Derecho empleo

VIDA (1818-1883) Nacíó en Alemania y murió en Londres. Comenzó estudiando Derecho, pero lo abandonó para estudiar Filosofía. Por sus ideas políticas tuvo que exiliarse de Alemania y refugiarse en París donde conocíó a Engels con quien escribiría varias obras. Expulsado de Francia, redactaron juntos en Bruselas el Manifiesto Comunista en 1848. Tiene que huir del continente y se refugia en Londres, donde seguirá su tarea política y filosófica. Será partícipe en la creación de la I Internacional junto con Bakunin con quien tendrá serias discrepancias. Además, continuará su labor filosófica hasta su muerte en 1883.

OBRAS MAS IMPORTANTES:

Manifiesto del partido comunista, La ideología alemana, El Capital.

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO Y EL PROBLEMA DEL SER HUMANO


Para Marx, el auténtico conocimiento es la praxis, la actividad teórico-practica a través de la cual el ser humano transforma la realidad. La praxis sigue un proceso dialéctico que implica utilizar el entendimiento que transforma racionalmente la realidad en la mente o pensamiento como actividad teórica, para después aplicar la sensibilidad activa que transforma empíricamente la realidad en algo racional de forma concreta, la actividad práctica. Por ello, sólo se podrá afirmar la verdad de lo pensado cuando se haya realizado en el mundo. Toda teoría únicamente especulativa (abstracta) de la realidad es, por tanto, falsa («Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”). Según Marx, el ser humano se realiza como tal al transformar la realidad y humanizarla haciéndola racional, cumpliendo su praxis. En Marx, la realidad externa existe como forma social producida por el trabajo humano y no como algo natural. Además, Marx afirma que las relaciones sociales (de esclavitud, de vasallaje, de explotación, de igualdad) son relaciones existenciales, pues posibilitan y condicionan concretamente la existencia de cada individuo y de ellas depende cómo será su vida.
Una sociedad será justa si permite a todo ser humano cumplir libremente esta praxis desarrollando con ello su racionalidad en condiciones de igualdad.


EL PROBLEMA DE LA REALIDAD Y LA SOCIEDAD1 La realidad para Marx se construye y fundamenta en la relación dialéctica de dos elementos materiales, ser humano y naturaleza, que se realiza en un proceso de producción determinado (histórico-social). La realidad es pues la realidad social, la sociedad, y será estudiada por el Materialismo Histórico. Para Marx toda sociedad se compone de una estructura básica compuesta de dos elementos: la base económica, que es el modo en que se organiza la producción material, y la Superestructura, que es el conjunto de leyes, ideas y costumbres, la cultura, que surge de dicha forma de producción. La relación entre esta base económica y la superestructura es dialéctica influyéndose mutuamente. Por supuesto, la base económica puede cambiar y eso ocurre cuando surgen una serie de contradicciones que, alcanzado un determinado nivel, harán que la sociedad entre en crisis. Estas contradicciones son una negatividad surgida del sistema, elementos irracionales que contradicen la racionalidad del mundo creado desde el sistema, y se traducen en condiciones necesarias para su transformación (para hacer la revolución). Estas condiciones son tanto condiciones objetivas, elementos irracionales que se encuentran dentro del sistema de producción económico, como condiciones subjetivas, por las que un grupo humano debe tomar conciencia de las injusticias y contradicciones del sistema vigente y realizar la revolución.

Precisamente, frente a esta toma de conciencia de la injusticia del sistema, la superestructura genera un mecanismo de defensa que es la Ideología. La Ideología es una falsa conciencia, un conjunto de ideas, que justifica y busca mantener la realidad tal y como es, impidiendo su transformación, haciendo que los individuos formen teorías falsas sobre sí mismos y sobre el mundo. Una forma importante de Ideología, aunque no única, es la religión. Se produce, según Marx, una alienación religiosa pues el ser humano pone en Dios y “otro mundo”, todo ello inventado, aquello que él mismo tendría que ser y realizar, y encuentra así consuelo para su vida sin intentar cambiar este mundo. La religión es Ideología porque justifica y mantiene la irracionalidad de la realidad concreta, impidiendo tomar conciencia de su necesaria y posible transformación, prometiendo la racionalidad en “otro mundo” ultraterreno ya realizado (“la religión es el opio del pueblo


Para Marx, por tanto, la tarea de la filosofía será analizar la realidad social concreta y por ello pasará a estudiar la forma social actual, el Capitalismo, afirmando que en él el ser humano no puede desarrollar libremente su praxis y por tanto llevar una vida digna y feliz.

