El Problema del Conocimiento: De la Antigüedad a la Edad Media
Contrastes Epistemológicos Fundamentales
En la Edad Antigua, el problema del conocimiento se centraba en la distinción entre opinión (doxa) y ciencia (episteme), así como entre la experiencia y la razón como fuentes de saber. En la Edad Media, durante la Escolástica, el debate giró en torno a la armonización de la filosofía de Aristóteles con la fe cristiana, buscando evitar la herejía de la doble verdad sostenida por los averroístas latinos.
La Doctrina de la Doble Verdad y su Refutación por Santo Tomás
La Postura de los Averroístas Latinos
La doctrina de la doble verdad, atribuida a ciertos seguidores del averroísmo latino, otorgaba una autoridad equiparable tanto a la filosofía de Aristóteles como al Evangelio. Esto podía llevar, en algunos casos, a sostener como verdaderas afirmaciones aparentemente contradictorias, como por ejemplo, que el alma es mortal (desde una perspectiva filosófica natural) y que los muertos resucitan (desde la fe).
La Crítica de Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás de Aquino desmonta la doctrina de la doble verdad argumentando que la verdad es única porque su fuente es una sola: Dios. A esta única verdad se puede acceder por diferentes vías:
- Exclusivamente por la fe (verdades reveladas que exceden la capacidad de la razón, como la Trinidad).
- Exclusivamente por la razón (verdades naturales accesibles por la experiencia y la abstracción).
- Por la razón y la fe conjuntamente (preámbulos de fe).
Santo Tomás sostiene que:
- En las verdades de fe, no puede haber contradicción con la razón, ya que esta última, aunque autónoma en su campo (lo natural), no puede acceder por sí misma a lo sobrenatural.
- En las verdades de razón, no hay contradicción con la fe, porque aquello que procede de la experiencia (lo natural) no necesita ser revelado, dado que Dios nos ha otorgado la capacidad de conocerlo por abstracción (la razón es autónoma aquí también).
- En los preámbulos de fe (verdades accesibles tanto por la razón como por la revelación), tampoco es posible la doble verdad, porque Dios es autor tanto de la fe como de la razón y no puede contradecirse a sí mismo.
La Relación entre Razón y Fe en los Preámbulos de Fe según Santo Tomás
Los preámbulos de fe son verdades en las que coinciden la filosofía (razón) y la teología (fe). Estos incluyen:
- La existencia de Dios.
- La ley natural (fundamento de la ética y la política).
- La inmortalidad del alma.
- La creación del mundo por Dios.
En estos temas, si bien la razón puede alcanzar estas verdades, se considera que está al servicio de la fe (ancilla theologiae). Si la filosofía contradijera a la teología en estos puntos, se debe dar primacía a la fe. Aunque la razón es un don divino, el ser humano puede errar en su uso, mientras que la revelación divina es infalible.
Motivaciones de la Revelación Divina para Verdades Accesibles por la Razón
Dios revela también verdades que la razón podría alcanzar por sí misma por varias razones:
- No todos los seres humanos disponen del tiempo, la capacidad o la dedicación para la investigación filosófica necesaria.
- Para corregir los errores a los que la razón humana, por su falibilidad, podría llegar.
- Estas verdades reveladas, pero racionalmente accesibles, sirven como un punto de encuentro y diálogo con otras religiones monoteístas.
- Constituyen el punto de partida desde el cual defender la fe frente a las herejías y las objeciones.
El Problema Metafísico: De la Antigüedad a la Edad Media
Divergencias en la Concepción de la Realidad
En la Edad Antigua, la metafísica se ocupaba, entre otras cosas, del problema del arjé (ἀρχή), el principio o sustrato fundamental de la physis (φύσις, naturaleza). En la Edad Media, la metafísica, influida por la teología, se centró en el estudio de la realidad creada, especialmente en cómo entenderla si se tiene en cuenta que ha sido creada de la nada (creatio ex nihilo) por Dios, uno de los preámbulos de fe.
La Creación de la Realidad Ex Nihilo como Preámbulo de Fe
La demostración de este preámbulo se articula así: los entes creados no poseen la existencia como parte de su esencia; son, por tanto, contingentes: existen, pero podrían no haber existido. Si las criaturas existen, pero no por sí mismas (ya que su esencia no implica su existencia), deben su existencia a Otro, un Ser Necesario cuya esencia sí consista en existir. A este Ser Necesario, todos le llaman Dios.
Conceptos Clave en la Metafísica Tomista
Esencia y Existencia
La esencia (essentia) se refiere a aquello que una cosa es, sus características definitorias. En los seres creados, la esencia puede concebirse sin que ello implique su existencia real. Dios es el único ser en el que esencia y existencia se identifican y se implican mutuamente; su naturaleza misma es existir necesariamente. Siendo infinitamente perfecto, no puede no existir, pues la existencia es una perfección.
