El empirismo y sus características

Veamos algunas tesis características de esta corriente filosófica.

  1. El problema fundamental de la filosofía es el del origen, alcance y validez del conocimiento. No hay otra fuente de conocimiento que no sea la experiencia. No existen ideas innatas.

  1. La experiencia, además de ser origen de los conocimientos, es también su límite: no podemos conocer lo que no proceda de nuestra experiencia, ni podemos conocer más allá de lo que hemos experimentado.

  1. El conocimiento consiste en ideas. En esto coinciden con los racionalistas, e igual que éstos los empiristas defienden que lo que directamente conocemos no son las cosas, sino las ideas de las cosas. Pero ninguno aceptó, como habían hecho los racionalistas, que Dios fuera la garantía de que a las ideas les corresponde una realidad extramental.

  1. Todos los contenidos de la mente, las ideas, proceden de la experiencia; pero en la mente no hay únicamente ideas simples (como la de mesa), sino también ideas complejas y abstractas, por ejemplo, la idea de igualdad o la de relación. Para explicarlo recurrieron al psicologismo.

  1. El empirismo tuvo también una importante dimensión práctica: les interesaron los asuntos políticos, religiosos, pedagógicos y morales (Ilustración).

  2. LAS BASES EMPIRISTAS DEL CONOCIMIENTO EN HUME

  3. Impresiones e ideas

  4. Como empirista, Hume partió del siguiente principio: todo contenido de la mente deriva de la experiencia, rechazando con ello cualquier atisbo de ideas innatas defendidas por los racionalistas desde Descartes.

  5. Hume no habla de ideas para referirse a los contenidos mentales, sino que emplea en su lugar el término percepciones. Todo cuanto hay en la mente, todo lo que conocemos es percepción, que Hume divide en impresiones e ideas. Las impresiones son los datos inmediatos de la experiencia. Las ideas, en cambio, son como copias o imágenes de las impresiones.De acuerdo con uno de los rasgos que considerábamos común a racionalistas y a empiristas, no hay contacto directo entre la mente y los objetos, sino que esa relación está mediada por las impresiones o las ideas. ¿En qué se distinguen impresiones e ideas? Se dan, según Hume, dos diferencias: 

  6. Asociación de las ideas

  7. Toda idea es copia o representación de una impresión o percepción originaria, pero siguiendo al hacerlo unas pautas generales de asociación que expresan tendencias naturales de la mente, semejantes a la fuerza de atracción de la gravedad establecida por Newton.Esta segunda manera de combinar ideas sigue unas reglas o leyes que se consideran iguales siempre y en todo lugar, y se conocen como principio de asociación de ideas. Hay tres leyes: Ley de semejanza, Ley de contigüidad en el tiempo o en el espacio, y ley de causa-efecto.

  8. Clases de conocimiento: “relaciones de ideas” y “cuestiones de hecho”

  9. Hume distinguió dos clases de objetos presentes ante la mente humana: relaciones de ideas y cuestiones de hecho.

  10. Relaciones de ideas. Este tipo de proposiciones se limita a operar sobre contenidos ideales, y su verdad no requiere, por tanto, de la experiencia. Se puede conocer su verdad por un simple análisis racional. Cuestiones de hecho. Son proposiciones que contienen datos o cuestiones de hecho (matteroffact), no expresan un conocimiento de necesidad lógica; es decir, podemos negar esas proposiciones sin incurrir en contradicción.

  11. APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS EMPIRISTAS: CONSECUENCIAS

  12. Una vez determinado el origen del conocimiento, sus contenidos y las relaciones de dependencia entre los mismos, Hume aplica esos principios generales para medir el alcance y el valor de los conocimientos humanos acerca de la realidad.