La sociedad capitalista se divide en clases sociales y Marx señala que surge una contradicción fundamental entre las dos principales: burguésía y proletariado. La burguésía tiene la propiedad privada de los medios de producción, y el proletariado sólo posee su fuerza de trabajo, su praxis, que tiene que vender a la propia burguésía para sobrevivir. Se da de esta manera la explotación de una clase sobre otra y con ella la lucha de clases.

Esta explotación en el Capitalismo se fundamenta en la Alienación en el trabajo. La alienación en el trabajo consiste en que el valor del producto realizado por el trabajador, que debería identificarse con el valor que le otorga el trabajador y los medios de producción utilizados, no pertenece al obrero ni sirve para mejorar el mundo, sino que lo establece, pertenece y beneficia al capitalista. El salario no paga el trabajo realizado sino sólo la fuerza de trabajo, la cantidad necesaria para que el obrero pueda volver a trabajar y ser explotado otra vez. Así, la praxis del trabajador, y con ella su propia humanidad, es utilizada como un “medio” para conseguir un beneficio para el capitalista, la plusvalía, y no para crear un mundo más humano. La Alienación se produce porque la capacidad de transformación del mundo del trabajador, su praxis, no sirve para humanizar el mundo y hacer de él un lugar mejor, más racional, sino que sirve para mantener el capitalismo y su propia explotación y opresión. Por todo ello, en el capitalismo el proletariado es la negación de lo humano y de la racionalidad del sistema que le obliga a vender su praxis y no poder realizarse como auténticos sujetos racionales.


Es,por tanto, necesaria la superación del capitalismo y el final de la sociedad de clases, es necesaria la Revolución. Efectivamente, la única forma para poder emanciparse es hacer la revolución y superar con ella el capitalismo, que impide el desarrollo de la humanidad. El interés del proletariado es, por tanto, universal porque si se libera él también libera a todos pues implica el final de la sociedad de clases y de la explotación del hombre por el hombre. Para que la realización de la revolución sea posible, el proletariado deberá adquirir una conciencia de clase que le haga comprender su propia alienación y que debe hacer la revolución para emanciparse, superando así la Ideología dominante. Con la revolución serán socializados los medios de producción y comenzará tras lo que Marx llamó la “prehistoria de la humanidad”, una nueva era, la verdadera historia de la humanidad, donde los sujetos podrán desarrollar su praxis y ser realmente        ESQUEMA ->

EL PROBLEMA DEL SER HUMANO Y EL CONOCIMIENTO – PRAXIS: LO PROPIO DEL SER HUMANO

Conocimiento como Actividad Teórico-Práctica

Proceso dialéctico * *Criterio de Verdad: praxis.

Relaciones sociales = Relaciones existenciales

Realización humana: humanizar el mundo y cumplir la praxis.

EL PROBLEMA DE LA REALIDAD Y LA SOCIEDAD: POLÍTICA

REALIDAD ES UNA RELACIÓN DIALÉCTICA HOMBRE Y NATURALEZA

 Realidad = Sociedad – MATERIALISMO HISTÓRICO

Base Económica (producción material) y Superestructura (ideas sociales)

 Relación Dialéctica entre ambas

Contradicciones / Negatividad del sistema +
Condiciones Necesarias para la Revolución – Objetivas: economía – Subjetivas: conciencia grupo social

Ideología +
Falsa Conciencia justifica la sociedad +
Interés de la clase dominante

Alienación Religiosa +
Dios como invención +
Religión como consuelo. –

CAPITALISMO



  Impide Libertad y Felicidad

 Clases Sociales +
Burguésía y Proletariado. +Explotación + Lucha de clases. *  

Alienación

*  Hombre se realiza en el trabajo (praxis)

 Alienación: reproducción del capitalismo + Valor +Salario y Fuerza de trabajo +
Plusvalía

 Praxis no humaniza el mundo

Revolución –

PROLETARIADO COMO NEGACIÓN DE LO HUMANO: REVOLUCIÓN



 Praxis traicionada

 Interés universal: revolución.

