos si el Estado es perfecto o ideal. La misión del Estado es conseguir la justicia. Cuando se logra, se logra también la felicidad. Para ello es necesario educar a los ciudadanos. La educación tiene dos niveles: la educación de todos los ciudadanos mediante la gimnasia y la música, que son materias que permiten desarrollar el cuerpo y el carácter. Y la educación para los guardianes, que deben estudiar matemáticas y dialéctica, porque son materias que permiten conocer el mundo de las ideas.

Platón analiza también las diferentes formas de gobierno que existen en la realidad. La más perfecta es aquella en la que gobiernan los mejores, los más sabios (aristocracia). La decadencia de este sistema es la democracia, que es el gobierno donde la clase militar ostenta el poder, da paso a la oligarquía, que es el gobierno de una minoría con riquezas. La oligarquía da paso a la democracia, que es el gobierno de la masa.

La forma de gobierno más injusta es la tiranía, que es una consecuencia de la democracia, ya que cuando se llega a la anarquía, surge alguien que se apodera del poder e impone el orden a la fuerza. Estas formas de gobierno son cíclicas.

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