La Filosofía de Immanuel Kant: Conocimiento, Moral y el Imperativo Categórico

Immanuel Kant: Teoría del Conocimiento (Razón Teórica)

Kant fue un filósofo del siglo XVIII y el principal representante de la Ilustración alemana. Elaboró su teoría del conocimiento en una obra titulada Crítica de la razón pura (1781). Kant notó los triunfos de las ciencias, como las matemáticas y la física, mientras que, en contraste, evidenció el fracaso de la metafísica. Por lo tanto, Kant estudió la aplicación teórica de la razón, cuyo propósito es responder a la pregunta: “¿Qué podemos saber?”. Kant denomina a su método “giro copernicano”, un enfoque que se centra en el análisis de la capacidad intelectual del sujeto en lugar del análisis de los objetos conocidos.

Los Juicios del Conocimiento

Kant cree que el conocimiento se expresa en forma de juicios. Hay dos tipos principales:

  • Juicios analíticos: Son juicios que no amplían nuestro conocimiento, porque se limitan a explicar el concepto del sujeto en sí. Kant cree que los juicios analíticos son a priori porque no requieren verificación empírica, ya que la “lógica pura” los conoce de antemano.
  • Juicios sintéticos: Por otro lado, extienden nuestro concepto del sujeto al agregar nuevas características al predicado. Kant cree que los juicios sintéticos son a posteriori porque es imposible saber de antemano si son correctos, sino que debemos recurrir a la experiencia.

Sin embargo, Kant se dio cuenta de la posibilidad de hacer juicios sintéticos a priori, que son la base de la ciencia. Estos juicios son universales y necesarios (a priori) y, a la vez, amplían el conocimiento (sintéticos).

Las Facultades del Conocimiento Trascendental

Kant analizó la posibilidad del conocimiento trascendental en diferentes facultades. Según él, hay tres tipos de conocimiento trascendental: la sensibilidad, el entendimiento y la razón.

Estética Trascendental: La Sensibilidad

Kant estudió el conocimiento sensible en la Estética Trascendental. Allí confirmó que hay dos elementos a priori en el conocimiento sensible: el espacio y el tiempo, que son formas puramente intuitivas (para Kant, el conocimiento sensible es conocimiento intuitivo e inmediato). Según Kant, las matemáticas son un juicio sintético a priori basado en estas formas puras:

  • La aritmética se basa en la forma pura del tiempo.
  • La geometría se basa en la forma pura del espacio.

Fenómeno y Noúmeno

Kant introdujo aquí una diferencia muy característica (y controvertida) entre “fenómeno” y “noúmeno”:

  • Fenómeno: Es la realidad que conocemos, la realidad tal como se nos aparece, filtrada por las formas puras de espacio y tiempo.
  • Noúmeno (o la cosa en sí): Es la realidad tal como es independientemente de nuestra percepción, la cual es incognoscible para el ser humano.

Debido a que la realidad que percibimos está condicionada por nuestras estructuras cognitivas, Kant denomina a su postura “idealismo trascendental”.

Dialéctica Trascendental: La Razón

Finalmente, en la Dialéctica Trascendental, Kant analiza la posibilidad del conocimiento metafísico mediante el uso de la razón, sin depender de la experiencia. Esto es lo que hace la metafísica: hacer afirmaciones sobre la totalidad de la experiencia, es decir, ir más allá de lo empírico.

Para hacer esto, la razón hace un uso ilegítimo de las categorías del entendimiento cuando se aplican en el vacío, sin una base empírica. Con esto, pretende saber algo sobre tres ideas que expresan la totalidad de los fenómenos: el Mundo, el Alma (o ser sustancial) y Dios. Sin embargo, según Kant, la metafísica no es posible como ciencia que vaya más allá de la experiencia.

Aunque las ideas metafísicas no dan lugar al conocimiento científico, Kant sostiene que es irremediable que la razón plantee preguntas de naturaleza metafísica. Sin embargo, la única respuesta posible no tiene lugar mediante el uso teórico de la razón, sino mediante el uso práctico.

Ética Kantiana: La Razón Práctica

Kant analiza la razón en su vertiente práctica principalmente en dos obras: Crítica de la razón práctica y Fundamentación de la metafísica de las costumbres. La razón práctica se ocupa de las acciones humanas y es el ámbito de la moral.

La ética kantiana es deontológica porque hace reposar el valor moral de las acciones en la noción de deber, y se diferencia de las éticas teleológicas (como la aristotélica) en que estas últimas basan el valor moral en la finalidad (generalmente identificada con alcanzar la felicidad).

La Buena Voluntad y el Deber

Según Kant, para saber si un acto es bueno no hay que atender a sus consecuencias, sino a la intención que le guía. Tener buena voluntad implica utilizar todos los medios que estén al alcance de uno mismo para lograr un fin determinado. La buena voluntad es lo que determina que una acción haya sido buena, y no sus consecuencias.

