Corrientes Filosóficas del Siglo XIX: Positivismo, Materialismo Histórico y Vitalismo

Corrientes Filosóficas del Siglo XIX

El Positivismo: Auguste Comte

El positivismo, más que una simple corriente filosófica, fue un movimiento cultural que se extendió por Europa durante el siglo XIX. Su idea central era la confianza en la capacidad de la ciencia y la técnica para resolver los problemas de la humanidad. Afirmaba que la ciencia experimental y matemática era el único modo de conocimiento válido y que sus métodos debían aplicarse a todo. El idealismo, por otro lado, debía ser abandonado por considerarse una especulación errónea.

Auguste Comte, iniciador del positivismo francés, creó la famosa «Ley de los Tres Estadios»:

  1. Estadio Teológico: Los hechos se explican por la acción de fuerzas sobrenaturales.
  2. Estadio Metafísico: Los hechos se explican por entidades y estructuras metafísicas, como las esencias o los principios universales.
  3. Estadio Positivo: Se alcanza el conocimiento válido a través de la observación y la experimentación, buscando resolver problemas concretos.

Para Comte, la tarea más importante de la ciencia era el desarrollo de una sociología positiva.

Marx y el Materialismo Histórico

Karl Marx reconoció el gran logro de la filosofía hegeliana al considerar la realidad como histórica y en constante movimiento. Sin embargo, denunció un error fundamental en el planteamiento de Hegel: su filosofía idealista invertía la relación entre la realidad y las ideas. Para Marx, los acontecimientos de cada época no eran la expresión finita de una razón universal, sino el resultado de las condiciones materiales de vida de los hombres en cada periodo histórico. Las formas culturales y sociales no eran la expresión necesaria de la razón, sino el producto de las tensiones económicas.

El materialismo histórico, base del pensamiento marxista, sostiene que la estructura económica de la sociedad determina las formas de pensamiento sociales, políticas, etc., propias de cada época.

El Vitalismo: Schopenhauer

El vitalismo, corriente filosófica donde se encuentra el pensamiento de Nietzsche, toma como concepto principal la vida y se posiciona en contra del protagonismo de la razón. Para los vitalistas, lo que realmente importa es aquello que está integrado en el concepto de vida: el cuerpo, los instintos, los sentidos, etc. La razón es considerada un mero instrumento de la vida.

Arthur Schopenhauer, uno de los principales exponentes del vitalismo, afirmaba que la naturaleza no es más que «voluntad de vivir» y rechazaba las visiones racionalistas del mundo. Para él, la razón en el hombre no es más que un reflejo de esa voluntad de vivir y su ansia ciega de perdurar.

Mientras que para Schopenhauer todo es voluntad de vivir, para Nietzsche es voluntad de poder, destacando el carácter trágico de la vida.

Comparación: Nietzsche y Ortega y Gasset

Puntos en común:

  1. Crítica al racionalismo extremo: Ambos coinciden en criticar el racionalismo extremo, que transforma la verdadera naturaleza de lo real, cambiante e irreductible. Consideran que los métodos matemáticos son inadecuados para captar la realidad.
  2. La razón como función de la vida: Para ambos, la razón es una función de la vida orientada a la supervivencia y la mejora de la existencia.

Puntos de divergencia:

  1. Crítica al racionalismo: Nietzsche rechaza la posibilidad de que la inteligencia pueda captar la naturaleza de lo real mediante conceptos, mientras que Ortega y Gasset sí considera posible la comprensión de la realidad basada en conceptos. Ortega rechaza solo el racionalismo excesivo, mientras que Nietzsche rechaza todo racionalismo.
  2. La razón: Nietzsche considera la razón como engañosa, construyendo una ilusión de un mundo ordenado y comprensible. Para Ortega y Gasset, la razón, aunque limitada, es nuestra principal facultad para conocer el mundo.
  3. La verdad: Ortega y Gasset piensa que cada época tiene una verdad válida para su tiempo, y que cada sociedad debe comprender el mundo que le ha tocado vivir para orientarse en él y afrontar los problemas. Una sociedad puede lograr verdades parciales, a las que denomina «perspectivas», y diferentes perspectivas pueden llevar a una verdad más completa. Nietzsche, por otro lado, ataca el concepto de verdad, ya sea total o parcial, negando la capacidad de la razón para conocerla.
  4. El sentido histórico: Para Ortega y Gasset, la razón como conocimiento del presente y como resultado del pasado nos hace progresar comprendiendo el recorrido histórico. Solo el conocimiento del pasado permite evitar en el presente los errores cometidos antes. Para Nietzsche, el progreso histórico es fe en la razón, y la tarea del hombre no es comprender el pasado, sino comprenderlo como historia de un error (nihilismo) para destruirlo y crear a partir de ahí una nueva concepción del hombre centrada en los valores de la vida.

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