Descartes y Ortega: Razón, Duda y Perspectiva Vital en la Filosofía Moderna

La Revolución Filosófica de Descartes: Razón y Método

De la lógica, Descartes criticó tres aspectos fundamentales: su argumentación no sirve para aumentar el conocimiento, sino para explicar lo ya sabido; se puede utilizar para hablar sin fundamento de lo que no se sabe; y está mal organizada, combinando reglas correctas y adecuadas con otras inadecuadas o innecesarias.

Tanto el análisis como el álgebra abordan el mismo campo de investigación, aunque lo hagan de modo diferente. El análisis, debido a su deficiente notación numérica, debía recurrir a la representación geométrica para formalizar magnitudes. El álgebra heredó y perfeccionó la notación numérica india con la inclusión del cero; sin embargo, la notación que utilizaba era extraordinariamente compleja, y fue el genio de Descartes quien introdujo la claridad y precisión definitivas.

Descartes tomó del análisis geométrico la inmediatez de la representación espacial y del álgebra la precisión en la medida y relación entre magnitudes. Al aplicar el álgebra a la geometría, creó, al igual que Fermat (aunque ambos de manera independiente), la **geometría analítica**.

Descartes buscaba para su método universal la mayor simplicidad posible, el ideal de la ciencia: deducir de unos pocos principios fundamentales todas las demás explicaciones. Él aspiraba a lo mismo en su método. Unas pocas reglas o preceptos serían suficientes, siempre y cuando se siguieran estrictamente, a diferencia de lo que ocurría en la lógica de su tiempo.

El Método Cartesiano y el Cogito

Descartes llega al descubrimiento del *cogito* mediante el procedimiento de la duda.

El objetivo fundamental de Descartes es el logro de la verdad filosófica mediante el uso de la razón. La razón es la única facultad de conocimiento que puede conducir al hombre al conocimiento de la verdad, y su poder radica en la capacidad de sacar de sí misma las verdades primeras y fundamentales (llamadas **ideas innatas**), a partir de las cuales, y por deducción, es posible obtener todas las demás y construir el sistema del mundo. La razón, dejada a sí misma, es infalible; sin embargo, puede errar si se deja arrastrar por los prejuicios, las pasiones, la influencia de la educación, la impaciencia y el deseo excesivamente urgente de obtener resultados. De ahí la importancia y necesidad de un método, definido como un conjunto de reglas que conduzcan a la razón al empleo correcto de sus dos operaciones naturales: la intuición y la deducción. Este método consiste, sobre todo, en orden y en un conjunto de reglas que, de forma resumida, son:

  • La evidencia
  • El análisis
  • La síntesis
  • La enumeración

La observancia del primero de los preceptos de su método supone el uso de la **duda metódica**, que será, sobre todo, su criterio de verdad. Es decir, debemos someter sistemáticamente a duda todas las opiniones que ya poseemos para poder descubrir aquello que es indudable y que, en consecuencia, puede servir de cimiento al edificio de la ciencia.

Y lo indudable es lo evidente de modo inmediato, lo dado en la intuición, lo **claro y distinto** y, por lo tanto, verdadero.

Descartes aplica la duda en tres momentos consecutivos con un grado de creciente radicalidad: primero, duda de la forma en que los sentidos nos muestran la realidad; segundo, de la forma en que los hombres realizan los razonamientos matemáticos; y, posteriormente, de la existencia del mundo como tal, basándose en la imposibilidad de distinguir con precisión entre los pensamientos que tenemos despiertos y los que tenemos mientras dormimos.

Tras la aplicación de la duda universal metódica, ¿qué es lo que queda? La duda. Y la duda es una actividad del pensar. Luego, si dudo, hay algo de lo que no puedo dudar: que estoy pensando. Y si estoy pensando, hay alguien que piensa, que soy yo. No hay pensamiento, según Descartes, sin un sujeto que piense. Ajustándose a la primera regla del método, Descartes encontró la primera evidencia, la más importante: **“Pienso, luego existo”** (*Cogito, ergo sum*).