Para Kant, actuar según la buena voluntad o actuar por deber son conceptos equivalentes, y supone actuar de forma desinteresada conforme a la ley moral, aunque esta acción le pueda acarrear consecuencias negativas. Esto se diferencia de actuar conforme al deber, lo cual no es moral si la motivación es el interés o la inclinación.

El Imperativo Categórico

Se pueden establecer una infinidad de normas de conducta, pero todas ellas se pueden sintetizar en una única que denomina imperativo categórico.

  • Es imperativo porque el deber constriñe la voluntad.
  • Es categórico porque la acción, para que sea moral, no puede considerarse como un medio, sino como un fin en sí misma.

En caso contrario, sería un imperativo hipotético (en los que se basan las éticas teleológicas o materiales), que determina a la voluntad como medio para lograr un fin.

Formulaciones del Imperativo Categórico

Obrar por deber, obrar moralmente u obrar según la buena voluntad significa seguir el dictado del imperativo categórico. Kant afirma que hay un único imperativo que se puede formular de diferentes maneras:

  1. Fórmula de la Ley Universal:Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en ley universal”. Esta fórmula indica la forma que han de tener los principios morales: han de ser universales y desvinculados del contenido material. La bondad depende de la forma de dicha acción; un acto bueno es aquel que puede universalizarse sin contradicción.
  2. Fórmula del Fin en Sí Mismo:Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio”. Esta formulación resalta la diferencia fundamental del ser humano con el resto de la naturaleza: la dignidad. La persona es un fin en sí misma (el reino de los fines) y no puede ser utilizada como mero medio. De esta formulación se desprende que las guerras, la esclavitud y otras desigualdades son actos inmorales (sirviendo como una buena fundamentación de los derechos humanos).

El ser humano, al ser un fin en sí mismo, es la fuente de la legislación universal, lo que supone que la ley moral (imperativo categórico) se origina en el interior del ser humano (autonomía). El deber que implica toda acción moral es autoimpuesto y determinado por la propia voluntad.

Postulados de la Razón Práctica

Kant finalmente concluye que para que la vida moral sea posible, es necesario postular las mismas realidades metafísicas que habían sido objeto de crítica al analizar la razón teórica. Tales realidades son:

  • La Libertad: Sin la cual no habría autonomía ni acción moral.
  • La Inmortalidad del Alma: Los actos morales tienen una aspiración que trasciende la propia existencia, buscando la santidad.
  • Dios: Que garantiza la concordancia final entre la virtud (el deber) y la felicidad (el ser).

¿Qué puedo esperar?

Kant formula su tercera pregunta fundamental: “¿Qué puedo esperar?”. Este “qué” guarda relación con el destino último del hombre, con la finalidad a la que apuntan todas las acciones morales. La religión es la respuesta, aunque no se agote en la mera dimensión religiosa. El fin al que apunta la religión implica y exige la acción social y política para hacerse realidad en la historia, a través del tiempo.

Contexto Filosófico de Kant

Influencias y Síntesis

Kant se desarrolla en el movimiento ilustrado alemán, concretamente el que acompañó a Prusia en su ascenso como potencia europea. Kant recibe influencias clave:

  • De Leibniz (a través de Wolff).
  • De Hume, cuyo problema relativo a la causalidad desemboca en el escepticismo y despierta a Kant de su “sueño dogmático”.
  • De Newton (la posibilidad del conocimiento de la naturaleza).

La filosofía kantiana se puede considerar como una síntesis entre el racionalismo (no todo el conocimiento proviene de la experiencia) y del empirismo (sin experiencia no hay conocimiento).

El Siglo de las Luces y las Corrientes Filosóficas

Culturalmente, el contexto es el Siglo de las Luces (la Ilustración), caracterizado por la fe en el progreso y el afán por alcanzar una visión científica del mundo (influencia de Newton).

Filosóficamente, encontramos dos corrientes principales:

  • Racionalismo (Descartes, Spinoza, Leibniz): Acepta el innatismo de los principios esenciales del conocimiento y desprecia el conocimiento sensorial como fuente fiable.
  • Empirismo (Locke, Hume): Rechaza la existencia de ideas innatas y pone en la información sensorial la fuente y el límite del conocimiento humano.

Hume y la Causalidad

La crítica de Hume a la causalidad fue crucial para Kant. Hume argumentaba:

  • En los casos particulares, en toda naturaleza un suceso sigue a otro, pero nunca podemos observar un vínculo entre ellos.
  • Cuando un suceso está siempre y en todos los casos unido a otro, a uno lo llamamos causa y al otro efecto.
  • La idea de conexión necesaria entre causa y efecto surge en la imaginación por la costumbre o rutina.
  • Podemos decir por la costumbre que a toda causa le sigue un efecto. Pero no tenemos idea alguna sobre esta conexión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *