Ideas ficticias descartes

IIIII.- Metafísica u ontología

1.- Regla o Precepto de la evidencia)
: “No admitir nada que no sea evidente”. Sólo lo que se perciba con evidencia será verdadero. Sólo será evidente aquello que sepamos con absoluta certeza o, Descartes defiende que lo evidente es aquello que se da en la intuición. sabemos que se da en la intuición porque  Descartes aduce como notas de la evidencia y la intuición las propiedades de la claridad y distinción.
Una idea o realidad es clara si no la confundimos con otra La duda metódica. Rasgos de la duda .
Descartes se propone fundamentar el edificio del saber comenzando por las verdades de la metafísica. Para ello, aplicará su método acatando la primera regla o precepto de la evidencia. La aplicación del método supone el uso previo de la duda con el fin de llegar a una primera certeza de la que no se pueda dudar. Se trata de que tiene una serie de rasgos:
Es una duda universal:
Se aplica a todo aquello de lo que es posible dudar; por tanto, afecta a todas las certezas y principios filosóficos en los que nos hemos apoyado. Es una duda metódica:
Se trata de una duda “preliminar” al encuentro de la certeza. Es una duda metodológica, un procedimiento con el que se confía encontrar una verdad indubitable. Es una duda provisional:
No se propone sustituir las proposiciones que antes se consideraban verdaderas por otras nuevas; ya que puede llegarse a ideas ciertas o evidentes,  que antes también lo fueran pero ahora estarán fundamentadas racionalmente. Es una duda teórica:
Se extenderá sólo al plano del pensamiento o reflexión. La razón es que, mientras se está dudando de todo, no se puede dejar de actuar; de ahí que, durante la investigación,  se mantendrán los principios morales. No obstante, estos principios lo serán de una moral provisional, hasta que sean racionalmente fundamentados.

Aplicación progresiva de la duda,1.-

En primer lugar se aplica a todas las creencias, por ciertas que nos parezcan.

2.-

Dudará del conocimiento basado en los sentidos, pues muchas veces nos han engañado. dudara de percepciones lejanas, como de percepciones presentes.

3.-

Dudará de todas las proposiciones y razonamientos científicos, incluidos los de la matemáticas. Es ahora cuando la duda alcanza su momento álgido: Para dudar de las supuestas verdades matematicas, Descartes introduce la hipótesis metafísica del genio maligno, según la cual, podría suponer que existe un genio poderoso, maligno y engañador que emplee su poder y sus fuerzas en hacer que me engañe incluso cuando pienso que son verdaderas y evidentes proposiciones que no lo son. Esta hipótesis, viene exigida por la radicalidad con la que aplica la duda metódica, duda, que es universal.

4.-

Dudará de la existencia del mundo exterior.
Esta duda está relacionada con la duda de los sentidos. ¿Cómo estar seguro de que existe la realidad externa y no es sólo un sueño o producto de la imaginación?

Resultado de la duda: “Cogito ergo sum”

Mientras Descartes está aplicando su duda, advierte que hay algo de lo que no puede dudar: no puede dudar de que duda, no puede dudar del propio sujeto que duda o piensa que duda. Es aquí donde se detiene la duda: soy una cosa pensante (res cogitans)
, o lo que es lo mismo “cogito ergo sum”, “pienso luego soy”. Esta es la primera verdad evidente. Esta primera verdad escapa a la hipótesis del genio maligno: si me engaño, tengo que existir para ser engañado. En la IV parte de su Discurso del método, Descartes afirma que esta es la primera verdad firme y segura sobre la que fundamentará su filosofía. Se trata de una verdad intuida.
 

Consecuencia: el solipsismo cartesiano

Descartes duda de toda realidad corpórea o material. De ahí, que Descartes sólo pueda responder a la pregunta ¿qué soy?, afirmando que es una “res cogitans”, una substancia pensante. Se ve abocado a un solipsismo:
Se ha quedado encerrado en su propio pensamiento; porque, la existencia indudable del yo no implica la existencia de ninguna otra realidad. Sin embargo, de acuerdo con el ideal deductivo, habrá de deducir la existencia de la realidad a partir de la existencia del pensamiento.

Aplicación del método y necesidad de demostrar a Dios

Descartes se encuentra con una dificultad que él mismo había introducido: la hipótesis metafísica del genio maligno o Dios engañador, en virtud de la cual puede que me engañe incluso cuando creo conocer algo con evidencia o claridad y distinción. De ahí que no le quede más remedio que demostrar que tal genio no existe o que existe Dios y no es engañador. Ahora bien, Descartes demostrara la existencia de Dios mediante las ideas de su pensamiento; y, ver si alguna de ellas le lleva a la realidad de las cosas corpóreas.