Esta formulación se presta a entenderla como una deducción, pero no es así, y Descartes lo niega taxativamente. No hay una deducción de la existencia del yo a partir del pensamiento, sino una intuición del yo en la actividad misma del pensar, una intuición intelectual, no empírica. El **“yo pienso”** cartesiano no es un yo empírico, ni siquiera un yo universal.

Con el **“yo pienso”**, Descartes se refiere a las leyes del pensar. La existencia del yo es una existencia en la mente, o más precisamente, la existencia de la mente misma, la mente como ámbito de la verdad. Solo es verdad aquello que se adecue a las leyes de la mente. Descartes toma al *cogito* como el punto de partida de su método, como la verdad más importante, a partir de la cual construirá su sistema filosófico siguiendo un orden deductivo, tal como se indica en la regla tercera. El término **Principio** tiene aquí el doble significado de origen y fundamento.

La Sustancia Pensante: El Yo Cartesiano

Se trata de la deducción de la sustancia pensante. Esta deducción se realiza de dos maneras:

  • De forma **positiva**: el pensar implica la existencia del yo, y el fingir es una forma del pensar. Descartes advierte que puede fingir que no tiene cuerpo o que no hay mundo, pero no puede fingir que él no es, pues fingir no es sino imaginar algo distinto de lo que es. Descartes plantea esta suposición porque del cuerpo, cuando está en estado de equilibrio, no tenemos conciencia; solo la tenemos cuando hay desequilibrio y, en consecuencia, dolor, hambre, etc.
  • De forma **negativa**: si no hay pensamiento, es imposible afirmar la existencia del yo. No se puede pasar de la existencia del mundo a la existencia del yo; es un camino inválido para el conocimiento.

A continuación, Descartes define el yo o el alma como una sustancia cuyo atributo principal es el pensamiento. El alma se define como **sustancia pensante** (*res cogitans*). A Descartes no le basta con deducir el yo a partir de la mente, sino que necesita demostrar que el yo, el alma, es una realidad en sí, que existe en la realidad. Por eso la define como sustancia.

Esta definición conlleva un **dualismo antropológico**. Para Descartes, alma y cuerpo son sustancias enteramente distintas, con dos atributos esencialmente diferentes: el alma, el pensamiento; y el cuerpo, la extensión. Las razones que aduce son la mayor facilidad de conocimiento del alma y su independencia respecto del cuerpo.

La Existencia de Dios en la Filosofía Cartesiana

Descartes utiliza el argumento de la causalidad para demostrar la existencia de la idea de Dios en la mente.

El argumento comienza con la advertencia que Descartes hace sobre la existencia en su mente de la idea de un ser omniperfecto.

Como él no es un ser perfecto (porque duda, y dudar es una imperfección), Descartes se pregunta qué naturaleza más perfecta que él ha podido poner en su mente esa idea.

Se trata de una argumentación negativa en la que va rechazando las posibles causas de esa idea:

  • La idea de un ser omniperfecto no es una **idea adventicia** (la que proviene de la experiencia), porque la perfección de las ideas adventicias no es superior a la perfección de mi mente, y su imperfección se corresponde con la nada, o lo que es lo mismo, con un defecto de mi mente.
  • En segundo lugar, no puede proceder de la nada, porque es contradictorio.
  • Y en tercer lugar, no es una **idea facticia**, no puede proceder de mí, que soy un ser imperfecto; y un ser imperfecto no puede producir la idea de un ser perfecto.

Por tanto, si la idea de un ser omniperfecto no puede venir del mundo ni de mi mente, la única posibilidad que queda es que provenga de una naturaleza tan perfecta como esa idea. Y esa naturaleza es Dios. Dios ha sido quien ha puesto en mi mente la idea de un ser omniperfecto. Luego, Dios existe.

Esta argumentación cartesiana se basa en dos principios de la escolástica medieval: **“De la nada, nada sale”** (*Ex nihilo nihil fit*) y **“La causa no puede ser inferior al efecto”**, es decir, debe contener al menos toda la perfección del efecto.

Conceptos Clave en la Filosofía Cartesiana

  • Pensar

    Según Descartes, por pensar “entiendo todo aquello que acontece en nosotros de tal forma que nos damos cuenta inmediatamente de ello; así pues, no solo entender, querer, imaginar, sino también sentir es considerado aquí lo mismo que pensar” (*Los Principios de la Filosofía*). Y en las *Meditaciones metafísicas* dice: “¿qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina también, y que siente”. Con el pensamiento, Descartes se refiere a toda la actividad mental consciente del sujeto. El pensamiento es el atributo principal de la sustancia pensante (*res cogitans*).