 Conciencia de clase

Socializar los medios de producción: Historia de la humanidad libres.


La justicia como equidad como hemos visto, las leyes que organizan nuestra vida en común solo resulta aceptables cuando son justas. Este criterio a simple vista parece evidente, pero aclarar con precisión en qué consiste la justicia no es tarea fácil.

La teoría de Rawls sobre la justicia podemos encontrar una propuesta para precisar el contenido de la justicia en la obra del filósofo estadounidense John Rawls. La idea de Rawls parte de una situación imaginaria que nos ayuda a entender como deberían establecerse las normas para que sean justas. 
Supongamos que todas las personas que van a convivir en una determinada sociedad tuvieran que ponerse de acuerdo para crear las reglas de su vida en común. ¿Cuáles crees que deberían ser esas normas?
Un experimento imaginario tal vez una pequeña historia puede servir para aclarar cómo entiende Rawls el proceso por el que se elaboran las normas.
Imagina que un genial inventor hubiera logrado crear una máquina prodigiosa, capaz de desintegrar a las personas para recomponer las después con otra vida y otro cuerpo distinto. Cuando alguien entra en esta máquina no puede saber cuál es el tipo de persona en el que se va a convertir.
Después de pasar por ella te puedes transformar en alguien muy viejo, o tal vez en un recién nacido. Puede que este proceso haya cambiado tu sexo, color de piel, tú creencias religiosas, tu situación económica, tu salud entre otras.
Esta máquina revolucionaria podría ser muy útil para garantizar la justicia de las normas sociales. Las reglas de convivencia en tendría que establecerse mediante el acuerdo y el diálogo entre todos, pero teniendo en cuenta una importante condición.
Una vez elaborada las normas, todas las personas están obligadas a pasar por la máquina. Así, Nike sabría cuál es la situación posición en la que se va a encontrar en esta nueva sociedad

¿Qué reglas aceptaríamos en estas condiciones?


como no sabemos en qué tipo de persona nos vamos a convertir después de pasar por la máquina, lo lógico es que todos nos pongamos de acuerdo en establecer normas justas e imparciales, que beneficien a todo el mundo y que no nos resulte perjudiciales en caso que nuestra vida resulte desfavorable.


En este caso, lo lógico sería que las normas tratasen a todos de manera equitativa, aunque también podría aceptarse cierto grado de desigualdad, siempre que la diferencia entre las personas sirvan para mejorar la situación de los más desfavorecidos.

Puesto que esta máquina aún no ha sido inventada coma lo que Rawls nos propone es que a la hora de la elaborar las normas actuemos bajo un velo de ignorancia, es decir, como si realmente no supiéramos cuál es el papel o la situación ya que nos vamos a encontrar en la sociedad.
Para eso es necesario que nos olvidemos de nuestras circunstancias particulares, desde un punto de partida que Rawls denomina la posición original, y que nos comportemos como si no supiese os el tipo de personas que vamos a ser en la sociedad que estamos construyendo.
 Según Rawls, esta ficción puede servirnos a la hora de acordar las normas de convivencia para actuar de forma justa, imparcial y equitativa.
la teoría de la justicia de John Rawls nos propone un procedimiento para elaborar normas equitativas, prescindiendo de nuestras circunstancias personales y actuando como si no supiéramos cual es el tipo de vida que nos va a corresponder en la sociedad

