La Ciencia y el Giro Copernicano en Kant
Ciencia: Kant considera que el hombre tiene una tendencia natural hacia la metafísica, por lo que esta deberá ser explicada. El hombre es el último móvil de su tendencia a trascender a la experiencia; por eso, en su obra «Crítica de la Razón Pura», regulará los límites de la razón respecto a los conocimientos a los que puede aspirar independientemente de la experiencia.
El Giro Copernicano
Copérnico advirtió que, aunque el Sol parece moverse alrededor de la Tierra, no podemos inferir justificadamente que esta esté fija y que el Sol se mueva en torno a ella, porque el movimiento observado del Sol sería el mismo si fuera la Tierra la que se moviese. Kant afirma que las cosas no pueden ser objetos de nuestro conocimiento más que en la medida en que se someten a ciertas condiciones a priori del conocimiento puestas por el sujeto. El hombre quiere conocer la realidad que interpreta adecuándose a ella; con Kant, se dará cuenta de que es él quien procesa la realidad con su constitución mental y, así, establece las condiciones a partir de las cuales conoce. Tanto Copérnico como Kant establecen un cambio fundamental de perspectiva.
Condiciones del Conocimiento y Tipos de Juicios
Para comprender el planteamiento kantiano, distinguimos dos tipos de condiciones:
- Empíricas (materia): Hacen referencia a los objetos.
- A priori (forma): Hacen referencia a la estructura del sujeto. Son previas a la experiencia, universales y necesarias, condicionando la forma en la que es interpretada la experiencia (condiciones trascendentales).
Clasificación de los Juicios
Kant se preguntará por los juicios que enuncia la ciencia y las condiciones que los hacen posibles:
- Juicios analíticos y sintéticos: El primero se produce cuando el predicado está contenido en el sujeto; estos no aportan nada nuevo al conocimiento. El segundo es sintético cuando el predicado no está contenido en el sujeto y, por tanto, sí amplían el conocimiento.
- Juicios a priori y a posteriori: Estos explican el modo de conocer la verdad de un juicio cualquiera. Los a priori son los conocidos sin recurrir a la experiencia, al contrario que los a posteriori.
- Juicios sintéticos a priori: El predicado no está contenido en la noción de sujeto, pero no es a posteriori, ya que su verdad se conoce sin experiencia.
Con todos ellos, nos preguntamos si podemos aplicarlos a las Matemáticas, la Física y la Metafísica.
Estructura de la Crítica de la Razón Pura
La obra se divide en tres secciones principales:
1. Estética Trascendental
Trata las condiciones sensibles del conocimiento, siendo principalmente dos: espacio y tiempo (formas a priori de la sensibilidad). No se puede ver algo si no es en un espacio y un momento del tiempo determinado. Son a priori porque son independientes de la experiencia que las precede como condiciones para que esta sea posible, y son puras porque pueden ser interpretadas como dos coordenadas sin contenido empírico en las cuales se ordenan las impresiones sensibles. Ambas se refieren a la sensibilidad, distinguiendo entre interna (tiempo) y externa (ambas formas). Kant afirma que las Matemáticas poseen juicios sintéticos a priori.
2. Analítica Trascendental
Si percibir es la función propia de la sensibilidad, comprender lo percibido será la función propia del entendimiento. La función de comprender se realiza mediante conceptos. Comprender los fenómenos es poder referirlos a un concepto que puede ser enunciado a través de un juicio; así, el entendimiento puede definirse como la facultad de los conceptos. Existen dos tipos de conceptos:
- Conceptos empíricos: Proceden de la experiencia y son a posteriori.
- Conceptos puros (Categorías): Atribuyen los predicados a los objetos de nuestras sensaciones y tienen carácter apriorístico.
Las categorías se corresponden con los distintos tipos de juicios y son fórmulas que nos permiten llevar a cabo la comprensión de la realidad. El entendimiento no puede pensar los fenómenos si no es aplicándolos a estas categorías. En la Analítica, Kant justifica los juicios sintéticos a priori para la Física. La física estudia la naturaleza y en ella se da la regularidad de los fenómenos; el principio de causalidad, base de esta disciplina, no dependerá de la experiencia, sino que la precederá.
3. Dialéctica Trascendental
La razón sintetiza nuestros conocimientos, tendiendo a mostrar la imposibilidad de los conceptos que ella misma se inclina a formular cuando prescinde de la experiencia mediante el uso trascendente de las categorías. Kant examina la «metafísica especial» de Wolff, que contenía tres apartados: psicología especial, cosmología especial y teología especial.
El Alma, el Mundo y Dios carecen de valor objetivo, resultando de aplicar las categorías más allá de la experiencia. Estas reflexiones son denominadas por Kant como Ideas. Al analizarlas, muestra que ninguna se presenta a nuestros sentidos y no podemos construir juicios sobre ellas porque las categorías solo se aplican correctamente a datos sensibles.
Crítica a las Ideas de la Razón
- Respecto a la Idea del Alma: Kant ve el «yo» como un sujeto de vivencias constituido por la sucesión de estados de conciencia, sin que haya uno que sea soporte de los demás. No hay prueba que demuestre la existencia real del alma ni de sus atributos tradicionales (inmortalidad, inmaterialidad). La psicología especial es, por tanto, una falacia.
- Respecto a la Idea del Universo: El universo es experimentado parcialmente y nunca se nos presenta sensiblemente en su totalidad. Al intentar atribuirle propiedades, surgen las antinomias: argumentos contradictorios con el mismo grado de validez.
- Respecto a la Idea de Dios: Es una idea formada por nuestra razón para intentar justificar la existencia de las otras dos ideas. Dios no es una experiencia sensible, por lo que no podemos usar con Él la categoría de existencia. Kant reduce las pruebas a:
- Argumento ontológico: Aplica la categoría de existencia a un contenido mental cuando solo debe aplicarse a datos de la experiencia.
- Argumento cosmológico: Apela a una serie de causas para llegar a un ser necesario, pero el principio de causalidad solo es válido dentro de la experiencia.
En síntesis, en la Crítica de la Razón Pura, Kant priva a la metafísica de todo valor científico, convirtiendo al universo, al alma y a Dios en ficciones de nuestra razón sin apoyo empírico. Por tanto, la metafísica carece de justificación científica y no es una disciplina válida para la explicación de la realidad natural.