Tipos de Ideas. Tª de la realidad objetiva de las ideas. Demostraciones de la existencia de Dios

Descartes distingue en las ideas un doble aspecto: las ideas en cuanto que son actos mentales, y en cuanto que poseen un contenido representativo al que Descartes llama “realidad objetiva” de la idea.En  el primer sentido, las ideas son todas iguales, pero en el segundo sentido son muy distintas, su contenido representativo es muy diversa. Descartes se propone descubrir si alguna de las ideas contenidas en su pensamiento excede a la realidad del “yo”; de tal modo que el “yo” no pueda ser la causa de tal idea y, en consecuencia haya algo en el mundo, distinto de mí, que sea la causa de tal idea. Descartes encuentra una idea, cuya realidad objetiva sobrepasa con mucho la realidad efectiva  contenida en mí: la idea de Dios como una substancia infinita (res infinita)
, eterna e inmutable. La argumentación de Descartes es que él como substancia pensante finita no puede ser la causa de la idea de substancia infinita porque sólo puede serlo una substancia, a su vez infinita. Debe existir tanta realidad en la idea de infinito como en la causa de tal idea. Por tanto, Dios, como substancia infinita existe. Descartes clasifica las ideas, por razón de su origen, en tres clases:

A) Ideas adventicias

Son las que parecen provenir de nuestra experiencia externa. Pero no nos consta la existencia de una realidad exterior.

B) Ideas ficticias

Son las que construye nuestra imaginación a partir de la combinación de ideas facticias;

C) Ideas innatas

El entendimiento las posee en sí mismo. Ésta es la afirmación fundamental del racionalismo. Éstas son las ideas claras y distintas. Pues bien, la idea de Dios (res infinita)
Es, al igual que la idea de mí mismo (res cogitans)
, es una idea innata. El argumento de Dios como causa de la idea de infinito en mi pensamiento es el primero que expone para demostrar la existencia de Dios, Descartes desarrolla, otra prueba, que muestra a Dios como causa, no sólo de su idea en mi pensamiento, sino también como causa de mi existencia:
Yo, como ser imperfecto, no puedo ser la causa de mi ser, pues si me hubiera creado a mí mismo, no me hubiera privado de ninguna de las perfecciones que concibo en la idea de Dios. Luego, Dios como ser infinito y perfecto existe.Una vez reconocida la existencia de Dios como un ser infinito y perfecto, no puede ser engañador, ya que “engañar” no es un signo de potencia, sino de debilidad, malicia e imperfección; y, por tanto no puede darse en Dios.En consecuencia, Dios se convierte, en el sistema de Descartes, en el aval y la garantía de que todas las cosas que concibamos clara y distintamente serán verdaderas. Dios respalda, a partir de ahora, la correcta aplicación del criterio de evidencia o de certeza.

La existencia de las cosas corpóreas. Res extensa

Descartes afirma que el sujeto pensante no puede ser la causa de las 2  ideas evidentes, porque sólo es una substancia pensante; luego, tales ideas han de proceder de alguna substancia distinta de mí mismo, en la cual esté contenida la realidad objetiva de dichas ideas. Pues bien, dado que Dios no es engañador hay que concluir que las causas de las ideas de las cosas corpóreas son las cosas corpóreas mismas y que éstas, por tanto, existen. Dios es la garantía de que a mis ideas corresponde una realidad extra-mental. A juicio de Descartes, lo único que percibimos, en los cuerpos, de un modo claro y distinto es la extensión (res extensa), el movimiento y la figura.
 

Concepción mecanicista de la realidad material

Descartes tiene una interpretación mecanicista de la naturaleza:
La explicación de la realidad material o sensible se construye sobre las ideas de extensión, movimiento y figura. El mecanicismo cartesiano puede resumirse del siguiente modo: Dios crea la materia inerte e inyecta en ella una cantidad de movimiento que permanece siempre constante. Esta materia es definida como extensión geométrica: se divide en innumerables átomos materiales que chocan entre sí y dan lugar a los diversos cuerpos. Por tanto, los cuerpos, entendidos como combinación y agrupamiento de átomos, conservan el movimiento que ha sido transmitido por los átomos. En consecuencia, la estructura y funcionamiento de la realidad corpórea o material será explicada según las tres leyes del movimiento:
– la ley del principio de inercia, – la ley de que todo tiende a moverse en línea recta y – la ley del principio de conservación del movimiento. La reducción de todo movimiento de la naturaleza a movimiento mecánico, posibilita a Descartes la aplicación de las matemáticas a la explicación del mundo. Estas tres leyes derivan de la inmutabilidad de Dios. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *