El problema de la verdad y el conocimiento filosófico

1. El problema de la verdad: La mayoría de los filósofos han definido la verdad como una adecuación, del entendimiento que juzga, con la realidad. Dicho de otro modo, la verdad es, según esta interpretación, la adecuación entre la oración a la que se asiente en el juicio y el estado de cosas existente y descrito por esa oración: si juzgo que la pizarra de la clase es verde, mi juicio es verdadero solo si la pizarra de la clase es verde.

2. El proceso del conocimiento humano: El ser humano puede enunciar juicios verdaderos, gracias al conocimiento racional, que se ocupa de universalizar la experiencia sensible, el conocimiento sensible es común a todos los seres vivos, 2 tipos de sentidos: externos: que capturan estímulos que proceden del exterior; internos: que captan estímulos procedentes del propio organismo. El conocimiento racional es exclusivo del ser humano, y necesita partir de los datos de los sentidos. 2 distinciones: Intelecto agente, se forma el concepto universal. A este proceso se le ha denominado abstracción, en este proceso se prescinde de las características individuales de los objetos concretos percibidos mediante el conocimiento sensible. Intelecto paciente: este intelecto es, en realidad, la misma inteligencia que recibe los conceptos y los une o separa en juicios y razonamientos, lo que posibilita el conocimiento ordenado y sistemático. 1 El juicio: acto mental por medio del cual uno o separo dos conceptos, afirmando o negando algo de otra cosa. En los juicios se da la verdad o la falsedad: un juicio es verdadero cuando une lo que en la realidad está unido o cuando separa lo que en realidad está separado. 2 El razonamiento: Consiste en pasar de una verdad conocida a otras verdades no conocidas y que están implícitas en la primera; es conectar unos juicios con otros: lo que llamamos razonar o discurrir.3 Razón teórica y razón práctica: Cuando buscamos el conocimiento como algo valioso en sí mismo y no como un medio para alcanzar alguna clase de beneficio práctico, hablamos de racionalidad teórica. Ahora bien, el hombre, como, no busca simplemente saber, sino también «saber hacer». Por eso se habla también de una racionalidad práctica, orientada a la acción o a la producción. Por medio de la razón teórica, el ser humano trata de conocer el mundo en el que vive y no se conforma con menos que la verdad. La verdad en sentido epistemológico y en sentido ontológico. verdad epistemológica: Esta verdad de los juicios es la verdad epistemológica, es decir, la verdad del logos, de la mente. verdad ontológica: se afirma que la realidad es el fundamento de la verdad; la verdad ontológica es el fundamento de la verdad epistemológica.

4. Estados de la mente ante la verdad: Lo verdadero o lo falso es lo que se afirma o se niega de las cosas, nuestro juicio acerca de ellas. Ahora bien, en el juicio cabe distinguir dos aspectos: el contenido proposicional y el asentimiento. Clasificación de estados de la mente: La certeza: es el estado de la mente en que se asiente con la máxima fuerza a una proposición verdadera. Su fundamento es la evidencia del objeto sobre el que se juzga. La duda es el estado en que la mente vacila entre afirmar una cosa u otra, sin llegar a inclinarse por ninguna de las dos. La opinión es el estado propio de quien juzga sin que su mente se adhiera totalmente a lo juzgado, sin descartar que lo contrario de lo que juzga pueda ser verdad. Lo que mueve a la inteligencia a asentir al juicio es la voluntad. La fe implica un asentimiento firme y seguro a lo juzgado pero no es el objeto el que mueve a la inteligencia a asentir, sino la voluntad, movida, a su vez, por la autoridad de otra persona. La ignorancia es la falta de conocimiento acerca de algo. Constituye un mal cuando lo que falta es un conocimiento que se debería tener. El error consiste en afirmar lo falso como verdadero. El error implica la ignorancia, pero se puede ser ignorante sin llegar a errar. Criterios de certeza: La certeza no es lo mismo que la verdad: se trata de un estado del sujeto en el que este siente con fuerza que se encuentra en la verdad. Ahora bien, en ocasiones, completamente convencidos, hemos podido hacer afirmaciones que luego se han mostrado falsas. Esa seguridad que sentíamos era una mera certeza subjetiva. La certeza en sentido propio solo tiene un fundamento: la evidencia. La evidencia es la absoluta claridad con la que una verdad se presenta ante nuestras facultades cognoscitivas. Además de estas evidencias directas, hablamos también de evidencias indirectas, aquellas que se apoyan en el testimonio de otras personas que tienen evidencia directa de aquello que nos transmiten, o las logradas por demostración a partir de verdades anteriores. También el conocimiento sensible nos proporciona evidencia de verdades de hecho, como el propio existir o la existencia de las cosas que nos rodean. Lo contrario de estas verdades es posible y pensable. Pertenecen al ámbito de lo contingente: aquello que es pero podría no ser; lo que es de una manera, pero podría ser de otra.

5. Panorama histórico: racionalismo: Rene Descartes .Se enfrenta al escepticismo de aquellos pensadores que desconfiaban de la capacidad de la razón humana para conocer la realidad. La experiencia sensible no posee para el racionalismo un gran valor en sí. Ciertamente, los sentidos nos confunden a menudo, por lo que no es prudente fiarnos de ellos. El empirismo John Locke, George Berkeley y David Hume. Esta corriente mantiene que la experiencia es la única fuente de conocimiento. Niegan la existencia de ideas innatas, es decir, no derivadas de la experiencia. El idealismo Immanuel Kant propuso una vía intermedia entre el empirismo y el racionalismo, que denominó idealismo trascendental. Como el racionalismo, afirma que es la razón la que genera el conocimiento, pero, como afirma el empirismo, este conocimiento se fundamenta en los datos de la experiencia. El positivismo Auguste Comte; defiende que solo pueden aceptarse aquellos enunciados que tienen una base empírica y que son resultado de los métodos rigurosos de la ciencia positiva, limita el conocimiento a la constatación de hechos observables. La escuela fenomenológica Edmund Husserl; afirma que percibimos objetos reales, pues las cosas se manifiestan a la conciencia tal y como son. Para lograr un conocimiento objetivo de la realidad, es preciso despojarse de todos los prejuicios e interpretaciones meramente subjetivas. La razón es capaz de descubrir lo que las cosas son esencialmente, los condicionamientos sociales, culturales, psicológicos… del sujeto. Por eso su lema es ir a las cosas mismas: a partir de la observación. La hermenéutica: Hans-Georg Gadamer; considera que las interpretaciones subjetivas y los prejuicios son inevitables, y que es preciso tenerlos en cuenta para saber cómo funciona el conocimiento humano y cómo se elaboran las ciencias naturales y, sobre todo, las ciencias humanas. El realismo metafísico En esta línea, el realismo afirma que podemos conocer la realidad. Ciertamente, el acto de conocer no produce un efecto externo al sujeto, sino que queda dentro de este enriqueciéndolo o perfeccionándolo. Pero eso no significa que sea imposible conocer las cosas que existen fuera de la mente. Conocemos la realidad de acuerdo con nuestras facultades —limitadas— e influidos por las circunstancias —históricas, culturales…— en que vivimos. Pero, gracias a nuestra capacidad de reflexionar críticamente sobre estas limitaciones y circunstancias, podemos superarlas y, así, dialogar con quienes no las comparten, alcanzando un conocimiento más amplio y razonado.

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