  • Idea

    Aquello en lo que pensamos, el resultado de la actividad de pensar. Cuando la mente piensa, lo que piensa son ideas. La idea es también la misma cosa concebida o pensada, en cuanto está objetivamente en el entendimiento. Las ideas pueden considerarse desde dos aspectos: como actos mentales y como contenidos objetivos de la mente. Como actos mentales, todas tienen la misma importancia. Como contenidos de la mente, las ideas se dividen en **adventicias** (proceden de la percepción sensible), **facticias** (son invenciones de nuestra imaginación) e **innatas** (emanan de la razón misma y no de la experiencia sensible). Estas últimas son las más importantes, porque solo ellas son claras y distintas.

  • Método

    Según Descartes es el conjunto de “reglas ciertas y fáciles, cuya exacta observancia permite que nadie tome nunca como verdadero nada falso, y que, sin gastar *inútilmente ningún esfuerzo de inteligencia*, llegue, mediante un acrecentamiento gradual y continuo de ciencia, al verdadero conocimiento de todo lo que sea capaz de conocer”. Todo método debe contener un conjunto de reglas o procedimientos que permitan descubrir la verdad. Por un lado, el método se opone al azar —que carece de orden— y, por el otro, a la demostración —que no busca descubrir la verdad, sino solo la razón de por qué algo es verdadero. El método se entiende como descubrimiento, y no como mera exposición.

  • Duda

    La duda es vacilación, irresolución; es la indecisión ante una creencia o conjunto de creencias. Puede ser de tres tipos: **vital**, **escéptica** y **metódica**. La duda escéptica es una duda como actitud, propia de aquellos que piensan que no puede alcanzarse la verdad; la duda vital es una duda concreta, que se nos plantea con frecuencia ante las diversas alternativas entre las que tenemos que elegir; la duda metódica es solo un procedimiento para llegar a la verdad. La duda cartesiana no es escéptica ni vital, sino metódica.

Conceptos Fundamentales en la Filosofía de Ortega y Gasset

  • Dimensión Vital

    Se refiere al carácter histórico, concreto y perspectivista que tiene todo el conocimiento. Como la vida, el conocimiento es propio de un sujeto individual, inserto dentro de una circunstancia histórica determinada y referido a una parte de la realidad que solo ese sujeto puede captar. No hay vida general, sino vida concreta. Lo que se dice del conocimiento también puede aplicarse a la verdad y a la filosofía. No es posible una verdad inmutable, porque eso sería abstraerse de la vida.

  • Generación

    Aproximadamente 15 años, en los que está vigente una forma de vida. Cada generación está constituida por una fecha central y 7 años antes y después. Los que pertenecen a ella se llaman **contemporáneos**, frente a los **coetáneos**, que son los que tienen la misma edad pero viven en el mismo tiempo. Hay dos tipos de generaciones: 1. **Decisivas**: son las que hacen cambiar las épocas históricas o que viven el cambio entre las épocas históricas. 2. Las **no decisivas** constituyen el resto.

  • Historia

    La vida humana es algo que no está hecho, es decir, algo que nos sucede y se está desarrollando, por tanto, algo histórico. Dice Ortega: “El hombre no tiene naturaleza, sino que tiene historia”. El hombre es básicamente un proyecto que se dirige al futuro, que parte de un pasado. El carácter histórico de la vida humana implica responsabilidad y autenticidad.

  • Punto de Vista

    Lugar desde el que contemplamos algo. Según sea el lugar que ocupemos, así será la visión que tendremos del objeto. El lugar determina y limita lo que vemos del objeto. En filosofía, el **punto de vista** hace referencia al conocimiento y la realidad captada a través de él. Para Ortega, es una doctrina fundamental que tiene un doble carácter: **epistemológico** y **ontológico**.

    No es posible un conocimiento absoluto, porque todo conocimiento es el conocimiento de un sujeto que se halla en un lugar y momento determinado.

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