La justicia como equidad de Rawls   hace compatibles dos principios

Diferencia trato preferente a los mas desfavorecidos para establecer igualad   

Igualdad:+ todos deben tener las mismas oportunidades

+todos deben gozar de las mismas libertades 


Sigmund Freud este psiquiatra vienés ha tenido una gran influencia en su época y durante todo el Siglo XX, y su concepción del ser humano se ha reflejado ampliamente tanto en el mundo de la terapia, en el psicoanálisis, como en el mundo intelectual y en el literario. El ser humano en Sigmund Freud Para Freud el psiquismo humano está formado por tres instancias o estructuras: A) El <<ello>> engloba las dos pulsiones primarias, irracionales y amorales de la naturaleza humana no controladas por la conciencia: las sexuales y de autoconservación (Eros), y las agresivas o de destrucción (Thanatos); algunos rasgos hereditarios y los deseos reprimidos del sujeto. El <<ello>> está regido por el <<principio del placer>>. B) El <<superyó>> es la estructura inconsciente compuesta por el conjunto de normas, prohibiciones y amenazas morales que el ser humano adquiere desde que nace; es lo que se denomina la conciencia moral de la persona; el <<superyó>>se opone a los impulsos primitivos del <<ello>> cuando estos entran en conflicto con la moralidad. C) El <<yo>> es la instancia que media entre el <<ello>> la realidad exterior. Posee un papel regulador y trata de ajustar las pulsaciones del <<yo>> a las exigencias del <<superyó>>. Busca satisfacer los impulsos y pulsiones del <<ello>> sin provocar conflictos con las creencias del individuo. Se rige por el <<principio de realidad>>. Para Freud, el ser humano no es, pues, principalmente un ser racional sino un ser de pulsiones y de deseos de su inconsciente, tanto en su estructura como en su desarrollo. El sentido de la libertad humana El ser humano se convierte, en el pensamiento de Freud, en un ser determinado psíquicamente, al estar dirigido por pulsiones de carácter inconsciente y al poseer también la misma condición, el <<superyó>>. Sus actos responden a una motivación inconsciente, de tal manera que no queda apenas espacio para la libertad: el ser humano freudiano es prácticamente un autómata instintivo al servicio de pulsiones, más o menos latentes. Hablar de libertad en un ser dirigido desde el inconsciente parece un juego de palabras, aunque eso vaya en contra de la terapia psicoanalítica aplicada por Freud, y por sus seguidores, para liberar el inconsciente y cuyo objetivo es acrecentar el dominio consciente del sujeto sobre su vida psíquica y así aumentar su libertad. Ese camino de liberación parece demasiado limitado, porque el <<yo>> permanece bajo la influencia de un conjunto de fuerzas innatas y el <<superyó>> no es otra cosa que el conjunto de presiones que provienen del medio sociofamiliar, con lo que no parece que el ser humano sea el dueño de su propia casa.


La sociabilidad humana Para Freud, la socialización es un proceso claramente represor del ser humano. Es la socialización la que provoca la aparición del <<superyó>>, que surge cuando el niño comienza a aceptar las pautas sociales que le van a permitir vivir en comunidad. A partir de ese momento, las normas morales de la sociedad interiorizadas en el <<superyó>> se oponen a los impulsos primitivos, el <<ello>>, y la represión de esos deseos se convierte en el principal mecanismo de defensa del individuo para integrarse en la sociedad. Es, entonces, la represión el principal mecanismo para forjar la personalidad social de los seres humanos. Las necesidades biológicas de supervivencia y de conservación de la especie solo se pueden cumplir en sociedad; el ser humano solo puede ser tal viviendo en sociedad y es inimaginable al margen de la misma. Y es esa sociedad la que establece que es lo bueno y que lo malo para armonizar la convivencia de los que pertenecen a ella, que es lo prioritario. La convivencia exige sacrificios muy crueles: todo aquello que no esté específicamente destinado a ella en la conducta del individuo, está prohibido; y la presión es tan fuerte que no se limita a manifestarse mediante leyes, sino que se introducen en el mismo individuo, (el <<superyó>>) como vigilante interno para convertirse en su mismo represor. La sociedad, la cultura de la sociedad, de cualquiera de las sociedades sin que pueda vivir el ser humano, es la causa de la pérdida de la autenticidad, de la individualidad. El ser humano es lo que le deja ser la cultura de la sociedad en la que vive, cuya finalidad no es la felicidad de los individuos sino la convivencia entre los mismos que solo se logra mediante la represión de sus anhelos más fuertes. Y es el propio hombre el que forja sus cadenas porque, por su propia condición, depende de los demás en mucho mayor grado que el resto de los seres.


