b) Para Nietzsche, todos los problemas de la filosofía son problemas de valores, lo que implica una reducción de los problemas ontológicos y epistemológicos. El valor es el fundamento de las concepciones del mundo y la vida, porque para N. tener una concepción tal consiste en preferir un valor antes que una realidad determinada.

c) Y la vida es el fundamento de todos los valores. Para N., el ser, la realidad, es un movimiento permanente, un devenir y una perspectiva, un cambio incesante cuyo resultado es infinito. La vida es un modo de la realidad, la forma más conocida del ser. Consiste en un movimiento espontáneo que se expresa fundamentalmente como actividad, desarrollo, expansión de fuerza y energía. La vida no busca solo la conservación del organismo, sino que es una fuerza psicobiológica a la que se supedita la fuerza física. El mundo hay que interpretarlo como un animal viviente, en términos psicológicos.

1. Según Nietzsche, el nihilismo representa la esencia del destino histórico de la cultura occidental, es decir, la situación de desorientación en el mundo a la que ha llegado el hombre moderno como consecuencia de la muerte de Dios. Esto significa la pérdida de lo ideal: la metafísica, la religión, la ciencia y la moral, principalmente. Los nihilistas son aquellos hombres que han visto hundidos sus ideales y que no se atreven a superar la situación presente.

El nihilista no es capaz de aceptar la vida, porque la vida incluye el dolor, y su voluntad es una aspiración o voluntad de la nada, una tendencia pesimista que niega la vida y lo humano, adecuando la voluntad a un ideal ascético.

2. Pero el nihilismo resultante de la muerte de Dios permite a algunos reconocer las condiciones que han generado la situación presente nihilista: la posibilidad de una reflexión racional y crítica sobre la génesis y desarrollo del nihilismo, en particular sobre el significado de la muerte de Dios. El nihilista aparece como el negador consciente de los valores tradicionales y no como un mero pesimista.

3. Para N., el concepto Dios sintetiza y simboliza la idea de un fundamento suprasensible, de toda trascendencia que sirva de último fundamento a la existencia del mundo, del hombre y de sus valores, y es la gran objeción contra la vida y la existencia. La muerte de Dios tiene dos sentidos:

• 1. Equivale a la secularización de la moral, a la separación definitiva de los discursos teológico y moral, porque no es posible concebir la idea de un Dios que garantice la universalidad de la moral.
• 2. Significa la muerte del idealismo, del concepto, de todas las realidades trascendentes que han reemplazado en sus funciones al Dios judeocristiano, al fomentar la huida de la realidad en favor de un mundo ideal. Muere la metafísica y sus distinciones dualistas y estáticas, muere la diosa Razón ilustrada y el predominio del pensamiento conceptual, muere la moral tradicional cristiana, muere la historia, el Estado como única representación de la vida social, muere la ciencia positivista y mecanicista y su supuesto progresismo.

La moral cristiana es el resultado de la rebelión de las clases esclavas o inferiores ante la clase superior aristocrática. Sus valoraciones debilitan la vida y se fundamentan en el resentimiento o instinto de venganza de los débiles ante la vida y ante la afirmación de sí mismo. Para esta moral servil, de la envidia, el bien es sinónimo de sumisión, conformidad con los instintos domesticados del rebaño humano. Es una moral que tiene las siguientes características:

• Es pasiva y no creadora.
• Predica el amor al prójimo, la hermandad universal y la apacibilidad.
• Es igualitaria.
• Considera como mala la vida que es consciente de su poder.

Da lugar a la creación de valores y es una moral aristocrática o noble, exaltadora de la vida, de la voluntad de poder, del orgullo de la vida, de la afirmación de sí mismo. El bien se identifica con la superioridad, la excelencia, lo poderoso y tiene las siguientes características:

• Es activa y creadora.
• Ha surgido de estados de alma soberbia, elevada.
• Contrapone lo bueno y lo malo, lo que conlleva el desprecio de los débiles y serviles.

La moral de señores ha sido una moral de Guerreros o de Sacerdotes. El sacerdote modifica la dirección del resentimiento del débil: convencer al enfermo de que él mismo es culpable de su enfermedad. Este ideal, según N., es un ideal anti-natura.

Es aquella doctrina que afirma la existencia de una contradicción u oposición irreconciliable entre el deber y la inclinación. Las leyes morales platónico-cristianas condenan el desarrollo y la manifestación de los instintos vitales, los reprimen, convirtiendo al hombre en un ser dócil, domesticado, mediocre y sin aspiraciones.

Trascender todos los sistemas morales existentes en sus limitaciones, cambiar y sustituir los viejos valores, creando nuevos valores afirmativos de la vida. N. se sitúa aquí más allá del bien y del mal.

Investigación descriptiva y explicativa de las causas históricas y psicológicas de la aparición y desarrollo de la moral como contra-naturaleza. Una vez diseccionado el cuerpo moral de la costumbre, N. aspira a encontrar los ídolos y desenmascarar a los nuevos aspirantes que buscan desempeñar la misma función que los viejos ídolos en la nueva moralidad.