Contingencia y Necesidad
Mientras que Dios ES la existencia (su esencia es su ser), el mundo creado TIENE existencia (la recibe). Las criaturas son contingentes: existen, pero podrían no existir. Su existencia no proviene de sí mismas, sino de Otro: Dios, quien posee el acto de ser (actus essendi) de forma originaria. Las criaturas poseen el ser de forma derivada, por participación.
Los Trascendentales del Ser
Los trascendentales son propiedades objetivas que todo ser posee por el simple hecho de existir. Se dice que son convertibles con el ser (ens et unum convertuntur, ens et verum convertuntur, ens et bonum convertuntur). El grado en que se manifiestan estas propiedades (unidad, verdad, bondad, y también belleza) depende del grado de ser de cada cosa: cuanto más perfecta, mayor será su manifestación de estos trascendentales.
- Unidad del ser (Unum): Todo ente, en cuanto es, es uno e indiviso en sí mismo y distinto de los demás. La unidad de Dios es la unidad de la simplicidad perfecta, porque su esencia consiste en el puro acto de existir, sin composición alguna.
- Verdad del ente (Verum): Todo ente es verdadero en cuanto es inteligible, es decir, apto para ser conocido por una inteligencia. Dios, al ser el Ser Supremo y la Inteligencia Suprema, es también la Verdad Suprema.
- Bondad del ente (Bonum): Todo ente es bueno en cuanto es apetecible y en cuanto tiende a su propia perfección. Las cosas son buenas en la medida en que han sido queridas por Dios y reflejan su bondad.
El Concepto de Analogía en la Metafísica Medieval
Si en la filosofía antigua (especialmente platónica) el concepto de participación era fundamental, en la Edad Media, particularmente con Santo Tomás de Aquino, la noción de analogía adquiere una importancia capital. La analogía indica una relación de semejanza entre cosas que son, en parte, distintas y, en parte, semejantes. Es crucial para hablar de Dios y su relación con las criaturas.
Semejanza entre las Criaturas
Todos los entes creados son contingentes y comparten, analógicamente, los trascendentales (son uno, verdaderos, buenos).
Diferencias entre las Criaturas
Se diferencian radicalmente por su esencia específica, que determina su modo particular de ser.
Semejanza entre Dios y las Criaturas
Se asemejan en que tanto Dios como las criaturas existen y comparten (analógicamente) los trascendentales. Por ejemplo, tanto Dios como una criatura son ‘buenos’, pero no de la misma manera ni en el mismo grado.
Diferencias entre Dios y las Criaturas
La diferencia es radical: Dios posee la existencia por esencia (es el Ser Necesario, Esse Subsistens), mientras que las criaturas reciben la existencia y son contingentes. Aunque comparten los trascendentales, Dios los posee de modo infinito y por esencia, mientras que las criaturas los poseen de modo finito y por participación.
La Existencia de Dios: Convergencia de Fe y Razón
Dios como Preámbulo de Fe
Se puede llegar al conocimiento de la existencia de Dios tanto a través de la filosofía (mediante el uso de la razón natural, por ejemplo, a través de las Cinco Vías de Santo Tomás) como de la teología (que se apoya en la revelación divina, pero también utiliza la razón). Mediante la fe, se puede penetrar más profundamente en esta verdad, alcanzando una comprensión más íntima y existencial de Dios. Si la investigación filosófica llegara a la conclusión de que Dios no existe, esta conclusión debería ser revisada y rectificada, pues, aunque la razón es un don de Dios, el ser humano es falible en su uso, mientras que Dios, al revelarse a sí mismo en la Escritura y la Tradición, no se equivoca.
Conceptos Filosóficos de Dios: Primer Motor Inmóvil y Acto Puro
El Primer Motor Inmóvil (Aristóteles)
El concepto aristotélico del Primer Motor Inmóvil describe una entidad que es causa del movimiento en el universo sin ser ella misma movida por nada anterior. Es una sustancia eterna, inmaterial, que mueve como causa final (objeto de amor y deseo) y, en la interpretación tomista, también como primera causa eficiente del ser y del movimiento continuo.
Acto Puro (Actus Purus)
La perfección de este motor divino, identificado con Dios, es tal que es Acto Puro (Actus Purus), es decir, pura actualidad sin mezcla alguna de potencialidad. No necesita cambiar ni puede perfeccionarse, ya que es la plenitud del ser y de toda perfección.
Diferencias entre el Dios Aristotélico y el Tomista
(Contenido no desarrollado en el documento original)