TEORÍAS JURÍDICAS


 

Los fundamentos del derecho


Siempre que nos topamos con una norma, sobre todo si no nos gusta, bien porque la consideramos injusta o bien porque entendamos que perjudica nuestros intereses (a veces, abusamos y queremos hacer coincidir ambas cosas), nos preguntamos: ¿Quién ha inventado esta norma? , o bien ¿de dónde procede?; es decir, nos interrogamos por su origen. En resumen, los seres humanos han pensado en tres posibles orígenes para las normas: la divinidad, la naturaleza y el ser humano. Así, hablamos de ley divina, de ley natural y de ley positiva o humana, respectivamente. Lo mismo podemos hacer con ese conjunto de normas al que llamamos <<derecho>>: ¿Cuál es su fundamento? En la filosofía del derecho se han propuesto tradicionalmente dos tipos de respuestas sobre el origen del derecho y del conjunto de leyes que lo constituyen: –> El  iusnaturalismo jurídico: el derecho y las leyes que lo constituyen tienen un origen natural. Esta opción es la que se defiende desde la perspectiva del derecho natural, del que se derivan las leyes naturales como normas inmutables y universales. –> El convencionalismo jurídico: el derecho y las leyes que lo constituyen tienen un origen convencional, fruto de acuerdos en la sociedad del momento. Está posición parte de la observación de que las leyes cambian de un lugar a otro y con el tiempo, y, por tanto, solo sirven para un determinado contexto social e histórico.

Iusnaturalismo


El iusnaturalismo jurídico se opone a las distintas clases de convencionalismo. Quienes defienden esta doctrina consideran que el derecho emana directamente de nuestra propia naturaleza como seres racionales y que los derechos y los deberes que lo constituyen deben aplicarse a toda la humanidad, en todo tiempo y lugar. Un importante representante de esta corriente fue el filósofo inglés del Siglo XVII John Locke. Según este pensador, existe una serie de derechos inalienables sin los cuales no se podría vivir en paz y alcanzar la justicia. Los derechos naturales que propone Locke son: la libertad del individuo, la garantía de la propiedad privada y el derecho a la justicia, entendida esta como igualdad ante la ley y seguridad de la persona. Este también sería el punto de vista desde el que se considerarían los derechos reconocidos en la declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, consecuencia de la Revolución Francesa de 1789, así como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de la ONU en el año 1948, como exigencias que derivan de nuestra naturaleza.


Convencionalismo y positivismo jurídicos


Ya hemos visto que en la sofística se consideraba que las leyes eran convencionales, es decir, consecuencia de los acuerdos y de la voluntad de los seres humanos, además de ser relativas a cada sociedad. Dado que no se pensaba que las leyes fuesen naturales, tampoco se creía que fuesen intemporales. Así, en aquella época ya reconocían y recordaban a algunos legisladores atenienses notables, como el severo Dracón, por el que todavía decimos de alguna norma que es <<draconiana>>, es decir, muy dura cuando obliga a su cumplimiento, o el justo Solón, uno de los Siete Sabios. El positivismo jurídico, representado principalmente por el austríaco Hans Kelsen (1881-1973), es una evolución histórica del convencionalismo. Kelsen pensaba que el ser humano no podría ser feliz sino encontrar la justicia, que solo se hallaría en la organización de la sociedad, para lo que sería necesario imponer un código de leyes adecuado. Según el positivismo jurídico, el derecho es producto de la historia y se expresa como un conjunto de reglas, llamadas <<leyes positivas>>, que son las que en un determinado momento y en una sociedad concreta están vigentes. Por ejemplo, supongamos que un centro educativo tiene, cuando comienza el curso, un código de normas por el que ordena las relaciones en el centro, pero a mitad de curso se decide cambiar ese código; pues bien, el derecho no es ni uno ni otro para siempre, si no el que está vigente en cada momento. 

