El Dualismo Cartesiano: Sustancia Pensante, Mecanicismo y la Cuestión de la Libertad

Dualismo Antropológico, Mecanicismo y Libertad

Descartes separa la naturaleza humana en dos sustancias: la **sustancia pensante** o **alma** y la **sustancia extensa** o **cuerpo**. Dice que la característica principal de una es el **pensamiento** y de la otra la **extensión**, y que no se pueden reducir la una a la otra. Por lo tanto, Descartes defiende una perspectiva **dualista** del ser humano.

La Explicación Mecanicista del Mundo

Descartes explica que los atributos esenciales de la materia son la **extensión** o volumen, el **movimiento** y la **figura**. Todos los fenómenos naturales se pueden explicar como producidos por los movimientos de cuerpos en el espacio.

Dios ha creado el mundo a partir de la materia y lo ha dotado de movimiento. La cantidad de materia y movimiento permanecen constantes, puesto que Dios es inmutable y crea y conserva el mundo. Las características principales de esta explicación **mecanicista** de la realidad son que evita explicaciones finalistas o causas finales y que considera el mundo creado por Dios a partir de unas **leyes físicas necesarias**.

En este mundo no hay vacío y los cuerpos tienen la cualidad de la extensión. El espacio y el tiempo son relativos, ya que dependen del lugar que ocupa un objeto en el universo. No hay átomos porque toda materia extensa se puede dividir; el mundo es infinito, no hay pluralidad de mundos y todo está formado de la misma materia.

El movimiento se produce por contacto de un cuerpo con otro, y movimiento y reposo son solo diferentes estados de un cuerpo.

El origen del movimiento es **Dios**, que crea y conserva el mundo con una cierta cantidad de materia y **movimiento** (o energía), que no varía, sino que se transmite entre los cuerpos sin aumentar ni disminuir.

Las tres **Leyes del Movimiento** que permiten explicar todos los comportamientos de los objetos en el mundo físico, es decir, todos los fenómenos, son las siguientes:

  1. Cada cosa continúa siempre en el mismo estado de reposo o movimiento, y nunca cambia excepto por la acción de otro cuerpo. Todo cuerpo en movimiento tiende a continuar ese movimiento en línea recta. Si describe un camino circular, tiende a alejarse del centro del círculo.
  2. Si un cuerpo que se mueve encuentra a otro cuerpo, y tiene menos fuerza para continuar moviéndose en línea recta que el otro cuerpo, pierde su dirección sin perder movimiento. Si tiene más fuerza, arrastra al otro cuerpo.

El Dualismo Alma-Cuerpo y su Interacción

La teoría de las dos sustancias permite salvar la **libertad** dentro de su universo mecanicista. El ser humano es un compuesto de **pensamiento** y **materia extensa**.

Pese a esto, Descartes considera que alma y cuerpo están estrechamente unidos, aunque a la vez también dice que el alma, como ser pensante, es una sustancia totalmente diferente del cuerpo y puede existir sin él.

Por eso, el ser humano no depende de las leyes mecánicas de la física en su parte mental: es **libre**.

A pesar de ello, cuerpo y alma están muy unidos, como mezclados, y eso hace que podamos sentir dolor o producir ideas a partir de influencias de los cuerpos en los sentidos. En la parte más baja del cerebro se encuentra la **glándula pineal**, que es el punto de contacto en el que se produce la **interacción alma-cuerpo**. Descartes explica todas las operaciones de la mente o alma, excepto la de pensar, de forma mecánica, tales como: los olores, los sabores y demás cualidades por las que los objetos exteriores pueden imprimir varias ideas en el cerebro, o las pasiones interiores.

Pero la presencia del alma humana o mente es fundamental para distinguirnos de las máquinas o los animales.

Las Pasiones del Alma

La relación entre alma y cuerpo es como un combate entre las **pasiones** y la **razón** y la **voluntad** propias del alma. Las pasiones son percepciones, sentimientos o emociones que se dan en nosotros y afectan al alma, pero cuyo origen se encuentra en los cuerpos, en lo material.

Las pasiones se caracterizan por ser: **involuntarias e irracionales**.

Las **pasiones** son las percepciones, sentimientos o emociones del alma que relacionamos con ella y son producidas por algún movimiento de los “espíritus animales”, según Descartes. Son las percepciones, sentimientos y emociones causadas por el cuerpo y se tienen que distinguir de nuestras percepciones. Estas pasiones son buenas, pero el uso que hacemos de ellas puede ser malo. Es necesario controlarlas, ya que dependen de condiciones fisiológicas, para lo cual hay que controlar las causas que las producen. Y este control lo podemos hacer de modo indirecto por medio de la representación en la mente de cosas que habitualmente aparecen unidas a esas pasiones.

Pero las pasiones llevan a la acción por medio del **deseo** que producen, por lo que la moral tiene como principal función el control del deseo. Hay que distinguir a su vez entre un deseo bueno y uno malo. El deseo es bueno cuando se sigue de un conocimiento verdadero y malo cuando se sigue de un error.

La fuerza del alma consiste en su capacidad para controlar y dirigir las pasiones, que son buenas si se encauzan correctamente.

La Libertad y el Problema del Determinismo

Aceptar la posibilidad de poner nuestros conocimientos en duda, ser capaces de iniciar la **duda metódica**, implica descubrir un hecho evidente y fundamental: la **LIBERTAD** del ser humano.

El hombre es libre de forma clara tanto para poner en duda sus conocimientos como, en el ámbito moral, para actuar y juzgar si sus comportamientos son correctos o incorrectos, para hacer juicios sobre su conducta.

Tras haber demostrado la existencia de Dios, se presenta un problema. Vemos que a veces los hombres cometen errores y afirman como ciertas cosas que son falsas. Pero el **error** no puede provenir de Dios, que es omnisciente y perfecto. Sabemos que el error procede del uso incorrecto de la **voluntad** humana, que se extiende más allá de los límites que el entendimiento o mente le representa.

Sin embargo, esto parece incompatible con la idea de la **Presciencia Divina** o **Predeterminación**. Dios no permitiría el error. Descartes tiene varias opiniones al respecto.

En primer lugar, Descartes considera que el hecho de que nuestra decisión esté condicionada no hace que sea mejor o peor. De hecho, si nuestra decisión se inclina por actuar condicionada por la razón, será más correcta, aunque aparentemente sea menos libre. Del mismo modo, si la decisión se toma determinada por la gracia o voluntad divina, que dirige la acción a lo correcto, también será más libre.

Hay que tener en cuenta que las acciones humanas se realizan por razones, causas y motivos y, si los hombres fuéramos infalibles en nuestra razón, probablemente sabríamos con seguridad todo lo que va a pasar. Lo que ocurre es que nos resulta imposible conocer toda la cadena de causas y razones que inciden en las acciones y decisiones y que hacen que se produzcan. Pero eso no quiere decir que esas acciones no sean libres.

Hay que tener en cuenta que la plena **libertad** viene cuando elegimos y tomamos decisiones cuando el entendimiento tiene **ideas claras y distintas** sobre lo bueno y lo malo y dirige a la voluntad. Entonces la voluntad elige con plena libertad.

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