  13. Crítica de la idea de causalidad

  14.  La idea de causalidad es una idea compleja, constituida a su vez por dos ideas muy distintas entre sí, las de causa y efecto. No basta el simple análisis de la idea de causa para descubrir, a priori, que en esa idea está contenida la idea de efecto que se deriva de ella.Sabemos que toda idea deriva de una impresión, de la que es copia o imagen. Ambas ideas, la causa y el efecto, deben estar respaldadas por las correspondientes impresiones. Entre la llamada causa y el llamado efecto se dan, dice Hume, dos relaciones experimentables, que son la contigüidad y la sucesión; es decir, la causa y el efecto son espacialmente contiguos y la causa es temporalmente anterior al efecto. Ambas características están validadas por impresiones y en ese sentido son ideas legítimas.No obstante, las relaciones de contigüidad y de sucesión no son lo único que nuestra mente concluye en casos de experiencia. Hay que tomar en consideración una conexión necesaria, y ésta tiene mucha mayor importancia que las otras dos mencionadas arriba”. Esa tercera relación plantea un verdadero problema. El simple análisis de la causa no nos permite saber qué efectos producirá, ni el solo examen del efecto permitirá saber qué causa lo ha producido. Tampoco podemos encontrar esa idea de conexión necesaria en la experiencia, puesto que no encontramos la impresión originaria. Por otra parte, nosotros no reducimos el uso de la causalidad a hechos presentes y pasados. También extendemos el razonamiento causal al futuro, a hechos aún no sucedidos (que carecen de impresión). Que el futuro será como el pasado se basa en un principio que no es intuitivamente cierto ni demostrable. No hay argumentos de ningún género para probar la semejanza del futuro con el pasado.

  15. Ni en el análisis de la conexión necesaria ni en el de la semejanza del futuro con el pasado encontramos explicación racional. ¿A qué puede entonces atribuirse que hagamos inferencias causales pese a no encontrar las impresiones correspondientes? Una vez adquirido el hábito o costumbre de asociar uno de los objetos a otro, esa costumbre produce en nosotros una creencia que nos da la convicción de que, dada la causa, el efecto se seguirá necesariamente, y de que, dado el efecto, ha habido una causa productora.El análisis de Hume revela que el fundamento de la causalidad no es una razón científica, sino una creencia, o, lo que es lo mismo, un sentimiento, algo no racional.

  16. La crítica de las substancias: Dios, los cuerpos y el yo.

  17. La crítica humeana de la causalidad le sirvió de apoyo para su crítica a la posibilidad de conocer la existencia de la substancia infinita en la que creían los racionalistas, Dios: 

  18. La sustancia infinita: Dios

  19. Si se entiende a Dios como substancia divina, nos encontramos ante la imposibilidad de identificar una impresión que valide la idea de Dios. Por otra parte, los argumentos generalmente utilizados para demostrar su existencia se apoyan en la inferencia causal. Pero el valor de la causalidad ya ha sido analizado por Hume y reducido a una creencia derivada de la costumbre. Extendió también sus críticas a las otras dos sustancias admitidas por el racionalismo: los cuerpos y el yo o alma.

  20. La substancia corpórea: la materia

  21. Hume se preguntó de qué impresión derivaba la idea de substancia. Al no hallar ninguna afirmó que la idea de substancia corpórea no está justificada, carece de validez objetiva.. Las llamadas substancias extensas son solo una colección de cualidades particulares de las que tenemos las correspondientes impresiones. Ese “algo más” a lo que llamamos substancia y que suponemos da cohesión a esas cualidades y las hace permanecer juntas no es más que una manera de imaginarnos las cosas que creemos que existen fuera de nosotros. El mecanismo psicológico por el que aceptamos la substancia es básicamente el mismo que nos hacía inferir una conexión entre causa y efecto.

  22. La substancia espiritual: el yo o la mente.

  23. Concebir el yo como una substancia espiritual equivale a entenderlo como una realidad que subsiste de manera continuada, que es autoconsciente, idéntica a sí misma y simple. En esa realidad descansan y reciben cohesión los fenómenos psíquicos. No tenemos ninguna impresión constante e invariable. Por tanto, la idea del yo no puede provenir de ninguna de estas impresiones y tampoco de ninguna otra. En consecuencia, tal idea no existe, concluye Hume.

    LA BASE SENTIMENTAL DE LA MORALIDAD: EL EMOTIVISMO MORAL.

    La moral necesita disponer de un criterio, de una norma que nos permita juzgar las acciones como buenas o malas, virtuosas o viciosas. Desde los griegos se consideró que esa norma procedía de la razón.

    Es el sentimiento el que definitivamente decide nuestras valoraciones morales. La sentencia final que decide si una acción es merecedora de alabanza o de censura depende de un sentimiento natural de aceptación (para lo bueno) o de rechazo (para lo malo).Se trata de un sentimiento particular de placer y de dolor. La virtud produce un placer de tipo particular, así como el vicio provoca un dolor de tipo particular. el placer y el dolor que acompañan a la virtud y al vicio son desinteresados. Este es el rasgo específico del sentimiento moral.

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