La ética de Kant Este filósofo del Siglo XVIII participó plenamente de los ideales de la Ilustración. Consideraba que la humanidad había vivido hasta esa época en una <<minoría de edad>> , sin ejercer su libertad y sometida a la opresión política y de conciencia o religiosa. Frente a esta situación propuso como lema <<atreverse a pensar siempre por sí mismo>> y este era, para él, el espíritu esencial de la Ilustración. Pensar por sí mismo consiste en buscar el fundamento de todo en la razón. Solo de esta forma el ser humano se liberará de la superstición y podrá ejercer su libertad. Al aplicar estos ideales a la moral, afirmará que los valores, las normas morales, no se le pueden imponer al ser humano desde fuera –esto sería eliminar su libertad y por lo mismo su dignidad– sino que tienen que provenir de él mismo, de su propia razón.


Es el ser humano el que tiene que darse a sí mismo su propia ley y solo obrará bien cuando obedezca los mandatos que proceden de su propia razón, cuando obedezca las normas que se da él a sí mismo, cuando sea autónomo. Obedecer mandatos que proceden de <<otro>>, aunque este otro sea Dios, no es moral, porque es incompatible con la dignidad humana; es ser heterónomo. El deber proviene, pues, de la razón, y obrar moralmente consiste en cumplir la ley por respeto a la ley misma, en cumplir el deber porque es deber. La bondad o malicia de las acciones depende de la intención de la voluntad al actuar. Si el ser humano al actuar posee una motivación distinta de la del puro cumplimiento del deber su actuación no será moralmente buena, por no ser racional, y eso aunque cumpla la ley. Las motivaciones no racionales corrompen el orden moral haciendo brotar imperativos hipotéticos dónde habrían de darse imperativos categóricos. Kant lo dice de una forma muy gráfica: <<solo es buena una buena voluntad>>. Consecuentemente, su moral es una moral formal en la que lo importante no es tanto <<lo que>> se hace, el contenido, sino la intención, la <<forma>>, el cómo se actúa. Solo una ética autónoma, una ética donde el ser humano se da a sí mismo la ley es compatible con su dignidad. Al obedecer a otro, el ser humano se convierte en un instrumento al servicio del otro, en un <<medio>> para el <<fin>> que es el otro, y el ser humano solo posee dignidad —imprescindible para comportarse bien moralmente– cuando el mismo es el <<fin>> de su comportamiento, cuando al actuar lo que busca es exclusivamente el cumplimiento de los mandatos de su razón, porque provienen de su razón o, en una frase que se ha hecho muy famosa para resumir la ética kantiana, cuando cumple <<el deber por el deber>>. Este carácter formal de su ética se puede apreciar al analizar los imperativos de los que habla. No poseen un contenido concreto, por ejemplo, <<no matarás>>. Son imperativos meramente formales. El ejemplo más claro del carácter formal de los imperativos kantianos lo tenemos en uno de los dos que menciona explícitamente: <<obra de tal manera que trates siempre a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, como fin y nunca como mero medio>>. En este imperativo, en el que se recoge magistralmente la relación entre moral y dignidad humana, no se dice qué (contenido) es lo que hay que hacer o lo que hay que evitar; simplemente se señala cómo (forma) hay que actuar. ¿Significa esto que cada ser humano debe cumplir los imperativos de su razón y que, por lo mismo, cada persona puede poseer una moral diferente de la de los demás?


En absoluto. Kant, al igual que el resto de los filósofos ilustrados, pensaba que la <<razón>> era la misma e idéntica en todos los seres humanos y que, como los imperativos morales eran expresión de la razón humana, todos los seres humanos, necesariamente, habían de poseer unos mismos imperativos. La moral, para Kant, al mismo tiempo que autónoma era universal, es decir, común para toda la humanidad. Este carácter universal de su moral se puede apreciar claramente en otro de los imperativos que cita explícitamente, también puramente formal, y que dice: <<obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre al mismo tiempo como principio de legislación universal>

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