Corrientes Epistemológicas: Racionalismo, Empirismo y la Búsqueda de la Verdad

Corrientes Fundamentales de la Epistemología

La epistemología o teoría del conocimiento explora cómo los seres humanos adquieren, justifican y validan el saber. A lo largo de la historia, diversas corrientes filosóficas han ofrecido respuestas distintas a estas cuestiones fundamentales.

Racionalismo

Los autores racionalistas, en su búsqueda de demostraciones, suelen acabar afirmando la existencia de realidades no materiales que tienen, en su opinión, una existencia indudable, porque la razón es capaz de demostrarla. Otro rasgo común de los filósofos racionalistas es que asumen la existencia de ideas innatas en la mente humana. Se trata de verdades evidentes con las que todos nacemos, que no provienen de la experiencia y que, por tanto, no es necesario aprender. La confianza plena en las capacidades y en la autonomía de la razón llevó a estos autores a considerar la matemática como la ciencia ideal.

Empirismo

Para el empirismo, todo conocimiento proviene de los sentidos; sin la experiencia sensible, es imposible que pueda haber conocimiento. Esto supone negar la existencia de principios o ideas innatas. Los empiristas creen que el conocimiento humano tiene límites, ya que solo podemos conocer aquello que puede ser objeto de la experiencia. Para los empiristas, la ciencia ideal tiene como modelo la física de Newton, en la que se conjuga el razonamiento matemático con la observación y el recurso a la experiencia.

El Criticismo de Kant

Immanuel Kant propone una síntesis entre racionalismo y empirismo. Para conocer el mundo, es preciso recibir información a través de los sentidos, pero la razón también juega un papel fundamental. Kant defiende que la razón, sin la ayuda de los sentidos, es incapaz de conocer. Según él, el conocimiento humano es posible, pero nunca es algo incuestionable, definitivo o ilimitado, tal como pensaban los racionalistas. Los conocimientos alcanzados deben ser revisados y criticados continuamente para detectar posibles falsificaciones y errores. Sin embargo, tampoco se puede decir, como hacían los empiristas, que el conocimiento depende únicamente de los datos recibidos por los sentidos, porque sin las estructuras que impone la razón, la experiencia por sí sola no podría generar conocimiento coherente.

Teorías sobre la Verdad

Verdad como Utilidad (Pragmatismo)

Asociada a filósofos como William James, esta teoría afirma que es verdadero aquello que se muestra útil o eficaz en la práctica. La verdad no es exclusivamente un problema teórico o lógico, sino algo que depende de sus consecuencias prácticas.

Verdad como Perspectiva (Perspectivismo)

Teoría adoptada por Ortega y Gasset. Consiste en afirmar dos cosas: que todo conocimiento está anclado siempre en un punto de vista (una perspectiva) y que la realidad misma es perspectivista o multiforme. La realidad es múltiple, no única. Es imposible eliminar el elemento subjetivo en nuestra búsqueda de la verdad, del mismo modo que también es falso que haya una única verdad absoluta accesible para un solo individuo. Se puede decir que la verdad existe y el ser humano puede acceder a ella, pero lo hace siempre en la forma de una verdad parcial, que es la que le proporciona su punto de vista. No es posible que la razón humana contemple simultáneamente todas las perspectivas. Cada perspectiva capta un aspecto de la realidad, y de ahí la importancia de cada individuo y cada cultura; todos ellos son insustituibles. Aparece entonces un nuevo concepto de verdad, según el cual esta es el resultado de la reunión de todas las perspectivas efectivas y posibles.

Actitudes Filosóficas ante el Conocimiento

Dogmatismo

Esta postura parte de una confianza ilimitada en las capacidades de la razón y sostiene que es posible adquirir un conocimiento seguro y universal con total certeza. Es decir, que la realidad puede ser conocida por completo y, en su versión más radical, que se puede llegar a la verdad absoluta. En el caso de Descartes, su dogmatismo era en cierto sentido moderado, porque no se trataba de aceptar esas verdades sin más o asumirlas como principios incuestionables por un simple argumento de autoridad, sino, más bien, por las pruebas racionales que él creía haber aportado.

Escepticismo

Esta postura es totalmente contraria al dogmatismo, dado que afirma la incapacidad del ser humano para llegar a la verdad. Los escépticos más moderados consideran que es imposible obtener un conocimiento completo de la realidad porque la razón humana es limitada. La postura más radical niega directamente la posibilidad de alcanzar la verdad, afirmando que ningún conocimiento puede ser considerado fiable y que todo puede ser puesto en duda. El empirista David Hume, por ejemplo, terminó defendiendo un escepticismo radical. De acuerdo con su teoría epistemológica, solo lo que es comprobado a través de los sentidos puede tener validez desde un punto de vista cognoscitivo. Esto implica que las únicas afirmaciones de las que podemos estar totalmente seguros son las que se reducen a describir nuestras percepciones inmediatas.

El Método Hipotético-Deductivo en la Ciencia

Este método, también conocido como método científico, es empleado por las ciencias empíricas y consta de los siguientes pasos:

  1. Observación de un problema: El punto de partida de toda investigación científica se halla en la observación de algún hecho o fenómeno que requiere una explicación.
  2. Formulación de hipótesis: Se formula una hipótesis, es decir, una explicación provisional que sea capaz de explicar el hecho o fenómeno observado.
  3. Deducción de consecuencias: A partir de la hipótesis, se deducen las consecuencias lógicas que deberían observarse si la hipótesis fuera cierta.
  4. Contrastación empírica: Las consecuencias deducidas se comprueban contrastándolas empíricamente, es decir, comparándolas con la realidad a través de experimentos controlados. El objetivo es ver si lo que se establece en ellas se corresponde con lo que sucede de hecho.

Si los resultados del experimento no se corresponden con lo que había previsto la hipótesis, dicha hipótesis resulta invalidada y hay que volver a plantear una nueva para repetir todo el proceso. En caso contrario, la hipótesis es corroborada y se acepta como una explicación provisional, que con sucesivas confirmaciones puede llegar a convertirse en una nueva ley científica.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *